Tras acudir a la boda de su sobrina, la princesa Teodora de Grecia, en Atenas, la reina Sofía ha vuelto a la vida institucional. Imparable a sus 85 años, cumplirá los 86 el próximo 2 de noviembre, la madre del Rey ha presidido el acto conmemorativo del XIX aniversario de la creación de la Unidad Militar de Emergencias (UME), coincidiendo con la celebración de su patrona que ha tenido lugar en la base aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid). También se ha conmemorado el XV aniversario desde que doña Sofía hiciera entrega de la enseña nacional, en su modalidad de estandarte. En este acto, la Reina ha lucido un original broche en forma de cometa, todo un tributo a su hijo que llega más de cinco décadas después.
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Vestida con un sobrio traje oscuro de chaqueta y pantalón, doña Sofía ha pasado revista a las tropas, ha saludado a la bandera y ha seguido el acto desde una tribuna con el resto de autoridades. Además, se ha inaugurado una placa conmemorativa.
Lo llevó en el bautizo del Rey
La reina ha querido llevar a esta cita un original broche, que ha acaparado el centro de todas las miradas. Se trata del broche cometa, una pieza muy significativa que tiene desde la época en la que era Princesa y que llevó en el bautizo del rey Felipe, el 8 de febrero de 1968. Se trata de una flor en el núcleo con un gran zafiro cabujón y la cola con hilos de oro adornados con gotas de diamantes y turquesas.
Durante décadas, esta espectacular pieza estuvo guardada en su joyero, pero fue en junio de 2023, cuando doña Sofía lo lució en un acto público. Fue en la boda del príncipe heredero Hussein de Jordania, primogénito de los reyes Abdalá y Rania, y Rawja Alseif, a la que acudieron además de los reyes Juan Carlos y Sofía, otros miembros de la realeza como los príncipes de Gales, Guillermo y Kate Middleton, Guillermo y Máxima de Países Bajos, Eugenia de York, Victoria y Daniel de Suecia o Federico y Mary de Dinamarca, entre otros.
En la boda real jordana, la reina Sofía desplegó un arsenal de joyas que hacía mucho tiempo que no veíamos. Además del broche cometa, eligió un aderezo de zafiros y diamantes de su joyero personal. Se trataba de una gargantilla de diamantes y pendientes que complementaban su espectacular vestido de Valentino, rosa de pedrería y volantes.
Ya por la noche, para la recepción que ofrecieron los novios, la Reina se cambió de ropa y eligió un vestido vintage de encaje color azul grisáceo que combinó con las joyas más preciadas de su colección personal. Desempolvó su tiara, el conjunto sautoir de Niarchos, de Van Cleef et Arpels, una pieza de rubíes cabujón de Birmania y diamantes que puede usarse como diadema. En esa ocasión, la reina Sofía optó por la versión más sencilla, una diadema de una sola hilera. Antes de esta ocasión, la última vez que doña Sofía usó tiara fue en junio de 2014, pocos días antes de la proclamación de Felipe VI, cuando eligió la de la Flor de Lis.