Skip to main contentSkip to footer
La reina Sofía© FERNANDO JUNCO

INFORMACIÓN EXCLUSIVA

La reina Sofía, la verdad contada por su círculo más cercano

Revelaciones sobre sus ilusiones, su salud, su familia y sus aficiones. Sin amargura ni rencor y alejada de todas las polémicas, celebra su 86 cumpleaños en un buen momento


23 de octubre de 2024 - 7:02 CEST

La Reina doña Sofía cumple 86 años el 2 de noviembre y lo celebrará en Madrid de una manera muy diferente: soplando las velas junto a su familia y algunos amigos íntimos, en el palacio de la Zarzuela, pero con la maleta preparada en la puerta para irse ese mismo día a Nueva York, donde la espera una de las citas más importantes de su agenda internacional. En el marco del 70º aniversario del Queen Sofía Spanish Institute, hará entrega del Premio Sophia a la Excelencia a Gustavo Dudamel, músico, compositor, director de orquesta venezolano.

El 2 de noviembre, día de su aniversario, habrá un almuerzo familiar en la Zarzuela y, ese mismo día, volará a Nueva York para asistir a una gala histórica

HO4187 DOÑA SOFIA© FERNANDO JUNCO
En las imágenes, doña Sofía camina por las calles de Segovia, donde visitó el pasado jueves el Banco de Alimentos. Tras almorzar en Cándido, dio un pequeño paseo y los ciudadanos se volcaron con ella, mostrándole mucho cariño. Diez años después de haber dejado de ser la Reina de España, siente que los españoles la quieren más que nunca y que siguen reconociendo su trabajo y su legado. Que valoran su compromiso con la Corona y su proyecto de vida, que no ha sido otro que el de ayudar a su país

Como cada otoño cuando se aproxima su aniversario, volvemos a acercarnos a su entorno familiar, de amistades y de trabajo para construir el relato de un nuevo tiempo. Doce meses han dado para muchas alegrías y lágrimas y finalizan con la gran pregunta: ¿cómo está de ánimo y cómo le han afectado las noticias sobre su vida y su matrimonio, que tanto han atentado contra su intimidad? Y la respuesta está ahí. Ni un paso atrás y siempre con la sonrisa por delante para hacer lo que tiene que hacer "porque está en otra etapa vital", nos dicen en su círculo, coincidiendo todas las personas con las que hemos hablado en que "para ella es un momento magnífico y muy especial, aunque ensombrecido por la muerte de sus seres queridos, especialmente la de sus dos sobrinos Fernando y Juan Gómez-Acebo, que fallecieron demasiado jóvenes, y algunos leales amigos". Y añaden: "Después de todo lo que ha pasado, sería normal imaginársela triste y decaída, pero no es así como se siente. Ya no duele como antes. Han sido muchos golpes. Y ahora es: “¿Qué más pueden decir?”". 

Está feliz de haber conseguido que su familia vuelva a estar unida, tiene pasión por el Rey Felipe y la princesa Leonor; y sus hijas, su nuera, doña Letizia, y sus otros nietos lo entienden: no hay celos

HO4187 DOÑA SOFÍA © FERNANDO JUNCO
HO4187 DOÑA SOFÍA© FERNANDO JUNCO

Su matrimonio

Nos cuentan también en su entorno que doña Sofía nunca entra en detalles de lo que sucedió realmente en su matrimonio ni tampoco de la vida de don Juan Carlos. Jamás, ni con sus amigos más íntimos. En cuanto a las últimas noticias sobre su marido que han salido publicadas y ha acaparado tantas horas de pantalla en las últimas semanas, nos dicen que "ni lo ha visto ni lo quiere ver, no le importa. Doña Sofía está a lo que está: el Rey, la Corona y el país". Y que, además, todo este pico de informaciones la ha pillado "de viaje entre Grecia, España y Suiza".

Doña Sofía no está enfadada ni resentida. No hay amargura ni rencor. Es una mujer serena que no se queja, no intriga, deja vivir, elimina el drama tirando de su gran sentido del humor, disfruta todo lo que puede y está muy agradecida porque ha tenido vivencias extraordinarias. Por fijar algunas: del exilio, cuando cambiaron 24 veces de domicilio y su madre, la Reina Federica, garrote en mano, tenía que ocuparse de espantar a las ratas… a ver a sus padres sentarse en el trono, tras la Segunda Guerra Mundial. De ser testigo de cómo su querido hermano, Constantino, era destronado a la proclamación del Rey Juan Carlos ante las Cortes.  

