Annie Leibovitz ha pasado a ser parte de la historia de España. Sus espectaculares fotografías de los reyes Felipe y Letizia cuelgan ya de las paredes de la Colección del Banco de España. Unas imágenes de una gran calidad artística realizadas por una de las fotógrafas más influyentes y prestigiosas de las últimas décadas. De esta manera se sigue la tradición de siglos de que la institución bancaria atesore bajo sus muros retratos de todos los Reyes desde el siglo XVIII. Antes que el actual monarca y la Reina, los descendientes de Felipe VI quedaron inmortalizados en esta singular galería.
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La galería de efigies del Banco de España se ha convertido con el paso de los siglos en una de las mejores de este tipo para estudiar la evolución del retrato oficial en España desde los tiempos de la Ilustración. No solo por la importancia histórica de sus protagonistas, sino por la calidad de los grandes artistas que los pintaron. Empezando por Francisco de Goya, autor de los seis primeros retratos encargados por el Banco de San Carlos, uno de los organismos predecesores del Banco de España, continuando por Vicente López o más recientemente artistas como Isabel Quintanilla, Carmen Laffón y acabando por Leibovitz, una experta retratista y toda una cronista de la cultura popular más destacadas de los siglos XX y XXI.
Carlos III, el fundador del Banco
Carlos III, el fundador del que después fuera el Banco de España, fue inmortalizado en varias ocasiones para la entidad. Goya pintó un óleo sobre lienzo de él en el siglo XVIII. Por uno de ellos se pagaron 10.000 reales de vellón. En el primero que el artista creó, el monarca aparece como cazador, dotándole de un rostro peculiar, de gran nariz y boca hundida. También de la colección del Banco de San Carlos es un cuadro del taller de Mariano Salvador Maella con el collar del Toisón de oro y las grandes cruces de Saint-Esprit y San Genaro, el collar, la banda y la gran cruz de la Real y Distinguida Orden de Carlos III.
Carlos IV y María Luisa de Parma
Carlos IV, El Cazador, séptimo hijo de Carlos III y María Amalia de Sajonia, fue captado por Mariano Salvador Maella en 1789, su pintor de cámara. En uno de los retratos que tiene el Banco de España, el Rey viste de terciopelo color púrpura, similar al que presenta en otros ejemplos de este período como los de Goya, que realza su estatus regio. Lleva el Toisón de Oro, que pende de un espléndido joyel de brillantes, el mismo que luce en algunos de los retratos más tempranos de mano de Goya. Se aprecian las bandas de las órdenes de Carlos III, cuya cruz ostenta sobre el pecho, la de san Genaro de Nápoles y la francesa de Saint Espirit y empuña el bastón de mando del Ejército, junto a la corona real, sobre un cojín de terciopelo. El rostro está seguramente tomado con exactitud, pero no alcanza la dignidad de los pintados por Goya. Años antes, en la época en la que Carlos IV era príncipe de Asturias, también fue inmortalizado. La mujer de Carlos IV, María Luisa de Parma también fue retratada como princesa de Asturias con el objetivo de que el pueblo fuera conociendo a los futuros Reyes.
Fernando VII y sus varios retratos
Fernando VII también tiene varios retratos en el Banco de España, de cuerpo entero y de primer plano, de Luis de la Cruz y Ríos, Zacarías González Velázquez y Vicente López Portaña. En todos ellos hay elementos alusivos al rango del modelo, a sus responsabilidades y a sus honores. Como don Felipe viste uniforme de capitán general y diversas condecoraciones, así como el Toisón de Oro.
Los retratos más soberbios de Isabel II
Isabel II de niña y de adulta. Con tan solo ocho años, la Reina posó en una efigie de cuerpo entero, de pie, ante el trono, bajo palio y junto a un escabel, señala una simbólica regalía real con la mano izquierda, mientras sujeta su propio guante con la derecha. Aunque viste con traje infantil, este ya cumple las normas de la Corte e incorpora algunos elementos de una mujer adulta. Se trata de una obra firmada por Antonio María Esquivel y Suárez de Urbina. La entidad bancaria también tiene una copia de un cuadro que realizó Vicente López por encargo del Ayuntamiento de Sevilla después de alcanzar su mayoría de edad. Aparece con un recargado contexto, sentada en el trono, con espada y cuerno de la Abundancia.
