Solo han pasado seis meses del enlace de la princesa Teodora y Matthew Kumar y la Familia Real griega vuelve a tener una gran cita familiar: la boda del príncipe Nicolás de Grecia con Chrysi Vardinogiannis en el templo más antiguo de Atenas, la iglesia San Nicolás de Rangava. Al tratarse de segundas nupcias para ambos, las celebraciones se preveían algo más discretas, sin embargo, tal y como avanzó el hermano del novio, el príncipe Pablo, este es un momento de máxima felicidad y hasta allí se han desplazado familiares y amigos. La reina Sofía, que siempre ha estado muy pendiente de los hijos de su querido hermano, el tristemente fallecido rey Constantino, no quería perderse este día y con ella ha viajado su hermana, la princesa Irene de Grecia, y su hija, la infanta Cristina.
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Como siempre que está en Grecia, ha sido el aplauso de los allí congregados lo que ha anunciado que la reina Sofía había llegado: la voz se había corrido antes de que se abrieran las puertas de su vehículo con los cristales tintados y comenzara la lluvia de fotos. Se siente tan querida en Grecia como en España y disfruta estando allí. Curiosamente, las ovaciones comenzaron en español: Viva España y viva la Reina, se escuchó mientras doña Sofía comenzaba en compañía de su hija, la infanta Cristina, el mismo recorrido que el resto de los invitados, un pequeño tramo a pie, luego una escalera y después una pequeña subida hasta la puerta del templo, con un enrejado blanco custodiando la iglesia más antigua de la capital, de arquitectura bizantina, tan bonita como poco accesible. Aun así, todo estaba previsto para que la princesa Irene, que se desplaza en silla de ruedas, no se perdiera la boda de su sobrino.
La relación entre doña Sofía y su familia griega siempre ha sido cercana y muy cálida, lo fue en el tiempo en el que ella llevaba buena parte del peso de agenda oficial, durante los casi cuarenta años que duró el reinado de Juan Carlos I, momento en el que los griegos residían en el Reino Unido, y lo continúo siendo después, cuando la vida les brindó el turno de gozar de un tiempo más relajado. Se han buscado siempre, desde los veranos en Mallorca hasta las escapadas a Porto Jeli, donde el rey Constantino encontró un final feliz al lado de su mujer, la reina Ana María, y las constantes visitas de sus hijos, nietos y hermanas. Así que la reina Sofía no podía faltar en un día como este, estuvo en la primera boda del príncipe Nicolás, y ahora le vuelve a acompañar en unas celebraciones nupciales que arrancaron en Atenas con una preboda que comenzó en el hotel Grande Bretagne y continuó en el restaurante Voulkanizater. Allí ya se pudo ver que tanto la Familia Real española como la danesa, representada por la princesa Benedicta y sus dos hijos Gustav y Alexandra von Zayn-Wittgenstein-Berleburg, y su nuera, Carina Axelsson.
La unión de la reina Sofía con sus hermanos, el rey Constantino y la princesa Irene, ha sido algo inquebrantable que a día de hoy continúa con la estrecha relación que mantiene con la reina Ana María y con todos sus sobrinos: los príncipes Pablo, Alexia, Nicolas, Philipos y Teodora. Así que siempre que su agenda lo permite, doña Sofía está presente y es visiblemente feliz en compañía de los suyos y en la tierra en la que nació, ya que la reina española es de nacimiento ateniense y su venida al mundo se anunció con cañonazos lanzados desde el monte Licabeto.
La última vez que la reina Sofía -también la infanta Cristina- estuvo en Grecia fue el pasado octubre para la boda de la princesa Teodora, que se casó con Matthew Kumar en la catedral de Atenas, el mismo lugar en el que se casó su hermano Philippos con la heredera suiza Nina Flohr en octubre de 2021, cita que tampoco se perdió doña Sofía y que supuso un gran acontecimiento al ser la primera boda real que tenía lugar en el templo ateniense, popularmente conocido como Mitropoli, en casi sesenta años. La última había sido la de los reyes Constantino y Ana María en 1964, sin olvidar que dos años antes se habían casado allí los reyes don Juan Carlos y doña Sofía, entonces príncipes.
No todo han sido encuentros felices en los últimos tiempos
El fallecimiento del rey Constantino en enero de 2023 marcó un antes y un después. Su hijo mayor, Pablo de Grecia, tomó su relevo y, como hermano mayor, siguió fomentando esa unidad familiar que les caracteriza, arropando a los pequeños de la casa y sosteniendo a la reina Ana María en esta nueva etapa de su vida. "Tu familia y nuestra madre lo eran todo para ti", dijo sobre su padre el príncipe Pablo en el emotivo funeral que se celebró también en la Catedral de Atenas.
El pasado verano, la reina Sofía y la Familia Real griega sufrieron otra perdida, la príncipe Miguel de Grecia, conocido también bajo el seudónimo de Michel de Gres, bajo el que obtuvo un reconocimiento literario internacional, él era el único que quedaba de los nietos del rey Jorge I, fundador de la dinastía que reinó en Grecia hasta 1967. Miguel de Grecia era primo hermano de Felipe de Edimburgo y tío abuelo de la reina Sofía, por tanto, también del fallecido rey Constantino y de la princesa Irene de Grecia.