Era un viaje histórico, su primera visita de Estado en 2024 y la primera al Reino de los Países Bajos en 23 años, y los Reyes Guillermo y Máxima prepararon hasta el mínimo detalle la agenda de dos días —17 y 18 de abril— para que fueran un éxito total su reencuentro con los Reyes de España y el programa centrado en la cooperación energética. Las relaciones entre los dos países se estrechan cada vez más y, en paralelo, también la de las dos familias. Dos dinastías muy unidas que han compartido grandes momentos personales en el pasado y en la historia reciente y miran juntas hacia ese futuro en el que sus herederas, Amalia y Leonor, ceñirán la corona.
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El Rey Guillermo agradeció a Felipe VI y a doña Letizia que cuidaran de su hija durante el año que vivió en Madrid de incógnito y bajo su protección huyendo de las amenazas de la mafia
Felipe VI y doña Letizia llegaron a Ámsterdam el martes 16 —del sol de Madrid al frío y la lluvia— y abrieron la agenda de Estado a las 10:24 de la mañana del miércoles en la plaza Dam, donde escucharon los himnos nacionales y los soberanos pasaron revista a la Guardia de Honor. Momento que las Reinas aprovecharon para empezar a ponerse al día, llamando la atención la charla íntima que mantuvieron, ya que, aunque son amigas desde hace 20 años, nunca se las había visto así, tan entregadas a las confidencias.
Minutos después, los cuatro se dirigieron al Palacio Real, rodeado de tulipanes rojos y amarillos, donde se celebró una reunión de las delegaciones en el salón del trono, mientras los focos volvían a girar hacia las dos Reinas, quienes, fieles a su estilo, hicieron una primera aparición con dos looks muy diferentes: doña Letizia, con un vestido de tweed verde y tocado en onda, de Balel, y Máxima, con un conjunto rojo oscuro, de Natan, y un sombrero de ala ancha.
Concluida la ofrenda floral y la ceremonia de bienvenida, los cuatro Reyes disfrutaron de un almuerzo privado en el Palacio Real —residencia de Felipe VI y doña Letizia durante el viaje— y, ya por la tarde, los soberanos continuaron con la agenda mientras las Reinas se preparaban para la cena de Estado. Felipe VI y Guillermo Alejandro conocieron la Fundación Cruyff, que fomenta la integración social de niños discapacitados y desfavorecidos a través del deporte, e incluso se animaron a dar unas patadas al balón. Y también acudieron al puerto de Ámsterdam para ver las instalaciones que, a partir de 2030, empezarán a recibir hidrógeno verde español desde el puerto de Bilbao a través del segundo corredor marítimo en Europa.
Doña Letizia llevó la tiara rusa de la Reina María Cristina en un guiño a la historia en común, y Máxima, la majestuosa ‘Stuart’, con un diamante azul de casi 40 quilates, el más grande de su joyero
Un gran gesto
Caía ya la tarde cuando los dos Reyes regresaron a palacio para prepararse para la cena de gala, a la que también asistiría la princesa Amalia. Un gran gesto de Guillermo Alejandro y Máxima hacia los soberanos de España al ligar el histórico debut de la heredera al trono a un acto de esta magnitud coincidiendo con su viaje de Estado a los Países Bajos.
La heredera al trono, que vestía de azul y llevaba el aderezo de diamantes y rubíes ‘Pavo real’, acudió al banquete, aunque no al besamanos previo, en el que doña Letizia protagonizó una imagen insólita. Debido a las sandalias de doce centímetros de tacón que llevaba y el neurona de Morton, dolencia que sufre en su pie izquierdo, tuvo que recibir sentada a unos 240 invitados, entre ellos, la empresaria Esther Alcocer Koplowitz y el jugador de fútbol Ronald Koeman.
