La estancia de Juan Carlos I en Sanxenxo le está dejando gratificantes resultados en la competición e inolvidables reencuentros familiares. El último de ellos ha tenido lugar este mismo miércoles, cuando ha recibido la visita de su hermana, la infanta Margarita; su cuñado, el doctor Carlos Zurita; sus sobrinos, Alfonso y María Zurita; y el hijo de esta, el pequeño Carlos, del que es padrino de honor.
Los duques de Soria y su familia han estado comiendo con el anterior jefe del Estado en el Real Club Náutico de Sanxenxo, localidad que los ha recibido con chubascos y viento. El restaurante que hay en el interior de estas instalaciones tiene unas impresionantes vistas al Atlántico y garantiza la intimidad y la tranquilidad de los comensales. Su carta apuesta por productos frescos y de calidad, destacando entre sus especialidades la empanada de zamburiñas, el arroz con bogavante, el pescado al horno y los mariscos de la Ría de Pontevedra.
Tras la comida, el rey Juan Carlos ha salido muy animado y se ha montado como copiloto en un coche oscuro para volver, presumiblemente, a la casa de su amigo Pedro Campos, su hogar durante las estancias en Galicia. Escasos segundos después ha abandonado el restaurante la infanta Margarita, que se ha ido en el mismo vehículo que su esposo. La última en abandonar las instalaciones ha sido María Zurita, que ha caminado con su niño por el aparcamiento hasta llegar a un monovolumen blanco en el que se ha colocado al volante.
Hace un año, SuperCarlitos (así lo llaman cariñosamente) se divirtió mucho navegando con su tío abuelo, que estaba entusiasmado de poder enseñarle todos los detalles de la embarcación. En esta ocasión, esas entrañables imágenes no se han podido repetir debido al temporal. De hecho, don Juan Carlos ha seguido la tercera jornada del Trofeo Xacobeo desde las instalaciones del náutico, donde ha sido recibido por su compañero Jane Abascal, de la tripulación del Bribón,
Don Juan Carlos se ha mostrado muy bromista con sus compañeros y también con los medios de comunicación allí presentes. "Buenos días, buena marea. ¿Salimos a probar una vela?", ha dicho con gran sentido del humor a su llegada, con ropa deportiva y bajo un paraguas para protegerse de la lluvia que durante buena parte de la jornada ha estado cayendo en Sanxenxo.
En estos ocho días que lleva en Galicia, el anterior jefe del Estado ha podio reunirse con ocho familiares. El primer encuentro se produjo el pasado viernes, cuando estuvo con los reyes Felipe y Letizia y con la princesa Leonor en la Escuela Naval de Marín, donde la heredera al trono recibe formación castrense. Fue un encuentro privado coincidiendo con la asistencia del monarca y su esposa a una cena por los 40 años de la jura de bandera de su promoción de la Armada.
El lunes fue doña Cristina quien se desplazó a Sanxenxo para disfrutar de la compañía de su padre. La Infanta fue fotografiada llegando en coche a la casa de Pedro Campos tras pasar el fin de semana en Grecia, donde asistió a la boda de su prima, la princesa Teodora, hija menor de los reyes Constantino y Ana María. En este enlace real estuvieron también la reina Sofía, la infanta Elena así como Juan, Miguel e Irene Urdangarin.
La anterior cita familiar
Hace menos de un mes, don Juan Carlos pudo ver a gran parte de su familia, aunque en esa ocasión por un motivo mucho menos amable. El 8 de septiembre se reunieron en la Iglesia Catedral de las Fuerzas Armadas (Madrid) para el funeral de Juan Gómez-Acebo. El vizconde de la Torre, segundo de los cinco hijos de los duques de Badajoz, murió el pasado mes de agosto los 54 años en agosto, escasos meses después de ser diagnosticado de cáncer.