Los Reyes de España están de aniversario esta semana. Veinte años ya desde aquel histórico 22 de mayo de 2004, que arrancó a las once de la mañana, en la catedral de la Almudena, con una lluvia torrencial cayendo sobre Madrid. Una ciudad engalanada y blindada —con los atentados yihadistas del 11-M muy presentes— que no había vivido un acontecimiento tan extraordinario desde hacía casi un siglo: la majestuosa boda de un futuro Rey con una periodista venida de las verdes tierras del norte. La primera princesa de Asturias tras María de las Mercedes, la primera española en subir al trono desde el siglo XIX y la primera Reina de España sin sangre real: doña Letizia.
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Unos 1.300 invitados, entre ellos Reyes y príncipes de todo el mundo representando 24 Casas Reales, y 25 millones de telespectadores siguieron la histórica ceremonia, a la que la novia llegó en un Rolls-Royce, con décimas de fiebre, vestida con un diseño nupcial de Manuel Pertegaz y tocada con la tiara prusiana de la Reina Sofía. “No puedo ni quiero esconderlo, imagino que salta a la vista: soy un hombre feliz. Me he casado con la mujer que amo… Nuestra unión para siempre se la ofrecemos a nuestras familias y, sobre todo a nuestro destino, íntimamente ligado al futuro de los españoles”, dijo don Felipe aquel día, emocionado e imaginando el futuro, aunque seguramente sin contar con los tiempos tan difíciles que han tenido que vivir y superar.
Dos décadas
Dos décadas marcadas por la crítica; el final de la buena estrella del Rey Juan Carlos, que empezó a apagarse a raíz del caso Nóos (2010) y el viaje a Botsuana (2012), y las informaciones que socavaron la Corona y llevaron al mayor debate social sobre el futuro de la Monarquía.
Era su aniversario, pero quisieron dar todo el protagonismo a sus hijas, que viajaron a Madrid desde Zaragoza y Gales para una sesión de fotos muy diferente
Lo peor: la muerte de Erika , ver a doña Cristina sentada en el banquillo de los acusados y tener que marcar distancia con don Juan Carlos, tras salir a la luz sus irregularidades financieras, además de ver cómo dejaba atrás a España y a todos sus seres queridos en 2020 para salvar la institución en sus mínimos históricos de reputación.
Y lo mejor, el nacimiento de Leonor, el 31 de octubre de 2005 —la línea sucesoria directa quedaba asegurada—; el de Sofía, el 29 de abril de 2007; la proclamación de Felipe VI como jefe de Estado, el 19 de junio de 2014, y la jura de la Constitución de la princesa Leonor, el 31 de octubre de 2023, en un presente ya más tranquilo y de terrenos conquistados que también toca celebrar. Y hay fechas que no se pueden pasar por alto.
En clave familiar
Por ello, 20 años después de protagonizar una boda para la historia, los entonces novios regresaron al Palacio Real, donde celebraron su matrimonio, para enmarcar su aniversario con un posado en clave familiar en el que quisieron dar a sus hijas todo el protagonismo. Leonor y Sofía son el centro de su vida. Lo mejor que les ha pasado, y ha vuelto a quedar muy claro en este excepcional reportaje realizado por el equipo fotográfico de la Casa de Su Majestad el Rey en los jardines del Campo del Moro. Un espacio verde de 20 hectáreas que fue concebido por Felipe II para recreo de monarcas y disfrute de la corte y hoy pueden disfrutar todos los ciudadanos en el Madrid de los Austrias.
Felipe VI y doña Letizia han conmemorado su boda con once imágenes inéditas, aunque solo hay una en la que aparecen solos, abrazados, sonrientes y mirando al futuro
Los Reyes no querían oropeles, ni iconografía oficial, ni los salones de Estado del edificio más representativo de la Corona —con sus 3.418 habitaciones, el más grande de Europa Occidental—, y eligieron el jardín anexo, con la fachada occidental del Palacio Real de fondo. La majestuosidad de un edificio indicando su posición frente a la sencillez y la armonía de una familia que huyó del encorsetamiento cambiando las paredes llenas de arte por la naturaleza, los sillones de terciopelo por bancos de madera y las alfombras seculares por las veredas de este jardín romántico de estilo inglés.
Juntos como una piña
Es el reflejo de los cambios en la comunicación de la casa que hemos empezado a ver en los últimos meses. Y la realidad de una familia expuesta de la manera más natural ante las cámaras de los fotógrafos de la Casa Real, que siguen todos sus pasos y los conocen bien.
