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Durante su década como Princesa de Asturias, doña Letizia ya demostró su predilección por la diadema floral de Mellerio y, aunque tras la proclamación de Felipe VI recibió el impresionante joyero de las Reinas de España, se ha mostrado fiel a su pieza favorita durante este año y cinco meses como soberana.
© Getty ImagesCon en esta tiara, creada en 1867, asistió a su última cena de gala como Princesa -días antes de que el rey Juan Carlos anunciara su abdicación- y con ella también celebró su primer banquete como Reina, un aderezo de platino con estructura de guirnalda compuesta por flores —dos iguales a los lados— y una central, de mayor tamaño, el tallo y las hojas completan la corona.
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Si para doña Letizia esta es una joya especial, también lo ha sido para otras damas de la Casa Real. Doña Sofía la recibió de manos del Gobierno español con motivo de su boda con don Juan Carlos en 1962, la lució a modo de collar en la gala previa a su enlace y le acompañó en numerosas ocasiones a lo largo de su vida.
Probablemente esta diadema también sea la favorita de la infanta Cristina, porque si bien es cierto que doña Sofía se la prestó también en alguna ocasión a su hija, la infanta Elena, y su cuñada, la infanta Margarita, fue Cristina quien la eligió para sujetarse el velo el día de su boda, además de usarla en varias ocasiones durante citas con la realeza europea.
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Desde que se convirtió en Princesa de Asturias, doña Letizia ha hecho de esta joya su diadema por excelencia. La ha lucido tanto en cenas de gala con motivo de viajes de Estado, como en celebraciones de la realeza, como para la boda de los príncipes Victoria y Daniel de suecia o para la despedida de Beatriz de Holanda como Reina.
Tras convertirse en Reina, después de que las Cortes Generales proclamaran a Felipe VI Rey de España, doña ha llevado este aderezo a todas las cenas de gala que se han ofrecido en el Palacio Real con motivo de visitas de Estado -en honor a los presidentes de Chile, Colombia y Perú – y la única excepción que ha hecho hasta ahora ha sido con motivo de una cita histórica de la realeza: el 75 cumpleaños de Margarita de Dinamarca, cuando estrenó la diadema princesa.
