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Quedan menos de 24 horas para que la princesa Leonor y los 75 guardiamarinas que la acompañarán en el 97 crucero de instrucción a bordo del buque escuela de La Armada Juan Sebastián Elcano dejen suelo firme para embarcarse en la que será una de sus grandes aventuras militares. Durante seis meses surcarán los mares y recorrerán buena parte de América, ocho países en total, como parte de su formación naval. Antes, la heredera al trono y sus compañeros, entre los que se encuentran 8 chicas y 67 chicos, se han acercado hasta el Ayuntamiento de Cádiz, siguiendo así la tradición antes de zarpar. Después, se han montado en un autobús que los ha trasladado hasta la cercana localidad de San Fernando, donde han acudido al acto de veneración a la virgen del Carmen, patrona de la Armada y de las gentes del mar.
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Bajo una intensa niebla que ha mojado el asfalto, la princesa de Asturias y el resto de guardiamarinas han llegado con sus uniformes de invierno de la Armada, el conocido como ‘catorce botones’ en azul turquí que ya ha llevado en otras ocasiones y la prenda de cabeza en color blanco. Lo han hecho en formación desde el muelle de la ciudad, donde se encuentra atracada la nave, y no se han detenido a la entrada del edificio. La expectación ha sido máxima en la ciudad y los vecinos están viviendo los instantes previos a la despedida del buque con verdadero entusiasmo.
Leonor de Borbón se encontraba en uno de los extremos, en la cuarta fila, muy próxima a la cabeza de la formación. Una vez que han accedido a la sede municipal, los integrantes del crucero de instrucción de Elcano se han dirigido al Salón de Plenos, donde han sido recibidos por Bruno García, alcalde de la ciudad, y el resto de la corporación municipal, así como otras autoridades civiles y militares. Leonor ha firmado en el libro de honor.
La recepción ha sido breve y tras ella, la guardiamarina Borbón Ortiz y el resto de sus compañeros han abandonado el Ayuntamiento. A la salida ya se arremolinaban en los aledaños algunos vecinos que han despedido a la Princesa al grito de "¡guapa!" y con aplausos a los que ella ha correspondido con una sonrisa. Después, el grupo se ha dirigido a un autobús con destino a la iglesia del Carmen de San Fernando, cumpliendo así otra tradición. Todos los años, los guardiamarinas que embarcan en Elcano veneran esta imagen para invocar su protección.
Salve Marinera y entrega de escapularios
En la localidad gaditana, con fuertes vínculos con La Armada, se ha esperado con fervor a los guardiamarinas, que han acudido a visitar la iglesia de la Virgen del Carmen para el acto de veneración. Leonor ha llegado en formación, entre un fuerte dispositivo de seguridad y la presencia de francotiradores en el anexo colegio del Liceo. También aquí los aplausos y los gritos de "'¡guapa!" han vuelto a repetirse. Al llegar a las 12:00 horas, se ha rezado El Ángelus. Después, el prior de la comunidad Carmelita, el padre Pablo, ha dirigido unas palabras de bienvenida a los marineros y les ha hablado del amor y el cariño de la Virgen a la que ponen en su mano su singladura. El hermano mayor de la Hermandad del Carmen y la alcaldesa de San Fernando, Patricia Cavada, quien ha recordado los vínculos de San Fernando con La Armada, ha cerrado el acto. Tras el acto en la iglesia, Leonor y sus compañeros han procedido a hacerse una foto de familia y han recibido un escapulario de la Virgen del Carmen para que les proteja en su navegación. Por último, el canto de la Salve Marinera, acompañado del órgano, ha puesto punto y final a este emocionante día.
Subida a uno de los palos del Juan Sebastián de Elcano
Estos han sido los últimos compromisos en tierra firme antes de su partida para los futuros oficiales de la Armada y para la que cuando sea Reina ostente el empleo de capitana general de los tres Ejércitos. La Princesa y el resto de guardiamarinas llevan desde este jueves embarcados en este mítico barco de la Armada donde han realizado las actividades previas a la salida de este bergantín goleta. Una de las imágenes más espectaculares se produjo este jueves cuando la guardiamarina Borbón Ortiz realizó la tradicional subida a uno de los palos de Elcano. Un ascenso que se produjo por una escala del trinquete, en todo momento con los arneses de seguridad puestos. Una vez que alcanzó el punto más alto, descendió por otro extremo.
También ha habido tiempo de ocio y descanso en estas horas previas antes de la partida. Aprovechando el descanso para la hora de comer, la Princesa y algunos de sus compañeros salieron a almorzar por el puerto de Cádiz. Todos con el uniforme reglamentario y se decantaron por un local cercano al muelle. "Estoy muy contenta de estar en Cádiz", dijo a la salida del establecimiento".