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Su pasado periodístico, su carisma natural y su expresividad nos hacen darnos cuenta que estamos ante una verdadera comunicadora. Periodista antes que reina, doña Letizia siempre ha sabido cómo contar algo sin necesidad de recurrir a las palabras. La comunicación no verbal: sus gestos, sus miradas y sus movimientos dicen mucho de la monarca. A sus 52 años, se ha ganado el cariño y el respeto de la población española con su lado más humano: "No estaba acostumbrada a desenvolverse en un mundo protocolario, quiso hacerlo todo perfecto sin dejar nada a la improvisación, y esto conllevó una mayor frialdad emocional, rigidez corporal y un distanciamiento respecto a quien la observaba", explica el experto en comunicación no verbal Martín Ovejero. No obstante, "desde hace unos tres años, que regresa a su pasado de periodista, más extrovertida y cercana. Ni qué decir durante la Dana en Valencia. En resumen: menos palacio y más calle". Este podría ser el secreto de su cercanía.
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Estrechar las manos, mirar a los ojos y mostrar empatía ante los sentimientos de la gente -ya sean alegrías, triunfos, penas o derrotas-. Así ve el pueblo a su Reina y ella misma es participe de las cosas que ocurren en su país -viviéndolas, además, en primera persona-. Algo que hacía cuando trabajaba en los medios. "Maneja con habilidad lo que en psicología llamamos 'regulación emocional': saber cuándo mostrar, cuándo contener y cómo modular las emociones dependiendo del contexto", expone la psicóloga Aránzazu Junquera. Aunque no siempre es tan sencillo proyectar ante el mundo una seguridad plena y constante, "eso no significa que por dentro no haya dudas o inseguridades". Su técnica consiste en "mostrar firmeza, aunque internamente puedas sentir nervios o temor". Una herramienta muy útil para enfrentarse a situaciones duras y complicadas, como las que vive ella.
¿Qué nos dicen sus gestos, el movimiento de las manos, su manera de mirar?
- Cuatro mensajes. "La comunicación no verbal de doña Letizia nos indica mucha seguridad y autocontrol y tiene las siguientes características: cuerpo erguido, paso firme, escasas emociones en el rostro, miradas directas a sus interlocutores, contundencia en la voz y cada vez más gestualidad con sus manos. Lo que más destaco es cómo estrecha la mano a la perfección, en posición vertical y lanzando cuatro mensajes. No hay sumisión: 'No me siento más ni menos que tú'. Firmeza: 'Quiero saludarte'. Mirada directa a los ojos de otra persona: 'Me importas'. Sonrisa: 'Me alegro de verte o conocerte'". (Martín Ovejero)
- El importante eres tú. "Es una Reina que mira a los ojos, y eso es fundamental, y está muy atenta a mantener siempre la conexión visual. En Oviedo, durante la entrega de los Premios FEDER 2025, mientras aplaude, no deja de mirar a quien recoge el reconocimiento, y va girando su cuerpo para no perder la conexión. Es un gesto con el que quiere decir: 'Ahora el importante eres tú, gracias por tu trabajo'. Creo que comunica más con los ojos que con las manos. De hecho, en los discursos, las manos le pueden traer problemas cuando mueve los micrófonos. En el discurso en Oviedo, golpeó en varias ocasiones el borde del atril con el anillo de su mano izquierda (se dio cuenta porque hacía ruido). Pero son detalles mínimos. En cambio, en los contactos directos, al saludar a las personas, utiliza las manos para mostrar cercanía, no solo dando la mano, sino posándola en el antebrazo o brazo de las personas, cuando quiere transmitir intimidad". (Ortuño Falcó)