También es de Isabel II un retrato realizado en 1850 por Federico de Madrazo, uno de los más conocidos de la popular Reina y del que hay más copias. Está peinado con dos bandós sobre el rostro que se recogen en su nunca, porta una espectacular diadema de brillantes y perlas con forma de pera de la que está prendido un delicado velo de encaje. El escote, amplio, generoso, permite ver sus hombros y se adorna con un espléndido collar de perlas; sobre distintas vueltas de encaje plateado.
Años más tarde, Benito Soriano Murillo retrató a esta Reina con 30 años en el que se muestra en plena madurez. Viste un suntuoso vestido blanco hueso, bordado en oro, con castillos y leones heráldicos, corona y cetro en lo que es la personificación del poder.
El corto reinado de Amadeo de Saboya
Amadeo I de Saboya, El Electo, fue Rey de España entre 1871 y 1873. El Banco de España encargó su retrato al pintor Carlos Luis de Ribera por 20.000 reales de vellón. Se trata de un soberbio retrato de cuerpo entero en el que se lucen la gallardía y elegancia naturales del joven monarca de 26 años, vestido con gran uniforme de montar. Pese a su aspecto y sus intentos de ganarse el cariño de su pueblo de adopción, Amadeo I se vio obligado a abdicar dos años después de su llegada al trono.
Alfonso XII, proclamado con tan solo 20 años
De Alfonso XII, el Banco de España tiene dos retratos de José María Romero y López y de Carlos Luis de Ribera y Fieve. Son imágenes de juventud y de madurez de un Rey que fue proclamado con tan solo 20 años y que bebe del cuadro que hay de Amadeo I. Alfonso XII contrajo matrimonio en 1878 con su prima María de las Mercedes de Orleans y Borbón, que murió a los cinco meses de la boda. En segundas nupcias se casó con María Cristina de Habsburgo -Lorena.
Alfonso XIII, el Rey niño
Alfonso XIII fue retratado de niño con su madre, María Cristina de Habsburgo-Lorena. Su padre, Alfonso XII, murió solo unos meses antes de su nacimiento y aunque nació siendo Rey fue su madre la que asumió la regencia en una época muy delicada para España en la que se perdieron las últimas colonias americanas y se produjo una profunda crisis de la conciencia nacional. El cuadro de madre e hijo es obras de Manuel Yus y Colas. Se trata de una obra muy correcta de ejecución, que recoge fórmulas de moda de la época en el que la Reina va vestida de negro, en alusión al luto que por entonces llevaba y sostiene al niño.
El segundo retrato de Alfonso XIII es de 1902 y es obra de José Villegas y Cordero cuando el Rey tenía 16 años, cuando cesó la tutela de su madre. El pintor lo captó con el traje de la coronación blanco y oro bajo el manto celeste que lo distinguía como gran maestre de la Orden de Carlos III.
Don Juan Carlos y doña Sofía, los antecedentes de los reyes Felipe y Letizia
Carmen Laffón pintó a don Juan Carlos y doña Sofía en sendos cuadros. El del padre de Felipe VI es un óleo con influencia de Velázquez con el fondo gris y carente de elementos decorativos. El Rey va vestido de capitán general y ornado únicamente con el Toisón de Oro. La artista también pintó a la reina Sofía en un cuadro que se coloca de forma simétrica, casi de perfil al de su marido. En él la luz es una seña de identidad, así como la pincelada deshecha. Doña Sofía viste de largo y aparece sentada en lo que parece un porche con cristalera donde aparece serena, ajena a las posturas enfáticas de los retratos de autoridad del pasado.