España está de luto y viviendo una de las semanas más trágicas de su historia. Las inundaciones provocadas por la DANA han arrasado pueblos enteros y los Reyes quisieron conocer de primera mano la situación desplazándose el domingo a la zona cero de la Comunidad Valenciana.
Para ti que te gusta
Lee 8 contenidos al mes solo con registrarte
Navega de forma ilimitada con nuestra oferta
1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
Acompañados por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, acudieron al Puesto de Mando Avanzado (PMA) y al de los diferentes equipos de emergencias y Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado desplegados en la zona, y, después, visitaron Paiporta, epicentro de la tragedia, de la mayor catástrofe natural que ha vivido nuestro país en los últimos tiempos.
Felipe VI, el Rey de la calma y la templanza, se acercó a las personas que estaban gritando indignadas para hablar con ellas y conocer sus necesidades
Hay mucho dolor, desgarro, miedo, rabia, enfado, impotencia y desesperación, y nada más comenzar el recorrido las emociones se desbordaron en segundos. Empezaron a escucharse insultos y reproches y les siguió de manera inmediata una lluvia de piedras y, sobre todo, de barro, que cayó también sobre la cara de los Reyes y su ropa. Son miles y miles de personas las que lo han perdido todo, cientos las que están de duelo, decenas las que no saben nada de sus seres queridos, ya que, al cierre de esta edición, no se había hecho pública la lista oficial de desaparecidos… Y Felipe VI y doña Letizia fueron el daño colateral, los que recibieron su rabia y desesperación sin un escudo. Pero, aun así, cuando se les aconsejó retirarse, en un momento de máxima tensión y de inseguridad, los Reyes decidieron seguir adelante.
Indignados
Felipe VI, el Rey de la calma y la templanza, pidió que se cerrara el paraguas con el que intentaban protegerle y, rompiendo el cordón policial, se acercó a las personas que estaban gritando en primera línea. Quería saber, hablar con aquellos vecinos indignados para decirles que entendía su frustración, tras cinco días de pesadilla, mientras la Reina, consternada, casi en shock, se acercaba a una mujer cargada de reproches. "Tienes razón, tienes razón", "lo siento, lo siento", le decía. "Cómo no van a sentirse así. Cómo no van a estar cabreados", añadió, según el diario ABC.
La Reina, con el corazón roto, se derrumbó ante tanto dolor y devastación y no pudo evitar las lágrimas al abrazar y consolar a algunas de las vecinas, que estaban completamente desesperadas
Doña Letizia y Felipe VI entraron en el 'caos', comprobaron los daños producidos por la furia del agua, acompañaron y consolaron a los vecinos afectados. Y hubo un momento en el que, ante tanto dolor y devastación, la Reina no pudo evitar que le cayesen las lágrimas, captando las cámaras unas imágenes que pasarán a la historia: una ciudadana llorando desesperadamente y una monarca derrumbada, abrazándola con el corazón roto. Y un joven acercándose a decirle que no eran para ellos los ataques: "No es por vosotros, señora. No es por vosotros". Era contra la clase política. Las personas a las que algunos vecinos consideran responsables de la catástrofe. Por no haber recibido a tiempo los avisos, por no haber atendido de manera urgente a su grito de auxilio, por no haber dado una respuesta inmediata a las víctimas, por una gestión que resumen con hechos: al quinto día, todavía había zonas a las que no se había podido acceder, muchas personas sin atender y muchos desaparecidos.
El Rey: ' Es un desastre monumental'
Era una situación muy difícil, con mucho dolor represado, pero los Reyes vivieron una última hora en las tareas de rescate y recuperación de suministros básicos, expresaron de cerca el sentimiento de pésame y cariño y dieron apoyo al conjunto de los vecinos. Había la mejor voluntad y quedó claro. Y el último en salir del pueblo fue Felipe VI. Y también fue el Rey el que se volvió hacia ellos, antes de subirse al coche, para pedir perdón, uniendo sus manos, y decirles que están a su lado.
Felipe VI pidió que cerraran el paraguas con el que intentaban protegerle del barro que estaban lanzado y, rompiendo el cordón policial, se acercó a los ciudadanos para calmar los ánimos en una situación de máxima tensión
Tras su visita a Paiporta, los Reyes se desplazaron al Cecopi, desde donde se coordinan las labores de emergencia, y volvieron a reunirse todos —algunos de los coches oficiales llevaban las lunas reventadas— para presidir una reunión. Allí, el Rey trasladó a los trabajadores y voluntarios en la emergencia "la gratitud y el orgullo de veros trabajar" atendiendo "este desastre monumental que se ha cobrado tantas vidas y tantos modos de vida". Felipe VI también dijo que entendía el enfado y la frustración de los vecinos por lo mal que lo han pasado. 'La dificultad' que supone para cualquiera "comprender cómo funcionan todos los mecanismos" puestos en marcha para paliar los efectos de la catástrofe. Y añadió: "A estas personas hay que atenderles la emergencia, pero también darles la esperanza y garantizarles que el Estado en toda su plenitud está presente".