Los Reyes y sus hijas, que son una verdadera piña y forman el mejor equipo, refuerzan con este reportaje la imagen de unidad, apoyo mutuo y la continuidad dinástica —presente y futuro de la Monarquía española— con la heredera al trono y su hermana.
Una imagen diferente: la Reina, de espaldas, abraza a sus hijas por la cintura mientras las dos se giran con grandes sonrisas, llamando la atención cómo Leonor busca en su hombro apoyo y refugio
Abrazados, cogidos de las manos, mirando en la misma dirección, siempre hay un gesto de cariño y de complicidad. Cuatro para cuatro.
Sin diferencias
En sus apariciones públicas, Leonor siempre aparece junto al Rey, mientras que Sofía se queda al lado de su madre, pero en los momentos privados nunca ha habido ni una sola diferencia, y lo vemos una vez más en este reportaje. La infanta también es la niña de papá. En un precioso retrato padre-hija, en el que su sonrisa traspasa el objetivo, don Felipe rodea con sus brazos a Sofía. Es un gesto protector con el que la más pequeña de la casa consigue el mejor abrazo de toda la sesión fotográfica. Aunque la princesa de Asturias tampoco se queda atrás. El vínculo de Leonor con su padre es notorio y especial. Comparten un destino y Felipe VI es el referente, el “jefe”, y queda reflejado en la fotografía que comparten: más serios, caminando abrazados por un sendero y charlando. Son el Rey y su heredera. El presente y futuro.
El desafío
No hay papel que supere al de ser padres. Ante todo, las necesidades de Leonor y Sofía, que los adoran a ambos y dan prueba de ello en este posado, en el que buscan también la mirada, la mano y la protección de la Reina (“mami”). Y de todas las imágenes llama la atención especialmente una de las instantáneas. Doña Letizia de espaldas a la cámara, cogiéndolas por la cintura, mientras las dos hermanas se giran con grandes sonrisas. La infanta, firme, y la princesa de Asturias, apoyándose en su hombro (el descanso, la tranquilidad) y encontrando de nuevo la mano de Sofía.
Remarcando la naturalidad, doña Letizia y sus hijas llevan chaquetas de diferentes estilos de marcas low cost españolas, tops, pantalones informales y la melena suelta
Los Reyes se mueren por sus hijas y las miradas los delatan. Les han procurado una vida de amor, confianza, comprensión, disciplina y valores para ayudarlas a cimentar una vida sólida, pero la tarea continúa. Estas últimas imágenes son una prueba de su doble compromiso: seguir guiando a la princesa Leonor hacia el trono y a la infanta Sofía hacia una vida plena. Su formación y futuro es la mayor preocupación. Los Reyes tienen el desafío de seguir educando a una futura Reina para poder estar a la altura de las exigencias de lo que demande la sociedad de su tiempo, pero ayudando al mismo tiempo a la infanta Sofía a encontrar un destino feliz como segunda en la línea de sucesión al trono. Esa es la misión: prepararlas para enfrentarse a la vida, dejar un legado positivo y a España en la mejor situación. Pero Felipe VI y doña Letizia juegan con ventaja en este siglo XXI. Que sus hijas sean mujeres y jóvenes son dos puntos enormes a favor de la Monarquía. El poder femenino nunca ha sido tan grande y las dos tiene un papel único para ayudar a “descubrir” la institución a las nuevas generaciones y el porqué sigue siendo útil en el siglo XXI.
Es un posado que transmite unión, cariño, naturalidad, complicidad, apoyo mutuo y continuidad dinástica: los Reyes y sus hijas son una verdadera piña y forman el mejor equipo
Dos hermanas
La princesa Leonor y la infanta Sofía son las estrellas de este posado. De las once imágenes distribuidas, las dos hermanas están presentes en diez de ellas. Tratándose de un aniversario de boda, se esperaba que los Reyes asumieran todo el protagonismo, con sus hijas en un segundo plano, pero don Felipe y doña Letizia lo han hecho justo al revés, rompiendo tradiciones.
Se llevan año y medio y hace tres que se ‘separaron’. Leonor vive ahora en Zaragoza, donde recibe formación militar en la AGM, y Sofía, en Gales, en el mismo internado donde estudió su hermana, pero la distancia, el no poder estar tanto tiempo juntas como les gustaría, las ha unido todavía más.
