El príncipe Felipe de Borbón llegará hoy al puerto norteamericano de Baltimore a bordo del buque escuela Juan Sebastián de Elcano, en el que navega desde hace cinco meses en viaje de instrucción. El Príncipe de Asturias será recibido la próxima semana en Washington por el presidente Ronald Reagan. Este es el teletipo que llegó el 24 de mayo de 1987 anunciando que el entonces heredero de la Corona de España estaba ya en los Estados Unidos y que advirtiendo que pronto estaría en la Casa Blanca. Ese encuentro, que finalmente se produjo tres días después, fue uno de los grandes hitos del viaje, puesto que el guardamarina, que había atracado en un crucero de instrucción, también era un joven con la obligación de convertirse en jefe del Estado. La foto, del presidente de 76 años y el príncipe de 19, es una de esas que se publican con frecuencia cuando se recuerda la larga trayectoria de Felipe VI. En los últimos días, desde que la princesa Leonor navega a bordo de ese mismo buque, esta imagen ha vuelto a la actualidad, como todo lo que rodea a un barco que ya es mítico.
Como está sucediendo ahora con Leonor, su padre ejerció de guardamarina en el mar y de príncipe en tierra en un itinerario que cada año cambia de puertos, pero que mantiene una ruta parecida. Antes de atracar en los Estados Unidos, el Juan Sebastián Elcano se había detenido en Buenos Aires y el presidente de Argentina, Raúl Alfonsín, había recibido al príncipe Felipe, que le entregó una carta de su padre, el rey Juan Carlos. Lo mismo había sucedido con los presidentes de Uruguay, Brasil y República Dominicana. Sin embargo, la llegada a la Casa Blanca en ese momento era un asunto delicado, tal y como lo refleja la crónica que escribió para El País el periodista Francisco G. Basterra, que entonces era corresponsal en Washington: "Las relaciones entre España y EE. UU. atraviesan un momento difícil, debido a la exigencia del Gobierno de Felipe González de que Estados Unidos saque de España los 72 aviones F-16 estacionados en la base de Torrejón".
No obstante, tal y como se encargó de aclarar el Departamento de Estado, el encuentro entre el presidente, con pasado de actor y el príncipe, con futuro de jefe de Estado, "no tiene el menor contenido político". "El Príncipe le explicó a Reagan su programa de entrenamiento en la Marina, y el presidente le habló del rancho que tiene en California. También comentaron, dijo un portavoz de la Casa Blanca, el próximo viaje de los Reyes, en octubre, a varios Estados del suroeste de EE UU", explicó Basterra en su crónica.