La princesa Leonor sigue inmersa en el 97 crucero de instrucción a bordo del Juan Sebastián de Elcano, el buque escuela más emblemático de la Armada. La heredera al trono y los otros 75 guardiamarinas que junto a ella están viviendo esta experiencia militar y vital que marcará sus vidas, acaban de traspasar la mitad de la travesía. Para enmarcarlo, Casa Real ha querido compartir nuevo material gráfico (fotos y vídeo) de la princesa de Asturias a bordo.
Leonor, una guardiamarina más
Estas imágenes han visto la luz solo unos días antes de que Elcano toque de nuevo en tierra firme. El Viernes Santo, toda la tripulación recalará en Lima, El Callao (Perú) donde permanecerán hasta el 22 de abril. Será ya la recta final de esta singladura que partió de Cádiz el pasado 11 de enero. Tras Lima, a Leonor y sus compañeros les quedará llegar hasta Ciudad de Panamá (Panamá), Cartagena de Indias (Colombia), Santo Domingo (República Dominicana) y Nueva York (Estados Unidos).
En estas nuevas imágenes se la ve de nuevo encaramada en los palos, recogiendo velas, en las duras tareas de cubierta, como es la recogida de cuerdas, de nuevo con el sextante, en una clase teórica, en la que la Princesa expone un tema titulado Carrera como Marino, ante sus compañeros. En estas nuevas instantáneas también se la aprecia, bien abrigada, haciendo tareas de lo más duras. Hay que recordar que tras Brasil y Uruguay, Elcano vivió uno de sus momentos más desafiantes de la navegación a finales de marzo, cuando llegó a Punta Arenas (Chile) y atravesó el estrecho de Magallanes. Ha sido el punto más austral de toda la singladura y el frío de la Patagonia chilena hizo que los guardiamarinas tuvieran que sacar las uniformidades de invierno.
A lo largo de todas estas semanas de instrucción, Casa Real ha ido mostrando imágenes de cómo es la vida de la Princesa de Asturias en plena singladura, que se añaden a estas nuevas que acaban de compartir. Así, a finales de enero se difundieron un total de 12 imágenes y un vídeo de sus actividades en alta mar. Las jornadas en Elcano empiezan pronto, cuando aún no ha amanecido y, rápidamente, comienzan los diferentes ejercicios para mejorar sus destrezas navales. Así, la hemos visto subida a los palos del barco, aferrando las velas, usando el sextante, el instrumento astronómico para la navegación que consiste en un sector de círculo graduado, de 60 grados, que sirve para medir ángulos entre dos objetos, tales como dos puntos de una costa o el Sol y la tierra. Asimismo, se encarga de limpiar y mantener el barco antes de cada escala, estropajo en mano, puliendo y sacando lustre a este bonito e histórico velero.
Hay una cosa que está clara, la vida a bordo de Elcano es muy dura y nada detiene la instrucción. Ni la lluvia incesante, ni el sol abrasador son excusas para los duros entrenamientos físicos que incluyen flexiones y tareas marineras de todo tipo. También se ha visto la camaradería y el trabajo en equipo entre todos los guardiamarinas, clave para afrontar esta misión lejos de casa.