Felipe VI y doña Letizia dejaron libre en su agenda oficial el 22 de mayo para disfrutar de su día con un plan privado en solitario y contando ya los días para que sus hijas terminen sus cursos
Se quieren muchísimo, se apoyan en todo, aunque, como buenas hermanas, también tienen sus desencuentros. Los Reyes se esforzaron para cimentar una relación inquebrantable entre ellas y no pueden estar más orgullosos del resultado. Sus hijas son dos jóvenes independientes, auténticas, curiosas, idealistas, entusiastas, valientes, divertidas, espontáneas y, a la vez prudentes, muy responsables y con un alto sentido del deber. Leonor como heredera y Sofía con un destino más incierto, pero entregada también a la Corona y a formarse lo mejor posible para servirla.
Una imagen para 20 años
Y finalmente, la fotografía más cariñosa. La única en la que se pone el foco en los Reyes. Felipe VI rodea con el brazo a doña Letizia, que lo abraza por la espalda, mientras los dos, sonrientes, miran al horizonte, al futuro. Una imagen que se complementa con otra instantánea en la que aparece doña Letizia sentada en el respaldo de un banco con la vista puesta en el objetivo, y don Felipe detrás, protector, pero en la que ya no están solos. En el mismo plano, difuminadas, aparecen sus hijas caminando hacia ellos.
Vienen de mundos dispares, tienen personalidades muy diferentes y se enfrentan a la vida de distinta manera, pero su círculo coincide en que se complementan, se protegen y apoyan, se cuidan y son compañeros de viaje. Han recorrido un camino lleno de grandes obstáculos que les ha puesto a prueba a veces, pero los Reyes, reforzados por sus hijas, de 18 y 17 años, se mantienen firmes ante su proyecto común y nos lo dicen con este posado lleno de mensajes y claves, en el que seguimos viendo a un matrimonio que sonríe al futuro entre gestos de cariño.
Felipe VI, de 56 años, y con las canas cubriendo su pelo y barba, es un padrazo que no puede estar más orgulloso de sus hijas, lo mejor de su vida
Es el poder de las imágenes frente a la palabra, aunque nos sigue faltando su relato. Son, de hecho, los únicos Reyes que no han dado una entrevista ni tampoco han vuelto a hablar de sentimientos en 20 años, si bien es cierto que, al cumplirse diez de matrimonio, don Felipe dijo que “se nos han hecho muy cortos”.
Ropa informal
Para este posado histórico, los cuatro eligieron ropa informal, remarcando la cercanía y la sencillez. La Reina y sus hijas eligieron marcas low cost al alcance de la mayoría de los bolsillos, y Leonor y Sofía volvieron a confirmar que tienen estilos diferentes que defienden muy bien en su terreno, aunque con un punto en común: las dos buscan inspiración en el armario de su madre. La princesa de Asturias llevaba una chaqueta azul celeste de Zara, que resalta el color de sus ojos; pantalones con abertura y deshilachados, y las deportivas de Hugo Boss que se puso para su ingreso en la Academia Militar de Zaragoza. Y la infanta vistió vaqueros; una chaqueta corta de tweed con ribetes de hilos bicolor, de Mango, y bailarinas. En cuanto a la Reina, recuperó la misma chaqueta de tweed de Mango (a la venta en el outlet de la marca) con la que acudió a un concierto organizado por la Fundación Princesa de Girona en el Teatro Real, el pasado 6 de mayo. Fecha en la que se informó que había sufrido la rotura de la falange de un dedo del pie derecho y que tiene que llevar calzado cómodo durante un mes y medio. Doña Letizia combinó esta prenda fucsia con un pantalón blanco y unas deportivas muy parecidas a las que se puso ese primer día de “pie en reposo”, lo que llevó a pensar que las fotos fueron tomadas el primer lunes de mayo, aunque este dato no ha sido confirmado.
El Rey, de confidencias con Leonor y muy protector con la infanta, también la niña de sus ojos, quien recibió el mejor abrazo de toda la sesión de fotos
La infanta Sofía volverá a casa en un mes para iniciar las vacaciones de verano. El 14 de junio concluye el primer curso de bachillerato internacional en el UWC Atlantic College de Gales (Reino Unido). En cuanto a Leonor, también está en la recta final de su primer año de formación militar en la Academia de Zaragoza. Meses en los que ha visto cómo se disparaba su popularidad. La princesa heredera ha pasado de una vida casi a la sombra a un golpe de momentos históricos reflejados en imágenes en los últimos diez meses. Y sigue. Esta semana, el foco ha vuelto a estar sobre ella en tres escenarios diferentes zaragozanos, donde fue distinguida con la Medalla de las Cortes de Aragón, la Medalla de Oro de Aragón y el título de hija adoptiva, y dio su primera recepción. Una primera despedida de la ciudad a la que dirá adiós oficialmente el 3 de julio, con la ceremonia de entrega de despachos, estando ya de vacaciones de verano.