Si bien es cierto que tuvo muchas celebraciones de santo (24 de junio) hasta 1992 en los jardines del Palacio Real, don Juan Carlos nunca fue de festejar aniversarios, recibir homenajes o protagonizar grandes discursos, ni siquiera en los mejores tiempos de su reinado, aunque con dos excepciones. La primera, cuando cumplió los setenta y se celebró una fiesta en El Pardo, el 9 de enero de 2008.
La segunda, el pasado día cinco, en la víspera de la Pascua Militar, con la llegada de sus 86 años, seguramente uno de los mejores aniversarios de su vida.
Después de unos años realmente muy difíciles, fue una inyección de alegría verse en su casa (casi siempre vacía) tan acompañado y querido. Don Juan Carlos empezaba una etapa y lo hacía rodeado de familia y amigos, la mayoría españoles.
El armador gallego Pedro Campos; el restaurador Miguel Arias, dueño del restaurante Flanagan, en Mallorca; el abogado Jerónimo Páez y el doctor Eduardo Anitua querían hacerle un homenaje desde hacía meses y su cumpleaños se presentó como el mejor momento. Hablaron con el exjefe de Estado y con las infantas y todo se puso en marcha. Doña Elena y doña Cristina, que echan muchísimo de menos a su padre, se involucraron en la organización empezando por la lista de invitados que, sin excepción, se costearon su viaje y su estancia y terminando por la música que debía de ser española. Y todo salió bien.
Sus leales confidentes interrumpieron su soledad, que pesa más a miles de kilómetros de España, llenaron su casa de alegría, abrazos, flamenco y maravillosos discursos. El doctor Eduardo Anitua, su odontólogo, fue el primero en tomar la palabra nada más empezar la cena que sirvió una empresa de catering local; y le siguieron después otros amigos que quisieron destacar su papel como modernizador de la economía española y su figura histórica.
Aunque no hubo ninguno más emotivo que el de sus hijas, que prepararon juntas y leyó la infanta Elena, mientras doña Cristina sostenía fuerte la mano de su padre, quien también daría las gracias a todos por su amistad, lealtad y por haber estado a su lado en un día señalado.
Doña Elena emocionó a todos con un mensaje intimista y de agradecimiento con el que repasó la historia de su vida, hizo guiños a su papel de padre, tiró de anécdotas y arrancó risas. Palabras que don Juan Carlos recibió con los ojos brillantes y la mano en el corazón; y recordaron tanto a aquel otro día (9 de enero de 2008) que mencionamos al principio cuando celebró sus 70 años de vida en el Palacio de El Pardo con la primera y única fiesta de aniversario de su reinado.
Cuando Felipe VI homenajeó a Don Juan Carlos
Han pasado 16 años, pero aquel gran discurso ‘privado’ del que don Juan Carlos fue protagonista como homenajeado sigue muy presente. El entonces príncipe de Asturias fue el encargado de rendirle tributo durante la cena a la que asistieron 450 invitados -entre ellos familiares y representantes de las altas instituciones del Estado- y el de descubrir en nombre de toda su familia que era para todos el “querido Patrón” … “como nos gusta llamarte, tal y como le llamabais los hermanos a vuestro padre, nuestro querido abuelo”. “No nos convocas para una gran fiesta, cosa que por lo demás no suele ser de tu agrado, pero sí en cambio para compartir un acontecimiento humano, alegre y “casi” privado, con muchos de los que te han acompañado o acompañan (…) especialmente a lo largo de los más de 30 años de democracia que llevamos vividos”.
El ahora Rey Felipe VI señaló también que “sabemos que las celebraciones te gustan sobrias y discretas” y añadió: “Este es tu estilo, tu particular manera de “vestir” llana y dignamente tus 70 años: con generosidad, sin pretensiones, con la mano tendida y los brazos abiertos… y sin perder esa chispa, siempre dispuesta para el humor, la intuición y el coraje que siempre has demostrado, hasta en los momentos más difíciles…”.