Se siente más querida y respaldada que nunca por los españoles, agradece muchísimo que se reconozca su legado y su papel y ha dicho que quiere terminar su vida "con las botas puestas"

No nada en la alegría, pero tampoco es una persona infeliz. No está en su mano cambiar el pasado y siente que todo mereció la pena. Cuando habla de su marido siempre tiene buenas palabras. No lo ha visitado en Abu Dabi y rara vez ha ido a su encuentro cuando está de visita en España, pero eso no significa que no tenga cariño a don Juan Carlos, no estén en contacto telefónico o que no le duela que no pueda volver a hacer vida en la Zarzuela y sentirse más arropado por su familia y sus amigos en el día a día. 

HO4187 Doña Sofía© GTRES
Doña Sofía con la Reina doña Letizia, la princesa de Asturias y la infanta Sofía el pasado verano en Mallorca. La madre del Rey tiene pasión por Leonor y se emociona cada vez que la ve vestida de militar o dando un discurso.

En los círculos más íntimos siempre reafirma que "hubo mucho amor entre ellos —nada más lejos de un matrimonio de conveniencia— durante años preciosos y que, después, llegaron otras etapas". E insisten nuestras fuentes: "Vivió lo que le tocó y no es que tragara con todo, es que fue educada en otra época y estaba casada con el Rey de España, que, por cierto, fue el único y gran amor de su vida".

Ha sufrido y ha sacrificado mucho, no cree que haya cometido ningún error importante y cierra un año de grandes logros y de muchas alegrías y lágrimas

Ha sufrido y ha sacrificado mucho, "aunque no cree que haya cometido ningún error importante", pero sigue pensando que cada momento tiene su encanto o sus problemas y que hay que tomarse la vida como viene.

El gran regalo de su vida

Para doña Sofía, la Corona y el Rey son lo primero. Lo que necesite y cuando lo necesite, pero también sigue con sus proyectos y en la agenda siempre tiene algo. Y, lo mejor: recoge aplausos y alabanzas hasta en los pueblos menos monárquicos. Diez años después de haber dejado de ser la Reina de España, siente que los españoles la quieren más que nunca y siguen reconociendo su trabajo y su legado. Que valoran su compromiso con la Corona y su proyecto de vida, que no ha sido el otro que el de ayudar a su país.

Por eso, salir de la Zarzuela siempre es una alegría. Lo vimos la pasada semana en Segovia, donde empezó a celebrar que está muy cerca de cumplir un objetivo que, a medio camino con la pandemia, pensaba irrealizable. De los 54 bancos de alimentos que hay en España ayudando a combatir el hambre y la pobreza, ya solo le quedan ocho por visitar y tiene dos agendados antes de mediados de noviembre. 

No quiere saber nada de las últimas noticias sobre su matrimonio. Ni las ha visto, ni las quiere ver. "Doña Sofía está a lo que está: El Rey, la Corona y el país", nos dicen en su entorno

HO4187 Doña Sofía© GTRES
Sobre estas líneas, con sus hijas, las infantas doña Elena y doña Cristina, y sus nietos, Juan, Miguel e Irene Urdangarin, en Atenas, donde asistieron el 29 de septiembre a la boda de la princesa Teodora.
HO4187 Doña Sofía© AGENCIAS
Sobre estas líneas, con su hermana, la princesa Irene, que no está bien de salud. No la puede cuidar más.
HO4187 Doña Sofía© GTRES
Del brazo de su hijo, el Rey, del que no puede estar más orgullosa. 'Después de todo lo que ha pasado, sería normal imaginársela triste y decaída, pero no es así como se siente… Para ella es un momento magnífico y muy especial, aunque ensombrecido por la muerte de sus seres queridos', nos cuenta su círculo. Como dice doña Sofía, hay que tomarse la vida como viene, con sus momentos de encanto y sus problemas

Antes de entrar en las instalaciones del polígono de Hontoria, la gente ya estaba aplaudiendo. Es emocionante para ella recibir tanto amor en este momento. El cariño silencioso de millones de españoles. Ciudadanos que la ovacionan en cuanto tienen oportunidad, que se paran por la calle al verla y le gritan "¡viva la Reina!"... Para doña Sofía, una española al cien por cien, aunque hable con acento, sentir ese afecto es el gran regalo de su vida y está profundamente agradecida. 

