La reina Letizia fue fotografiada la semana pasada mientras disfrutaba de un plan privado, fuera de sus actividades de la agenda de la Casa Real, por las calles de Madrid. Sin maquillaje, sin desprenderse de sus gafas de sol, vestida con un look casual y con un peinado que hasta ahora no le habíamos visto —un moño alto y sujeto por una pinza—, la Reina buscaba pasar desapercibida, está claro.
Y aunque, según su círculo más cercano, la esposa de Felipe VI es una maestra del despiste, esta vez no logró no ser captada por los fotógrafos. Precisamente, por las instantáneas, tomadas mientras recorría las calles del barrio madrileño de Tetuán, sabemos que doña Letizia se dirigía a un centro especializado en estética natural. Gran defensora de todo lo relacionado con lo sostenible, lo ecológico y los productos menos dañinos no solo con el medio ambiente, también con el cuidado de su piel, la Reina acudió a un establecimiento que brinda tratamientos corporales y faciales con fórmulas libres cien por cien de de químicos, perfumes y colorantes.
Las fotografías nos muestran la imagen de doña Letizia seria, bastante, mientras camina y habla por su teléfono móvil. Muy concentrada, la conversación parece bastante importante.
Ese día, todo el país está hablando de la mayor de sus dos hijas, Leonor. La princesa de Asturias ha aparecido fotografiada en bikini, en una playa de Montevideo, junto a sus compañeros guardiamarinas del buque escuela Juan Sebastián de Elcano. La cuestión ha generado un debate nacional y no se habla de otra cosa en las tertulias televisivas y de radio, en las webs de los medios informativos, en las redes sociales…
Y doña Letizia, que además de soberana es ante todo madre —siempre ha dado muestras del profundo amor que siente por sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, que la llenan de orgullo—, no esquiva el tema, como prueba que no para de hablar por el móvil y hasta, en algún momento, mira también la pantalla de su segundo teléfono, cuando se dirige al mencionado centro de belleza.