La princesa Leonor y la infanta Sofía han hecho su primera aparición pública de este verano en Palma de Mallorca, en la cena que la familia real al completo ha disfrutado el domingo en la capital balear. Desde que recientemente volvieran de los JJ.OO. de París, donde estuvieron varios días para apoyar a los deportistas españoles, no habíamos visto a las hijas de los reyes Felipe y Letizia.
Sobre las nueve de la noche, la heredera al trono y su hermana pequeña han compartido una velada en privado con sus padres, así como junto a su abuela doña Sofía. De la misma manera, con ellos se encontraba Irene de Grecia, cuyos problemas de movilidad le hacían ir en silla de ruedas.
Al grupo 'royal' se les ha unido Tatiana Radziwill, amiga íntima de la madre de Felipe VI, quien también ha necesitado de ayuda especial para desplazarse mientras iba acompañada por su marido, el doctor Jean Henri Fruchaud.
Relajados y sonrientes, todos ellos eran inmortalizados a la entrada del restaurante Mia, ubicado en el puerto de Portitxol, bajo un cielo estrellado de noche cerrada y calurosas temperaturas.
Se trata del mismo establecimiento en el antiguo barrio de pescadores que pertenece al reputado chef Guillermo Cabot, especializado en comida Mediterránea, donde ya el año pasado los Reyes y sus hijas reservaron mesa para cenar.
Tanto entonces como ahora, han sido inmortalizados mientras ingresaban en el local antes de ocupar su sitio, donde a continuación han podido degustar los platos de un cocinero que es muy del gusto de los Borbón. Entre sus 'delicatessen', destacan el calamar salteado con sobrasada, el bogavante o el ceviche de lubina con fresas.
Frente a la brisa marina que aliviaba por momentos los 27 grados de temperatura que ha marcado el termómetro de Palma en esos momentos, la ropa cómoda pero elegante ha sido la elección estilística tanto de la Reina como de su hijas.
Mientras la primera lucía un bonito vestido con estampados rojos, ajustado hasta la cintura y sin mangas, Leonor y Sofía apostaban por sendos looks con el azul y el verde respectivamente como color principal en cada caso, ambas con alpargatas en su calzado.
El Rey, con camisa remangada, llegaba con su madre cogida del brazo el día después de haber presidido la entrega de trofeos de la 42ª edición de la Copa del Rey MAPFRE de Vela, en la que él mismo ha competido un año más a bordo del Aifos.
Por su parte, doña Letizia ya está de vuelta en el Palacio de Marivent procedente de la capital francesa, donde tuvo una agenda de lo más apretada para dar ánimos en persona y felicitar a los medallistas de nuestra delegación.