El rey Juan Carlos ha regresado Sanxenxo, la localidad pontevedresa convertida en campamento base de la mayoría de sus visitas a España. Tiene una nueva cita con su gran pasión, las regatas, solo un mes después de su última visita. Sin embargo, en abril un resfriado le impidió subirse al Bribón, según explicó El Diario de Pontevedra, como sí es espera que haga en la competición de este fin de semana.
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Tras aterrizar en el aeropuerto Rosalía Castro de Santiago de Compostela (el de Vigo se encuentra cerrado por obras), ya se encuentra en la casa de Nanín de su amigo y presidente del Real Club Naútico de Sanxenxo, Pedro Campos. Las cámaras han captado al ex jefe de Estado llegando al domicilio en coche, desde el que ha saludado a los reporteros en un ritual que se repite cada vez. Antes de poner rumbo a Galicia, una parada en Vitoria le hizo coincidir con su hijo don Felipe que se encontraba casualmente en el mismo aeropuerto después de que su vuelo se desviase debido a las condiciones meteorológicas. Según ha confirmado la prensa local, padre e hijo mantuvieron una conversación a pie de pista antes de continuar con sus respectivas agendas.
Se espera que los próximos días pueda salir a entrenar por la ría de Pontevedra si las condiciones meteorológicas lo permiten. Será el viernes 17 de mayo cuando dé comienzo la VI Liga Española en la categoría de 6 metros y se ponga a los mandos del Bribón. Este fin de semana, además, se cumplen dos años desde el primer viaje de don Juan Carlos a Sanxenxo tras su traslado a Abu Dabi, donde reside desde 2020. Entonces su llegada se produjo entre una enorme expectación que la mayor asiduidad de sus siguientes visitas logró atenuar.
La última vez que estuvo en Sanxenxo llegó días después de que asistiese en Madrid a la boda del alcalde de la ciudad José Luis Martínez-Almeida y Teresa Urquijo, acompañado por la reina Sofía (solo acudió al banquete) y sus dos hijas, doña Elena y doña Cristina, y tres de sus ocho nietos, Victoria y Felipe de Marichalar, que llegaron juntos del brazo, y Juan Urdangarin. Dos días más tarde, también estuvo presente en la misa funeral por Fernando Gómez-Acebo, celebrada en la iglesia Catedral de las Fuerzas Armadas de Madrid un mes después de su fallecimiento a los 49 años. Estuvo también con la reina Sofía, los reyes Felipe y Letizia, la infanta Elena y su hija Victoria de Marichalar, y la infanta Cristina.