Apenas quedan unos días para la Navidad, y en estos días de reuniones familiares, la infanta Elena notará una ausencia que deja un doloroso vacío para ella. Porque, de nuevo, su padre, el rey Juan Carlos, no estará con los suyos.
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Como nos cuenta Laurence Debray, biógrafa de don Juan Carlos, esta semana en ¡HOLA!, doña Elena pasará la Navidad junto a su madre, la reina Sofía. La Nochebuena será en el Palacio de la Zarzuela, junto a su hermana, la infanta Cristina, y sus hijos; y de cara a final de año, pondrá rumbo a Abu Dabi para estar al lado del rey Juan Carlos, quien, además, el próximo cinco de enero cumplirá 87 años.
El año pasado, por su 86 cumpleaños, pudieron celebrarlo juntos, la primera fiesta para el Rey en seis años. Acostumbrado a una relativa soledad y a un hogar casi vacío, para él fue un momento muy especial y emotivo verse tan acompañado -por sus hijas y sus nietos Juan e Irene Urdangarin, Victoria y Felipe de Marichalar-.
La Infanta intenta estar presente tanto para su madre -a la que visita cada semana-, como para su padre. Aunque desde hace cuatro años vive a más de siete mil kilómetros, nunca lo ha abandonado.
Puede que esté lejos, pero siempre que puede, cuando su trabajo y las responsabilidades que debe atender lo permiten, intenta verle. No se pierde una competición náutica en Sanxenxo (u otro lugar) y vuela a Abu Dabi, aunque sólo sea para estar tres días junto a él.
Allí se encuentra, además, su hijo, Felipe. Es duro tenerle tan lejos, pero sabe que él es feliz allí y que ahora puede construir su vida lejos de la presión mediática española. La distancia no ha alterado el amor filial, todo lo contrario.
También está muy orgullosa de su hija, Victoria, de su trayectoria y de su independencia.
El pasado año estaba contenta de haber podido reunir a toda su familia, sin excepción, por su 60 cumpleaños. Fue la primera vez, en mucho tiempo, en la que pudo estar con sus seres queridos al completo: sus hermanos, sus padres, sus hijos, sus primos, sus sobrinos y sobrinas.
Su familia, dividida, que, por ella, se reunió. Fue su regalo más hermoso. Este año, en cambio, lo celebrará con la discreción que siempre la ha caracterizado.