Una de las citas más especiales de la Semana Santa de Sevilla es la Madrugá. El paso del Jueves Santo al Viernes Santo congrega en las calles de la capital hispalense a más de medio millón de personas. Además, este año, entre los fieles se ha podido ver a una invitada de lo más ilustre, la reina Sofía (86 años).
La madre del rey Felipe VI no ha querido perderse a los nazarenos acompañando a los pasos de sus hermandades en esta procesión única, que ya emocionó a la reina Sofía muchos años atrás. Una pasión y una fe que se renuevan año tras año, porque hay que recordar que doña Sofía es una persona profundamente religiosa - fue educada en la fe ortodoxa, abrazó el catolicismo por amor y tiene un gran conocimiento del hinduismo - reza cada día y va a misa todos los domingos.
En esta ocasión, la reina Sofía ha tenido un anfitrión de honor, Cayetano Martínez de Irujo, con el que ha visitado la Hermandad de los Gitanos. Tal y como ha especificado en los perfiles públicos de la cofradía, el Hermano Mayor, frente a las tallas de Señor de la Salud y la Virgen de las Angustias, le ha hecho entrega a la Reina de un saquito de canela y clavo, un humilde detalle para que pueda llevar a Casa Real los aromas de la Semana Santa sevillana.
Doña Sofía también ha pasado por la capilla de los marineros de la Esperanza de Triana; el templo del Gran Poder; y se le ha hecho entrega del pin de los Armaos por parte de la Hermandad de la Macarena. Tal y como adelantó ¡HOLA! se le había ofrecido un balcón, pero ella declinó la oferta porque quería vivir el fervor de la Semana Santa entre la gente, a pie de calle.
Esta no es la primera vez que la reina Sofía pasa parte de la Semana Santa en Andalucía. En 1984, la Familia Real española al completo estuvo en Sevilla para disfrutar de las celebraciones del Jueves Santo, la Madrugá y el Viernes Santo. Asimismo, en 2024 fue la encargada de presidir el desembarco de la Legión en el Puerto de Málaga.
La tradición marca que el Jueves Santo se debe vestir de negro (o colores oscuros) simbolizando el duelo y luto por la muerte de Cristo, ya que este color representa respeto, recogimiento y devoción. Doña Sofía se ha ajustado perfectamente al protocolo con un sencillo traje de pantalón y chaqueta que ha combinado con unas botas de tacón ancho y una camisa beige con algunos detalles de pedrería en el cuello.
Antes de pasar por Sevilla, doña Sofía también ha estado en Mallorca, donde acudió al concierto benéfico en la catedral de Palma organizado por la asociación Projecte Home, un evento solidario al que la madre de Felipe VI siempre es fiel. En su agenda también está previsto un viaje a Roma el próximo 16 de mayo para asistir al Jubileo de las Cofradías, un acto que se engloba dentro de los eventos del Año Santo. Una procesión en la que participarán las imágenes de la Esperanza de Málaga y el Cachorro.