Un final feliz

Doña Sofía también celebra haber conseguido que la familia vuelva a estar unida, después de años muy difíciles, y que haya paz. Sus hijos, sus nietos y su nuera, doña Letizia, le dan mucha alegría. La infanta Elena no falta a su cita con ella todas las semanas; doña Cristina, en cuanto puede, da el salto a Madrid para estar con ella, y el Rey, que no puede estar más pendiente, es raro el día que no se pasa a verla si está en la Zarzuela.

Todos la quieren muchísimo, la cuidan, la protegen. Y se muere por sus nietos, los ocho, a los que dice que quiere por igual, aunque con Leonor es pasión y se emociona cada vez que la ve vestida de militar o dando un discurso. Se le cae la baba con su hijo y la princesa de Asturias, pero no hay celos, porque todos conocen la segunda lectura. Felipe VI, el Rey, es de alguna forma su obra, y Leonor, la herencia, la que llevará la corona por la que tanto ha trabajado.

Tras el susto de abril, cuando tuvo que ser ingresada de urgencias, se cuida mucho más y vuelve a tener una salud de hierro

HO4187 DOÑA SOFÍA© FERNANDO JUNCO
Sobre estas líneas, doña Sofía, una Reina muy elegante con chaqueta verde y broche libélula. Le gusta arreglarse, es coqueta, pero no cae en las tendencias pasajeras. Ya no va casi de compras porque, como dice a su entorno, 'me aburre, tengo de todo, para qué el gasto y no es sostenible'. Sabe lo que le queda bien, lo que más le favorece y siempre ha mantenido su estilo: sobrio y atemporal

Quedan escollos que sortear, pero es casi un final feliz para una etapa en la que doña Sofía ve cómo se va quedando más sola —"¡Ya faltan muchas personas queridas!"— y también cómo ya no puede contar tanto con su hermana, su compañera inseparable de vida. Como avanzó ¡HOLA!, la princesa Irene, de 82 años, sufre deterioro cognitivo. Recorrió con ella el camino del cáncer hace 20 años y ahora vive en la incertidumbre de lo que esta afección les reserva. Doña Sofía la cuida muchísimo y no hay plan o cita privada sin ella: encuentros con su familia y amigos, meriendas-cenas, museos, cumpleaños y bodas, como la de su sobrina la princesa Teodora de Grecia, donde la vimos por última vez en silla de ruedas. Los médicos le han dicho que tiene que salir, tener una vida activa y no aislarse, y doña Sofía hace todo lo posible para que se relacione.

Ya no hace ejercicio

La madre del Rey lleva una vida tranquila en el día a día. Duerme siete horas y empieza la mañana con un café y con la prensa encima de la mesa. Y va directa a las noticias de la guerra: Rusia-Ucrania e Israel-Palestina. Está especialmente preocupada por el conflicto en Oriente Próximo y ha dispuesto que su fundación extienda a la población del Líbano la ayuda humanitaria que también aprobaron de emergencia a la Franja de Gaza. Lee muchísimo (y de todo) porque hay que aprender algo nuevo cada día; le gusta pintar, que es una afición desconocida, y le sigue apasionando la música, el cine y, desde hace años, se ha apuntado también a las series.

Desayuna café mientras lee la prensa, se muere por un lenguado y no puede resistirse al chocolate; mandarle una caja de bombones es un regalo infalible

HO4187 Doña Sofía© FERNANDO JUNCO

Antes era muy deportista —llegó a ser olímpica—, pero ya no hace ejercicio. Lo que sí mantiene son los buenos hábitos de alimentación. Doña Sofía tuvo un susto importante el 9 de abril, cuando fue hospitalizada de urgencia, y ahora se cuida más. Por salud y coquetería. En cuanto sube de peso, empieza dieta. Toma verduras, arroz, pasta, ensaladas, quesos y fruta y lo que más le gusta es el pescado. Especialmente el lenguado, su preferido, y el salmón marinado. Lleva décadas sin probar la carne. Y si bien es cierto que tomó la decisión, al morir su padre, la realidad es que lo hizo porque le horroriza el maltrato animal. La prueba definitiva: la pasada semana, cuando estuvo en Segovia y almorzó en el restaurante Cándido, famoso por su cochinillo asado, pidió rodaballo. 

