Felipe VI y la reina Letizia posaron para Annie Leibovitz el 7 de febrero de 2024 en el Palacio Real de Madrid. La sesión fue mantenida en secreto y los retratos se han presentado ahora de forma oficial en el Banco de España. La conexión entre los reyes y la fotógrafa estadounidense se remonta al año 2013, cuando todavía eran Príncipes de Asturias y estaban al frente de los galardones que cada mes de octubre se celebran en el Teatro Campoamor de Oviedo. Entonces Leibovitz, dueña de una habilidad única para capturar la esencia de sus sujetos y crear imágenes icónicas que trascienden el tiempo, aseguró que "sería un honor" fotografiar algún día a don Felipe y doña Letizia, mientras que el rey mostró su entusiasmo ante una artista que, en sus palabras, "atrapa instantes para convertirlos en eternas muestras de sensibilidad, belleza y amor".
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"Estoy profundamente agradecida a la Fundación Príncipe de Asturias por este extraordinario honor. El Premio Príncipe de Asturias ha sido concedido en el pasado a personas cuyo trabajo es muy importante para mí. Me siento feliz y honrada de estar en su compañía", dijo Annie Leibovitz, en mayo de 2013 desde Nueva York, al conocer la noticia de que había recibido el prestigioso galardón. La artista se refería a su colega, el fotógrafo brasileño Sebastiao Salgado, que recibió el premio en el año 1998 y, sobre todo, a su compañera de vida, la escritora, novelista, filósofa y ensayista Susan Sontag, que recibió el galardón de las Letras en el año 2003, justo un año antes de morir.
Al llegar el mes de octubre de 2013, Annie Leibovitz, la fotógrafa que ha retratado a los rostros más conocidos de los últimos cincuenta años, desde Isabel II hasta Michael Jackson, desde John Lennon hasta Leonardo DiCaprio, llegó a Asturias para recoger un galardón que el jurado le concedió por ser una de las "dinamizadoras del fotoperiodismo mundial". En ese momento, ella ya era la fotógrafa viva mejor pagada del mundo, su obra gráfica había colgado en las galerías y museos más emblemáticos del planeta, y su estilo distintivo y su dedicación al oficio habían influido en generaciones de fotógrafos y artistas de todo el mundo. Leibovitz, en uno de los encuentros que se celebraron en la semana de los premios, recordó entonces sus múltiples visitas a España para trabajar con cineastas como Pedro Almodóvar, actrices como Penélope Cruz, fotografiar el Museo Guggenheim de Bilbao o retratar al futbolista David Beckham durante su etapa en el Real Madrid.
La fotógrafa estaba emocionada, sobre todo porque iba a pisar el mismo escenario que había pisado su pareja Susan Sontag, cuya agonía al final del cáncer plasmó la propia Leibovitz en una dramática serie de fotografías en blanco y negro: "Pensar en ella y en todo lo que significó para mí tras haberla conocido en un momento en que no sabía a dónde me llevaba mi trabajo. Era una mujer muy fuerte y pensó que yo era buena en lo que hacía, pero que podía ser aún mejor. Puso mis límites más allá... Hubiese estado muy orgullosa", afirmó ante los medios españoles el día antes de recibir el galardón.
Desde el encuentro previo con los premiados, la conexión entre Annie Leibovitz y los entonces príncipes de Asturias fue palpable. Aunque sus obras más reconocibles son los retratos de celebridades, Leibovitz destaca también por su capacidad de combinar el arte con el periodismo y tiene un potente pasado documentado eventos históricos y sociales significativos, así como la crudeza de los conflictos en Sarajevo, Ruanda o el Líbano, entre otros. Un pasado que le conecta con la reina Letizia, que durante sus años como periodista también fue enviada especial a Estados Unidos después del 11-S o a la guerra de Irak.