La imagen de doña Letizia que dio la vuelta al mundo: obligada a sentarse en un taburete durante el besamanos por el neuroma de Morton que padece
Dada la situación, no hubo oportunidad de verla de pie defendiendo la moda española, pero sí quedó claro que no había dejado nada al azar para este encuentro histórico. El escenario perfecto para medir la elegancia de dos Reinas vestidas de gala y con joyas espectaculares. Y no se lo pusieron nada fácil entre ellas. Máxima reapareció con la majestuosa tiara ‘Stuart’ y luciendo tipazo con un vestido gris azulado de gasa, mientras que doña Letizia, en un giro de estilo, apostaba por otro diseño en azul cobalto —en perfecto juego de colores con la banda del Rey— y la tiara rusa de la Reina María Cristina.
‘Un cálido abrazo’
Fue una noche espectacular. De la decoración y el utillaje al menú, sin olvidar los emotivos discursos, especialmente el de Guillermo Alejandro, anfitrión de la noche, que estuvo lleno de elogios a nuestro país y a lo que significa para la familia Orange: “España ocupa un lugar especial en nuestros corazones… Nos enamoramos en la Feria de Abril de Sevilla, hace 25 años…Una visita a España es siempre como un cálido abrazo. Un sentimiento que comparte con nosotros nuestra hija mayor, la princesa de Orange”, dijo.
Confirmando un secreto a voces, el monarca reveló a continuación que su hija había estado viviendo en Madrid —desde donde siguió sus estudios universitarios— y que su estancia de incógnito se mantuvo con la complicidad de los Reyes Felipe y Letizia y la afectuosa dedicación de un gran número de conciudadanos: “Fue una conmovedora prueba de amistad en un periodo difícil”.
El encuentro de las Reinas más influyentes del mundo en Ámsterdam generó una gran expectación
Amalia y Leonor
Si Guillermo puso el énfasis en el pasado, Felipe VI habló del futuro hacia el que “nuestras monarquías parlamentarias avanzan juntas de la mano de dos mujeres jóvenes de su generación, la princesa Amalia y la princesa Leonor, profundamente apegadas a su nación y a su gente”. “Nuestras familias están muy unidas y nuestra relación es más fuerte que nunca”. Asimismo, en referencia a los conflictos bélicos que se desarrollan a las puertas de la Unión Europea, dijo que “el mundo necesita una Europa fuerte y unida… España y los Países Bajos se han convertido en países clave para garantizar una Europa más fuerte, autónoma, eficiente y más verde”.
La jornada del jueves 18 de abril, los dos Reyes viajaron a La Haya para presidir el Foro Empresarial entre España y Países Bajos, centrado en las finanzas tecnológicas y ciberseguridad. Asimismo, después de dirigirse a los Estados Generales, visitaron el Centro Europeo de Investigación y Tecnología Espacial (ESTEC), donde se están desarrollando proyectos en los que colaboran los dos países. Entre ellos, ‘Hera’, el nombre de la primera misión de defensa planetaria de la Agencia Espacial Europea.
Gran sintonía
Mientras, en Ámsterdam, las soberanas continuaban con su agenda, centrada en proyectos culturales y sociales. Doña Letizia, con un estilismo vibrante en rosa y naranja, a juego con un bolso de piel vegana de Olivia Mareque. Y la Reina Máxima, con un abrigo en rosa pálido marcando cintura En muy buena sintonía, acudieron a las instalaciones de la organización LAB6, centro comprometido con los problemas de los jóvenes, para debatir sobre salud mental junto a la asociación Mind Us, cuya presidenta honoraria es Máxima. Las dos están muy implicadas en esta causa al haberlo vivido en sus propias familias con la muerte de sus hermanas pequeñas, Erika e Inés.
Desde Lab6, las Reinas se trasladaron al Teatro Tuschinski, sede del X Festival de Cine Español de Ámsterdam, donde asistieron al coloquio en el que intervino el director de la película Campeones, Javier Fesser. Y ya, finalmente, concluyendo el viaje, los Reyes de España ofrecieron una recepción a la Familia Orange en el Museo STRAAT de Ámsterdam, después de ver una exposición de arte urbano. Una última cita en la que vimos al Rey abrazando a doña Letizia con cariño; a Máxima con un vestido rompedor, brillante y con lazada XL, de Jan Taminiau —frente al modelo vanguardista de la Reina de España—, y a Amalia despidiéndose de los Reyes con besos y una reverencia, como le gusta. A la vieja usanza.