,type=downsize)
Una firma es mucho más que unos simples trazos que hacemos con nuestras manos. Dicen los expertos que puede revelar muchos aspectos de nuestra personalidad y esta semana, en ¡HOLA!, descubrimos qué es lo que desvela la de la reina Letizia.
Para ti que te gusta
Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!
Para disfrutar de 8 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.
Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
Doña Letizia es una gran comunicadora. Una reina que toma la palabra, aunque nunca ha concedido una entrevista. Apenas ha hablado de sus gustos o su vida privada, pero, de la mano de Macarena Arnás, grafóloga y autora de Las firmas de Napoleón, Stalin, Hitler, Elvis... y otras historias de la Grafología, conocemos un poco más la personalidad de la soberana que, a sus 52 años, ha conquistado a los españoles y arrasa entre los jóvenes.
- Como persona. "Doña Letizia es una persona que cuida muchísimo los detalles y que puede cuidar mucho también a los suyos. A grandes rasgos, diría que es una mujer perfeccionista, con aplomo y muchísima determinación, que sigue manteniendo en su firma la inquietud y la curiosidad", nos dice Macarena Arnás, quien ha analizado la firma de la Reina en sus “tres vidas”.
- Como periodista. "Antes de casarse, añadía el apellido Ortiz y Rocasolano, indicando que era muy importante encontrar un equilibrio entre su vida personal y profesional. El primer apellido refleja lo segundo; y el hecho de añadir Rocasolano revela más apego hacia la familia materna. La rúbrica en forma de subrayado, que mantiene como Reina, nos habla de la necesidad de reconocimiento, de inquietud, espontaneidad, naturalidad, temperamento, constancia, transparencia y también de impulsividad, que fue perdiendo como princesa, y ha vuelto a recuperar un poco".
- Como princesa. "Como princesa de Asturias, añade lo que se llama en grafología “una rúbrica en dos planos”, que indica rebeldía, dominio y carácter. De una mujer a la que no le gusta la autoridad y necesita mantener su propia identidad. Podríamos hablar de aplomo y de una personalidad muy marcada. La letra “L” aumenta un poquito el tamaño —la mayúscula refleja la autoestima—, indicando que hay más orgullo, frente a la A, que no está tan abierta, revelando reserva a la hora de expresarse o comunicarse. El hecho de ejecutar en dos planos también revela que es creativa y bastante inquieta, porque la letra también baila".
- Como Reina. "Doña Letizia añade la “R” de Reina, algo muy habitual entre Reyes. Viene del latín, del concepto de Regina, pero no es un gesto espontáneo, es algo gráfico que desvela asesoramiento. En cualquier caso, intenta mantener su propia esencia. Es curioso, pero ahora vuelve a abrir bastante la letra A, lo que indica que gana de nuevo en espontaneidad y naturalidad. La rúbrica en forma de subrayado nos vuelve a hablar de orgullo o de necesidad de reconocimiento. Hay más soltura en la letra, lo que empieza a tener más capacidad de adaptación y, a la vez, una necesidad de conectar con su propia esencia. La “R”, a veces, aparece un poco más baja y eso revela que, frente a la parte profesional, gana la personal: la familia, sus hijas, todo lo que sería su entorno más próximo, pero también su identidad. También quiero destacar la barra de la letra “T”, que es un poquito baja. Esto, junto con el punto (que sigue a la “R”) puede indicar ciertas inseguridades, autoexigencia, además de que es muy observadora y perfeccionista. El punto revela capacidad para poner límites, pero también es perfeccionismo", concluye la grafóloga Arnás