Fue la primera vez, en seis años, que el rey Juan Carlos pudo celebrar una fiesta con motivo de su cumpleaños. Después de cuatro años en Abu Dabi, el rey emérito sopló las velas de su 86 aniversario rodeado de los suyos, de su familia y grandes amigos, y lo hizo con una divertida e íntima celebración el pasado 5 de enero, dejándonos unas imágenes únicas en las que se puede palpar el cariño y afecto que el padre del rey Felipe VI despierta en sus seres queridos.
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La velada comenzó con un almuerzo en uno de los restaurantes del hotel Four Seasons de Abu Dabi, seguido de una cena-cóctel con bufé a base de productos locales, y terminando con una noche de flamenco donde los cerca de 100 invitados se animaron a bailar, empezando por las infantas Cristina y Elena.
Uno de los momentos más especiales de la celebración fue cuando, terminada la cena, y antes de animarse la velada con la actuación del grupo musical Los del Río, las hijas del rey Juan Carlos sacaron una tarta sorpresa para que su padre soplara las velas. Era una minuciosa elaboración con cobertura de fondant y el escudo de su padre estampado, en la que sobresalía también una fotografía suya a bordo del ‘Bribón’, el barco con el don Juan Carlos ha ganado cerca de tres campeonatos del mundo, tres europeos y tres nacionales. Fue entonces cuando sonó el Cumpleaños feliz y el rey sopló las velas y cortó el pastel con un sable.
Acostumbrado a una relativa soledad y a un hogar casi vacío, a 7.500 kilómetros de España, sin duda fue para el rey Juan Carlos una velada muy emotiva, poder reencontrarse con sus seres queridos, citarlos a todos en aguas del Golfo Pérsico, y verse tan acompañado y querido en su cumpleaños. Era la viva imagen de la alegría, y, emocionado y encantado, aguantó hasta el final de la fiesta para no perderse ni un segundo de aquel día tan especial.