Felipe VI, como príncipe de Asturias, se encargó de entregarle el galardón y cuando llegó el momento del discurso la dedicó unas palabras en las que se puede ver, todavía a día de hoy, porque Annie Leibovitz ha sido la elegida para los retratos que coinciden con su primera década al frente de la jefatura del Estado. "El arte de la fotografía tiene en ella no solo a una fotógrafa universal que ha creado una colección asombrosa de retratos de los grandes personajes de nuestro tiempo, sino también a una de las personas que con más intensidad y con más sentido estético ha desarrollado su obra", señaló don Felipe.
"Fotografías recordadas por todos y fotografías personales; de personajes mundialmente conocidos y personas de su familia, objetos cotidianos, paisajes de algún lugar indeterminado... Todo, en las fotografías de Leibovitz, se convierte en un espectáculo impactante, en una imagen escultórica, llena de belleza. En sus retratos, además de captar la esencia del personaje, lo envuelve en una atmósfera muy especial e inconfundible. Y lo logra todo con un estilo que ha hecho escuela, mostrándonos su propia visión de la vida, sus preocupaciones, sus intereses y sus gustos...", añadió Felipe VI. "Alguien escribió una vez que el cine es un milagro que se ve. Pues la fotografía es también, en la obra de Leibovitz, como un milagro: Instantes atrapados para convertirse en eternas muestras de sensibilidad, de belleza y de amor", concluyó el hombre que solo un año después sería proclamado jefe del Estado ante las Cortes Generales.
Annie Leibovitz: 'Mi estado de ánimo dependía de la última fotografía tomada. Si hacía una buena fotografía, estaba eufórica, viva. Si mis fotos no eran buenas, me sentía fatal, fracasada, deprimida'
Ese 25 de octubre del año 2013, desde el escenario del teatro ovetense, la de Connecticut compartió que es para ella la fotografía: "Comprendí de joven que lo que hacía tenía importancia. A principios de la década de los setenta, tuve la suerte de formar parte de una revista, Rolling Stone, donde me tomaron en serio. Tan en serio como podía ser tomada una chica que trabajaba en una revista en la década de los setenta. Mi vida transcurría de un trabajo a otro. Hacía fotos de los conciertos de rock, pero nunca oía la música. Mirar no me permitía hacer nada más. El mirar me consumía. Mi estado de ánimo dependía de la última fotografía tomada. Si hacía una buena fotografía, estaba eufórica, viva. Si mis fotos no eran buenas, me sentía fatal, fracasada, deprimida. Hasta que hacía la siguiente fotografía buena. Fui reportera gráfica en un primer momento y de pronto me vi haciendo retratos. El retrato me dio la libertad de poder tomar partido, de tener una opinión, de ser conceptual y de poder seguir contando historias".
¿Por qué Annie Leibovitz? Diez años después sus caminos se vuelven a cruzar
En octubre de 2022, el Banco de España inició el proceso para el encargo de los retratos de don Felipe y doña Letizia, que concluyó, casi un año después y mediante una Comisión Asesora, con la selección de Annie Leibovitz para su realización. La apuesta por la fotógrafa estadounidense daba respuesta, según la propia institución que encargó el trabajo, a un deseo de renovación. Uno de los elementos innovadores es la sustitución del retrato pictórico —que había prevalecido en la galería desde sus orígenes— por el fotográfico, también es la primera vez que el encargo recaía en una artista que no fuera española. El que fuera una mujer también influyó, ya que se busca equilibrar la presencia de creadoras en los fondos de la colección.
Aunque el uso de la fotografía suponga una novedad, destaca el modo en el que Leibovitz ha sabido recoger la tradición y renovar el retrato institucional español. Desde el Banco de España señalan que su composición cuenta con alusiones al Velázquez, retratista de corte que era capaz de capturar lo visible y fortuito desde un punto de vista único, logrando que el espectador se sienta partícipe de la escena, y anticipándose así a la fotografía. Esta es una de las cosas que ha impactado de los retratos reales de Leibovitz, que tenemos la impresión de poder entrar con los Reyes en el Salón Gasparini del Palacio Real de Madrid.