Con el rostro y el pelo manchados de barro, la Reina se abrió paso entre la multitud para conocer las historias marcadas por el miedo, las pérdidas humanas y los daños materiales incalculables
Palabras a las que se sumó el presidente del Gobierno para decir que "compartimos la angustia de la ciudadanía", "conocemos sus necesidades y tenemos claras las prioridades: salvar vidas, recuperar los cadáveres de las personas que han fallecido y reconstruir las zonas afectadas por la DANA. La violencia ejercida por unos pocos no nos desviará del interés colectivo". Es "momento de mirar hacia adelante y de seguir trabajando".
Estaba previsto que los Reyes visitaran también Chiva, otro de los pueblos arrasados por la gota fría, pero tras las circunstancias vividas y por acuerdo conjunto de las autoridades estatales, autonómicas y Casa Real, quedó lógicamente aplazada.
Desolados
Los Reyes están desolados y han mostrado su preocupación desde el inicio de la catástrofe. El mismo 29 de octubre por la noche, aparecía en sus redes el primer mensaje: "Pésame a los familiares y fuerza, ánimo y todo el apoyo necesario para todos los afectados con el mensaje más cercano y de reconocimiento a los efectivos de emergencia". Y horas después, en la mañana del miércoles, ante las alarmantes noticias sobre los efectos de la catástrofe, aparecía un nuevo mensaje de "desolación y preocupación ante la tragedia". Asimismo, el Rey, desde la base canaria de Gando y vistiendo el uniforme militar de campaña, realizaba una videoconferencia con el comité de coordinación de la UME y con los puestos avanzados en Valencia y Cuenca, formulando la convicción de "que no haya limitación de medios".
El jueves 31, tras decretarse el luto nacional, se colocó un lazo negro en la web de la Casa Real y la bandera a media asta en el palacio de la Zarzuela y se anunció, también, la decisión del Rey de poner efectivos de la Guardia Real y del Servicio de Seguridad a disposición del refuerzo de las tareas de rescate. Asimismo, en el último acto público del día, don Felipe se unió al minuto de silencio, afirmando, después, que "debemos todos, administraciones, instituciones y sociedad civil, permanecer unidos para paliar este golpe tan duro", y se anunció la voluntad de "visitar las zonas afectadas, cuándo y dónde sea posible". Además, los Reyes, antes de viajar a Valencia, hablaron por teléfono con los alcaldes y alcaldesas de las localidades de Paiporta, Utiel, Sedaví, Letur, Chiva, Catarroja, Torrent y Algemesí.
"A estas personas hay que atenderles la emergencia, pero también darles la esperanza y garantizarles que el Estado en toda su plenitud está presente", dijo el Rey
Mensajes de apoyo
También agradeció Felipe VI, en nombre del pueblo español, la ola de mensajes "de condolencia, consuelo, apoyo y solidaridad con los españoles" recibidos desde decenas de países. Entre ellos, los de los Reyes de los Países Bajos, de Gran Bretaña, del Rey de Marruecos y de los grandes duques de Luxemburgo. "Compartimos el dolor de las víctimas. En estos días de miedo y devastación, queremos expresar nuestra total solidaridad con el pueblo español, al que nos sentimos especialmente unidos", escribieron Guillermo y Máxima. "Mi mujer y yo estamos devastados desde que nos enteramos de la terrible situación fruto de las inundaciones", dijo Carlos III, poniendo en valor, además, la relación entre los dos países.
Don Felipe y doña Letizia escucharon a los afectados, los abrazaron y entendieron su desesperación, en un día que nunca podrán olvidar, marcado por la tragedia histórica de la Dana
Los Reyes, que han suspendido toda la agenda prevista para esta semana, seguirán con atención continua la catástrofe con los ayuntamientos afectados. Asimismo, el lunes, mientras en Valencia continuaban las tareas y la lucha por volver a la normalidad, Felipe VI presidía, en Madrid, una reunión del Comité de Crisis de Seguimiento de los Efectos de la Dana en el cuartel general de la UME, en Torrejón de Ardoz.
Miles de historias con corazón: las conmovedoras acciones de los héroes anónimos
En medio de la desolación, el dolor y el desamparo que ha dejado tras de sí la DANA más destructiva que se recuerde en España, un rastro de humanidad se ha abierto paso entre el fango y el desastre. Es el que han dejado las miles de historias de solidaridad protagonizadas por los héroes anónimos, personas corrientes que no han dudado en pasar a la acción para hacer frente a la adversidad. En esta reconstrucción de esperanza, algunos nombres conocidos también se han echado al barro para ayudar como uno más.
Además de los rescates de todo tipo que a lo largo de estos días han llevado a cabo las fuerzas de seguridad en la llamada 'zona cero' de la catástrofe, numerosos vecinos han tenido que improvisar cualquier método para poner a salvo a personas que estaban a punto de ahogarse.
Los hay que han recorrido kilómetros a pie para llevar víveres y artículos de primera necesidad a los que estaban incomunicados. Y los que se han arremangado para ayudar a limpiar las casas y las calles de barro. Estas son solo algunas de las conmovedoras historias que en estos días aciagos nos han tocado a todos el corazón.
