Es una de las herederas del continente europeo que más expectación genera en su camino al trono. Tras su gran año, Leonor continúa dando pasos y completando su impecable formación para cumplir con su destino. Pero, en este camino que ha emprendido -decidida y comprometida-, no está ‘sola’. A su lado, todo este tiempo, ha contado con el apoyo incondicional de don Felipe y doña Letizia.
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La Reina ha sido siempre su pilar. Su misión más importante ha sido la de ayudar al Rey a preparar a la heredera. Siempre ha sido así. Porque, más allá de agenda y su papel como consorte, está su faceta como madre. Ante todo, están las necesidades de Leonor y Sofía. Desde la mañana —las despertaba a las siete— a la noche (si no tenía agenda), cuando les leía cuentos o se levantaba de madrugada para atenderlas.
Junto a Felipe VI, las ha educado en la responsabilidad y ha fomentado su independencia, su autoestima y el no tener miedo al fracaso, porque hay que experimentar y equivocarse. Juntos, les abrieron los ojos al mundo, les dieron herramientas para que aprendieran a pensar por sí mismas, aunque fue doña Letizia quien planificó sus días al milímetro e impuso más disciplina.
Llama la atención el ‘equipo’ que han formado el Rey y su heredera, que ve en él a su referente y su modelo, pero la Reina es su ‘mami’ para todo.
Los gestos también están ahí. Se vio el pasado mes de octubre, cuando, tras la jura de la Constitución, Leonor dedicó un espontáneo y cariñoso abrazo a doña Letizia, dejándonos una imagen que mostraba la complicidad que existe entre ellas.
El arte de comunicar
Su trabajo ante las cámaras fue una buena escuela para hablar en público, pero también para ser la maestra de su hija en el arte de comunicar. Leonor recibió clases de expresión oral y dramatización en el colegio, pero doña Letizia fue su gran profesora.
Dicción, postura, aplomo, naturalidad y dominio de la escena: mirada, pausa, sonrisa. Tanto es así que en los primeros discursos que dio en los Premios Princesa de Asturias y en los Premios Princesa de Girona también fue para la Reina un examen. Todo salió perfecto y llegaron los aplausos. No solo de la ciudadanía. En casa, los del Rey fueron los primeros: “Es la mejor madre posible”.
Parecía que la formación de don Felipe VI era imbatible, pero lo cierto es que la de Leonor no se queda lejos. Ha recibido una educación extraordinaria para estar a la altura de las exigencias que conlleva su futuro en el trono. Todo un reto que ella vive con emoción, ilusión y consciente de lo que se espera de ella. Porque, como dijo el pasado 31 de octubre: “Me debo desde hoy a todos los españoles, a quienes serviré en todo momento con respeto y lealtad. (…) Les pido que confíen en mí, como yo tengo puesta toda mi confianza en nuestro futuro, en el futuro de España”.