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En cuestión de semanas cumplirá los 86 años, pero la reina Sofía sigue fiel a su lema, uno nunca se jubila de la actitud, y su actitud es evidente: estar disponible y ayudar a nivel institucional, familiar y humano. Su agenda oficial es tan discreta como imparable, consciente del papel que ocupa en una institución que la necesita y de la confianza que el país tiene depositada en ella, sin embargo, sus inquietudes van más allá. Especialmente preocupada por la situación de Oriente Próximo, ha dispuesto que su fundación extienda a la población del Líbano la ayuda humanitaria que también aprobaron de emergencia a la Franja de Gaza.
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Este conflicto, que conoce de primera mano tanto por sus inquietudes personales y humanitarias, como por la posición que ha ocupado dentro de la jefatura del Estado o los múltiples vínculos que le unen con testigos directos, como es la propia Familia Real de Jordania, que recientemente ha contado con la visita oficial de Felipe VI, le preocupa especialmente. Así que en la misma semana que se cumple un año de los ataques de Hamás y el comienzo de la devastadora ofensiva israelí que se extiende ahora al Líbano, la reina Sofía ha aumentado la ayuda humanitaria que comenzó a destinar a esa zona en diciembre del 2023.
La fundación que creó la reina Sofía en 1977 y que comprende proyectos educativos, de ayuda social y medioambientales ha destinado 100.000 euros a la zona
La Fundación Reina Sofía, a instancias de la madre del jefe del Estado, ha incrementado (hasta los 100,000 euros) la ayuda que ha destinado a la zona en este año. Si en un principio la partida económica fue destinada a labores humanitarias de emergencia en Gaza, a través de Save The Children, World Central Kitchen (del chef español José Andrés) y Cáritas Jerusalén, ahora el foco se ha puesto la situación sanitaria del Líbano y las ayudas se repartirán entre las sedes que operan allí de la Cruz Roja y Cáritas.
Esta iniciativa es uno de los tantos proyectos que se gestionan a través de la fundación que puso en marcha la reina Sofía en 1977 y que comprende proyectos educativos, de ayuda social y medioambientales centrados especialmente en la conservación de los océanos, sin olvidar la investigación de las enfermedades neurodegenerativas. entre ellas el proyecto alzheimer, que le llevó hace unas semanas de viaje a Lisboa para estar presente en el Congreso Internacional sobre Enfermedades Neurodegenerativas, al que asintieron investigadores de referencia mundial en la sede de la Fundación Champalimaud.
Este viaje a Lisboa formó parte de un verano especialmente intenso para toda la Familia Real y que en su caso la llevó a París para estar con los deportistas españoles durante los Juegos Olímpicos, a Mallorca para cumplir con los tradicionales compromisos estivales con la isla y a Grecia para estar cerca de los suyos y disfrutar, en compañía de su familia griega y española, de la boda de su sobrina, Teodora de Grecia, una cita especialmente emotiva ya que es la primera gran celebración de la realeza griega tras la muerte del rey Constantino, el querido hermano pequeño de la reina Sofía.
Será el próximo 2 de noviembre cuando la reina Sofía cumplirá los 86 años con la tranquilidad de saberse querida, apreciada y valorada en un trabajo con el que está comprometida hasta el final y que se extiende mucho más allá de lo institucional, ya que parte de su esfuerzo pasado es presente y el futuro como madre de Felipe VI y abuela de la princesa Leonor.