Desde el lugar de la tragedia, Felipe VI ha pronunciado unas palabras de apoyo y agradecimiento dirigidas a todos aquellos que se están dejando el alma en ayudar a las víctimas de la DANA, un discurso donde mostraba también su total compresión con los afectados tras las escenas de rabia y dolor que se han vivido durante su visita de este domingo con la reina Letizia a la localidad de Paiporta.
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En la reunión del Centro de Coordinación Operativa Integrado (CECOPI) de la Comunidad Valenciana, tras su paso por la denominada 'zona cero' del temporal de gota fría, el monarca señalaba al respecto que "hay que entender el enfado y la frustración de muchas personas por lo mal que lo están pasando".
Se refería el jefe del Estado a los momentos de alta tensión, caos y desolación que se han producido esta mañana, en la que tanto él como su esposa han visto seriamente comprometida su seguridad. Impactantes escenas a las que nunca antes les había tocado enfrentarse, donde se han afanado por intentar calmar unos ánimos verdaderamente encendidos y un ambiente absolutamente caldeado entre la población.
En este sentido, destacaba el soberano "la dificultad" que supone para cualquiera "comprender cómo funcionan todos los mecanismos" puestos en marcha para paliar los efectos de la catástrofe, lo que se une a "las expectativas" que hay depositadas para "para atender la emergencia" en el menor tiempo posible.
Durante su intervención, sin folios sobre la mesa y mirando de frente a los que tenía delante de él, don Felipe ha querido también "transmitir la gratitud y el orgullo de veros trabajar representando a todos los españoles tras este monumental desastre que ha afectado a tantas vidas y a tantos modos de vida", les ha dicho a los presentes en la sala.
Al lado del Rey estaba también sentada doña Letizia, con rostro muy serio después de haber vivido una jornada que difícilmente olvidará. Esa en la que hemos visto a la Reina rota de dolor, llorando y manchada de barro por todo el cuerpo, consolando como podía a los vecinos de la zona con abrazos y gestos de cariño.
Enfatizaba el Rey que a las personas "hay que darles esperanza y garantizarles que el Estado en su plenitud está presente". Por ello, confía en que "cada día va a ir mejor" y tanto los medios como la eficacia "irán creciendo". A este respeto, les ha dicho que "lo importante es lo que estáis haciendo para que la gente perciba que los mecanismos en los distintos niveles están funcionando".
Reconociendo a su vez "la enorme contribución de personas de todo tipo, locales..." que estamos viendo durante estos días, decía el soberano que eso es algo verdaderamente admirable ya que "luego hay que organizarlo, gestionarlo... y no es fácil". Un hecho que, en definitiva, refleja una vez más "como es el pueblo español" en nuestro espíritu de resiliencia.
Avanzaba también el monarca que él y la Reina tienen en mente visitar otros sitios seriamente dañados por las inundaciones, "lugares, municipios e incluso provincias" que han sido afectados. Concluía ahí su discurso con un "gracias por el esfuerzo, sé que son días agotadores. No hay horas, no hay minutos y hay mucha necesidad que atender. Ánimo y adelante", sentenciaba.