Daniel Burguet, el profesor de inglés que salvó a sus alumnos
La imagen de Daniel Burguet con el agua hasta la cintura, reventando a golpes un cristal para poner a salvo a sus alumnos, ha sido una de las más virales de esta tragedia. El chico de la camiseta amarilla (como ya se le conoce) es profesor de inglés en Paiporta y salvó a un grupo de niños en su academia de idiomas. "En minutos llegó muchísima agua y, de repente, el aula tenía medio metro de agua", relataba Burguet en los medios. Él y los otros profesores tuvieron la sangre fría de resguardar a los niños en una de las salas laterales, subirlos a las mesas, romper una puerta del edificio de al lado y sacarlos en cadena para evitar que se ahogaran.
Las heroínas de la residencia de Sevadí y su titánica hazaña
El milagro de Sedaví. Así se califica ya la inolvidable hazaña de las enfermeras y auxiliares de la residencia de mayores de esta localidad. Cuando el agua amenazaba con arrasarlo todo y ante la imposibilidad de utilizar el ascensor, subieron a pulso a los 124 ancianos a su cargo a las plantas superiores. Con toda la fuerza y el alma que pudieron reunir, lograron subir a pulso a los residentes dos pisos. Y todos salvaron la vida. "No podíamos subirlos con las sillas, hay gente muy pesada que teníamos que cargar entre varios y, cuando los subimos al primero, decidimos seguir hasta el segundo por si acaso", relatan tras el titánico esfuerzo.
Adrián, el héroe de Benifayó que rescató a una ambulancia
En Benifayó, donde el temporal llegó a generar hasta dos tornados, Adrián logró salvar al sanitario y al paciente que viajaban en una ambulancia. El joven vio desde tierra firme cómo el vehículo, literalmente, navegaba por un caudal incontrolable y una persona vestida con una chaqueta de los equipos de emergencias, desde la ventanilla, pedía ayuda desesperadamente. Adrián se lanzó al agua, organizó un equipo de rescate con varios vecinos y, armados con una escalera y varias cuerdas, lograron desplazar la ambulancia que flotaba hacia una rampa. Salvaron al sanitario y al paciente de una muerte segura.
Javier salvó a una mujer, atrapada en su casa en silla de ruedas
Javier regresaba del trabajo cuando se encontró con que el agua "me llegaba por el cuello", comentó, describiendo la escena aterradora que se vivía en Benetúser. Un torrente incontrolable inundaba y arrastraba todo lo que encontraba a su paso. Javier contó que una mujer estaba atrapada en su casa, sentada en una silla de ruedas: "La oíamos chillar", contó, ante la situación desesperante. "La hemos sacado", añadió aliviado, tras explicar cómo un grupo de hombres se unió para romper la puerta de la vivienda inundada y poder liberar a la mujer. El ejemplo de todo un pueblo de la Huerta Sur unido para volver a levantarse.
Una marea humana, a pie desde Valencia capital
La mañana del viernes 1 de noviembre, miles de personas salieron de sus casas y, desde el barrio de San Marcelino, de Valencia, cruzaron el puente que llega hasta el barrio de La Torre para distribuirse por los municipios más afectados. Llegaron andando, tras largas caminatas y organizados en columnas, para poder acceder al mayor número de afectados, cargando garrafas de agua y con carros de la compra repletos de alimentos. "Armados" con cubos, palas, escobas y fregonas, no desfallecieron y ayudaron a limpiar las ingentes cantidades de barro y lodo, amontonadas en las calles y en las viviendas.
Paula Michelena, al volante de su todoterreno verde esperanza
Paula es de Paiporta, la tristemente denominada zona cero de la DANA. Al ver la magnitud del desastre y tras comprobar que su coche estaba en buen estado, no se lo pensó dos veces y se puso al volante de su Jeep Wrangler verde para despejar algunas calles y que los vecinos pudieran salir de sus casas. Con cuerdas comenzó a arrastrar los vehículos que ocupaban la calzada, algunos volcados o estampados contra la pared y otros apilados en torres, ayudando de esta manera a la labor de los agentes de la UME. "No dan abasto y los que tenemos coches grandes debemos arrimar el hombro", contó Paula.
CÓMO AYUDAR A LAS VÍCTIMAS DE LAS INUNDACIONES
• CRUZ ROJA (WWW.CRUZROJA.ES)
- Teléfono: +34 900 10 49 71
- Bizum en el 33512
- SMS de seis euros (6 €) al enviar la palabra ayuda al 38092
• BANCO DE ALIMENTOS EN VALENCIA
Pueden entregarse alimentos y enseres en el campo de fútbol de Mestalla del Valencia C.F., donde el Banco de Alimentos de Valencia recogerá las donaciones
• CÁRITAS (www.caritas.es)
Pueden hacerse donaciones en esta cuenta: EMERGENCIAS DANA VALENCIA
- Caixa Popular: ES19 3159 0078 5716 6338 6025 - Caixabank: ES02 2100 8734 6113 0064 8236