A su llegada, el monarca fue recibido por su hermana y levantó una gran expectación, formándose a su alrededor una multitud de curiosos, periodistas y fotógrafos.
A su llegada, el monarca fue recibido por su hermana y levantó una gran expectación, formándose a su alrededor una multitud de curiosos, periodistas y fotógrafos.
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Coincidiendo con la celebración del 40 aniversario de su proclamación como Rey, don Juan Carlos quiso mostrar todo su apoyo a su hermana, la infanta Pilar, que es presidenta de honor de la organización, y acercarse hasta el mercadillo benéfico
Coincidiendo con la celebración del 40 aniversario de su proclamación como Rey, don Juan Carlos quiso mostrar todo su apoyo a su hermana, la infanta Pilar, que es presidenta de honor de la organización, y acercarse hasta el mercadillo benéfico
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Junto a su hermana, mostró la gran complicidad que les une, así como la magnífica relación que mantienen, pues bromearon y a la hora de la despedida el monarca le dedicó un cariñoso gesto besando a la duquesa de Badajoz en la mano.
Junto a su hermana, mostró la gran complicidad que les une, así como la magnífica relación que mantienen, pues bromearon y a la hora de la despedida el monarca le dedicó un cariñoso gesto besando a la duquesa de Badajoz en la mano.
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El Rey apareció en compañía de su hermana y de su sobrina Simoneta Gómez Acebo con las que recorrió cada uno de los rincones del rastrillo.
El Rey apareció en compañía de su hermana y de su sobrina Simoneta Gómez Acebo con las que recorrió cada uno de los rincones del rastrillo.
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Tras su inesperada visita al Pabellón de Cristal de la Casa de Campo, ya que en un principio no estaba previsto que acudiera, don Juan Carlos celebró el 40 aniversario de su proclamación yendo a comer al restaurante Aspen de La Moraleja, propiedad de su buen amigo Miguel Arias.
Tras su inesperada visita al Pabellón de Cristal de la Casa de Campo, ya que en un principio no estaba previsto que acudiera, don Juan Carlos celebró el 40 aniversario de su proclamación yendo a comer al restaurante Aspen de La Moraleja, propiedad de su buen amigo Miguel Arias.
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El Rey pasó varias horas en el interior del establecimiento, ambientado como una estación de esquí y donde se degusta una comida típica mediterránea, y a la salida se dirigió hacia su coche acompañado por su amigo, del que se despidió con un fuerte abrazo en la puerta del vehículo.
El Rey pasó varias horas en el interior del establecimiento, ambientado como una estación de esquí y donde se degusta una comida típica mediterránea, y a la salida se dirigió hacia su coche acompañado por su amigo, del que se despidió con un fuerte abrazo en la puerta del vehículo.