El rey Juan Carlos I ha disfrutado esta mañana de su gran pasión: la vela. El escenario elegido para practicar su deporte favorito han sido las aguas de la ría de Pontevedra, donde el padre de Felipe VI ha disfrutado de una jornada de entrenamientos previos a la Liga Española de 6 Metros, cuyas pruebas se disputan este fin de semana. Una vez más, el Rey no solo ha demostrado que su pasión por la vela sigue intacta, sino que también ha conquistado el corazón de los presentes al saludar cariñosamente a un grupo de navegantes que participaban en actividades escolares en la zona, según recoge El Diario de Pontevedra.
El Bribón, capitaneado por el Rey, tuvo un entrañable encuentro al cruzarse con una pequeña flota de seis veleros tripulados por cerca de 60 niños y niñas. Estos jóvenes navegantes, alumnos de colegios de Sanxenxo y otras localidades de O Salnés, forman parte de la escuela del Náutico de Sanxenxo, convirtiendo este cruce en un momento especial. Espontáneamente, los pequeños le saludaron con la mano al grito de “¡Hola, Rey!”, según informa el medio local, y este no dudó en corresponderles el saludo con una sonrisa y un gesto afable, demostrando una vez más su cercanía con el público.
El entrenamiento del Rey por la ría se prolongó durante una hora y media y después abandonó el lugar con ciertas dificultades, pues en todo momento se ha servido de un bastón para poder caminar por el pantalán. Ataviado con ropa informal, visera y gafas de sol, don Juan Carlos ha disfrutado de una gran jornada náutica, previa a la competición de mañana.
Sanxenxo (Pontevedra) se prepara para vivir un apasionante fin de semana con la segunda serie de la Liga Española de 6 Metros. Las pruebas comenzarán este sábado 26 de abril, a partir de las 13:00 horas, y continuarán el domingo 27, a las 12:30 horas. Este evento se perfila como una de las citas más destacadas para los amantes de la vela clásica, con un duelo muy esperado entre dos de las embarcaciones estrella de la competición: El Titia, de Mauricio Sánchez-Bella, y El Bribón, patroneado por el Rey Juan Carlos I y cuyo armador es Josep Cusí.
Ambas embarcaciones tienen la mirada puesta en el Campeonato del Mundo, que se disputará en Nueva York el próximo mes de septiembre. En esa competición, El Bribón buscará revalidar el título que logró en 2023 en Cowes, Isla de Wight. Más allá del duelo entre El Bribón y El Titia, otras embarcaciones como Alibaba II, Ian y Stardust prometen añadir emoción a la lucha por los puestos del podio.
La visita del Rey a España
El padre de Felipe VI aterrizó el pasado 22 de abril en el Aeropuerto Internacional de Vigo-Peinador, para después dirigirse a Sanxenxo, uno de sus lugares favoritos para practicar la vela. Este viaje es la primera visita de don Juan Carlos a España en lo que va de 2025.
Su presencia en la localidad gallega ha generado una gran expectación, no solo entre los amantes de este deporte y los vecinos, sino también debido al contexto de sus recientes problemas legales. El Rey ha interpuesto una demanda por derecho al honor contra Miguel Ángel Revilla, expresidente cántabro, un hecho que añade interés a este viaje. Es importante recordar que ambas partes se verán las caras el próximo 16 de mayo en la sala de vistas número 10 de la sede judicial de Las Salesas, en Santander, donde tendrá lugar un acto de conciliación.
Mientras que el martes y el jueves fueron días tranquilos para el Rey, quien aprovechó para descansar en el interior de la residencia de Pedro Campos, su anfitrión habitual en las visitas de don Juan Carlos a Galicia, donde se encuentra alojado. Mientras que el miércoles 23 de abril, aprovechó para disfrutar de una agradable cena en O Grove, rodeado de algunos de sus amigos más cercanos.
Entre los asistentes se encontraba Pedro Campos, junto a su esposa, así como Vicente Dalmau Cebrián-Sagarriga, conde de Creixell y presidente de las bodegas Marqués de Murrieta. Dalmau, también apasionado de la navegación, ha sido un aliado cercano del Rey, incluso viajando a Abu Dabi en enero para celebrar su 87 cumpleaños. El encuentro tuvo lugar en el restaurante D'Berto, famoso por su excepcional oferta de pescados y mariscos frescos, donde el grupo compartió una velada en un ambiente relajado y lleno de camaradería.