Sus amigos dicen que "no hay mujer que quiera más a los animales. ¡Hasta las lagartijas! Son su único vicio". Tiene gatos, alrededor de diez perros, la mayoría schnauzer. La raza es originaria de Alemania (siglo XV) y se hizo más conocida en España con Pushkin, el perro más famoso de todos los que tuvo Felipe VI cuando era joven. Y también tiene burros, seguramente su animal preferido. Muy adelantada a su tiempo, doña Sofía siempre fue un paso por delante al llamar la atención sobre la protección animal y la necesidad urgente de cuidar el planeta y, a sus 86, mantiene su compromiso.

Antes era muy deportista —llegó a ser olímpica en vela—, pero ya no hace ejercicio; disfruta de una pasión secreta, la pintura, vive rodeada de perros y también tiene gatos y burros

En cuanto a la moda, le gusta arreglarse, es coqueta, pero no cae en las tendencias pasajeras. Ya no va casi de compras porque, como dice a su entorno, "me aburre, tengo de todo, para qué el gasto, y no es sostenible". Sabe lo que le queda bien, lo que más le favorece y siempre ha mantenido su estilo: sobrio y atemporal.  Lo guarda todo y es muy impresionante su colección de alta costura, que ha etiquetado con su historia y está cuidadísima para ser legada algún día a un museo.

HO4187 DOÑA SOFÍA© FERNANDO JUNCO
Antes de entrar en las instalaciones del Polígono de Hontoria, la gente ya estaba aplaudiendo. La madre del Rey, sobre estas líneas, se despidió de la ciudad con una sonrisa

Sin descanso y explosión de resultados

Entre ideales todavía por cumplir, sueños rotos, la mejor actitud y mucho sentido del humor, doña Sofía tira hacia adelante. "Hay que ser realistas, me voy a morir, estamos en la edad, pero lo voy a hacer con las botas puestas", le decía recientemente a una amiga. 

No le gusta que le llamen Reina emérita. Un título que no se corresponde con su estado activo, porque sigue trabajando y porque «morirá siendo Reina»

El 2024 ha sido un año sin descanso. Más agenda institucional que nunca en la última década, quedando demostrado que la institución la necesita; viajes, homenajes, compromisos privados, bodas, cumpleaños… Y mucho trabajo en la Fundación Reina Sofía, que va camino del medio siglo y mejor que nunca, con una explosión de resultados. Especialmente en el área de enfermedades neurológicas, la principal línea de actuación. Se ha duplicado el número de investigadores —ahora son 50— y de proyectos. El más seguido, el que lleva a cabo en el Centro Alzheimer en la Villa de Vallecas, de Madrid, donde se está haciendo un seguimiento a los residentes desde su entrada hasta su muerte, con un historial clínico y personal (la historia humana de cada paciente) que es un base impresionante para avanzar en las investigaciones.

HO4187 DOÑA SOFÍA© MARINA PRESS
HO4187 Doña Sofía© MARINA PRESS
Doña Sofía fue recibida por el presidente del Banco de Alimentos de Segovia, Rufo Sanz, y las autoridades locales, y se fotografió con los voluntarios, los héroes anónimos (sobre estas líneas).

Todo ello, sumado a Educación y Acción Social, destacando el apoyo brindado a la Federación Española de Bancos de Alimentos (FESBAL), con cerca de tres millones de euros. Una cifra que va en aumento. El cuadro de Botero Still Life, la última donación que el pintor hizo en vida, será subastado por Sotheby’s New York con un precio de partida de 300.000 euros. La cantidad será destinada también a los bancos para alimentación infantil. Doña Sofía se siente bien y con muchas ganas de ayudar y, en 2025, la idea es seguir igual, porque, aunque van pesando los años, no quiere retirarse. Como suele decir, "uno nunca se jubila de la actitud". Y "si sigo trabajando, no sé por qué me llaman Reina emérita". Cierto. Es un título que no se corresponde con su estado activo y definitivamente no le gusta: "Reina hasta la muerte, aunque no reine".