Felipe VI aprovechó la buena temperatura del pasado fin de semana para disfrutar de uno de sus deportes favoritos en Baqueira Beret, estación en la que esquió desde niño hasta su boda con Letizia Ortiz y a la que, desde entonces y hasta el año pasado, había regresado en contadas ocasiones. Fue en febrero de 2023 cuando el Rey volvía a las pistas de la estación invernal donde aprendió a deslizarse, tras cuatro de ausencia, y esta vez ha coincidido también en la misma fecha —el 17 de febrero— en la que lo vimos hace doce meses. El mejor momento que podría haber elegido, ya que las fuertes nevadas propiciaron que las pistas estuvieran a punto.
Excluyendo los tiempos de pandemia, en los primeros meses del año, en la agenda del Rey siempre hay reservado un viaje a la nieve con amigos y sin doña Letizia, a la que parece que no le acaba de gustar tanto este deporte o, al menos, no acompaña a su marido en estas escapadas, que ya son prácticamente una tradición… Candanchú, Formigal, Astún, Baqueira, un destino, este último, que ha repetido en este invierno de 2024 de nuevo acompañado por un grupo de amigos, entre los que se encontraba el empresario Álvaro Fuster , su íntimo desde que compartieron pupitre en el colegio Santa María de los Rosales. Aunque cada uno con vidas distintas y sus respectivas familias, siguen siendo inseparables y comparten tiempo juntos, especialmente practicando deporte los fines de semana, cuando suelen jugar al pádel, del que ambos son apasionados.
Estaba acompañado por Álvaro Fuster, su íntimo amigo desde los años de colegio en Santa María de los Rosales
El 14 de febrero, don Felipe y doña Letizia inauguraron en Barcelona la nueva torre de la compañía Puig, según informamos en otras páginas de este mismo número. El viernes, el Rey presidió, a las diez de la mañana, en el Museo Reina Sofía, el acto de inauguración del 150 aniversario de la Intervención General de la Administración del Estado. Después, tenía la agenda oficial libre. Ese mismo día, por la tarde, llegó al Pirineo catalán y, por la noche, cenó junto a ocho amigos en el restaurante El Fogón del Valle, en el municipio de Viella. En el establecimiento, especializado en elaboraciones caseras y carnes a la brasa, habían recibido una reserva, pero la gran sorpresa fue ver a don Felipe y su grupo aparecer por la puerta. Pidieron a la carta varios platos para compartir, como ensalada de queso de cabra, longaniza típica del valle, morcilla de Burgos y chuletones, acompañados de vino tinto y, como postre, tarta de pistacho y helados. “Estaba lleno y nadie se imaginó que íbamos a tener al Rey. Le pedí una foto y accedió sin problema”, cuenta Tatiana Wandurrada, que regenta el local desde hace cinco años con su marido, Marius Costel, y compartió la imagen en sus redes. Aseguró que fue una “cena normal” de un grupo de amigos, discreta y divertida y que “estuvimos encantados de que nos visitara”.
Aprovechando el buen tiempo, practicó uno de sus deportes favoritos en el mismo lugar donde aprendió a esquiar de niño
El sábado, el Rey madrugó para aprovechar el sol y disfrutar de las pistas en el mejor fin de semana de lo que va de temporada —casi con 140 kilómetros, cuenta el complejo invernal del Valle de Arán—. Algunos esquiadores lo reconocieron mientras se deslizaba en Baqueira, donde la Familia Real tiene una casa en la Pleta, en Naut Aran, cedida desde1984 por los empresarios de la estación, y más tarde almorzando en Beret. Llevaba, como puede apreciarse en las imágenes, equipación azul y botas rojas, la misma con la que también fue fotografiado en la montaña el pasado año. Verle en el telesilla subiendo hasta las pistas rojas parece la demostración de que ya está mejor de la lesión que sufrió el pasado octubre, cuando se rompió el escafoides en una caída mientras jugaba al pádel.
La última vez que vimos al monarca en una aparición sorpresa solo fue el pasado 3 de febrero, cuando almorzó, también con un grupo de amigos, en Medinaceli.
Todos juntos
Cuando se casaron don Felipe y doña Letizia, casi se dio por hecho que mantendrían la costumbre de comenzar el año en el Valle de Arán, no solo por casi tres décadas de tradición en la Familia Real, sino además porque, en 2004, siendo tan solo prometidos, estuvieron en Baqueira, y también en el primer año de casados. Pero pasaron los inviernos y llegaron otros tiempos. De hecho, no fue hasta 2017 cuando, y para sorpresa de todos, se pudo fotografiar al Rey junto a doña Letizia y sus hijas practicando este deporte, en Astún.
Don Felipe y doña Letizia volverán a reunirse en familia con la princesa de Asturias y la infanta Sofía en Semana Santa
Precisamente allí fue donde, el pasado diciembre, la dama cadete Borbón Ortiz recibió tres días de dura instrucción militar de montaña, unas imágenes que publicó ¡HOLA! Doña Letizia no es aficionada al deporte blanco, por lo que se sabe, pero don Felipe comparte esta pasión con sus hijas —siempre se ocupó personalmente cuando eran más pequeñas de comprarles los equipos y de tenerlos listos y completos— y, cuando encuentran el momento, les gusta escaparse a esquiar. Será en Semana Santa, ya a la vuelta de la esquina, cuando la familia vuelva a reunirse al completo y los Reyes tengan en casa de nuevo a la princesa Leonor, de permiso en la Academia Militar de Zaragoza, y a la infanta Sofía, de vacaciones escolares en el internado de Gales. Algo que no sucede desde la pasada Navidad.