El 86º aniversario del rey Juan Carlos, que se presentó como un buen momento para una celebración, empezó con un almuerzo en uno de los restaurantes del hotel Four Seasons de Abu Dabi —enfrente de Zaya Nurai— y terminó con una noche de flamenco que los invitados disfrutaron de verdad. Especialmente los españoles, que eran mayoría abrumadora. Así lo contaban a su regreso a Madrid cuando salieron a su encuentro algunos periodistas: todo “fenomenal” y don Juan Carlos “encantado”. También algunos diplomáticos extranjeros —ninguno de nuestro país, ni siquiera el embajador de España en Emiratos Árabes Unidos— y amigos emiratíes.
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Las infantas fueron las primeras en salir a bailar, seguidas de la mayoría de los invitados, que no pudieron resistirse cuando empezó a sonar La Macarena
Las infantas doña Elena y doña Cristina se adelantaron a la llegada de todos para ayudar con los últimos detalles de la celebración, aunque se partió de la idea, y se cumplió, de que todo fuera sencillo. Cero protocolo y sin código de vestimenta. Las damas acudieron con vestidos “midi” elegantes y los caballeros, con chaqueta y sin corbata, primando la alegría de poder estar todos juntos. De ahí que tampoco se ofreciera una cena formal, optando por un cóctel seguido de un bufé a base de producto local. Lo preparó una empresa de catering de los Emiratos y se sirvió en diferentes espacios, aunque la mayor parte de la fiesta transcurrió entre el porche de la vivienda y la terraza, que tiene espectaculares vistas al mar y al jardín.
Mensaje intimista
El primer discurso corrió a cargo del doctor Eduardo Anitua, su amigo desde hace muchos años y su odontólogo de mayor confianza. Tanta que, cuando se instaló en Abu Dabi, prefirió no ir al dentista en dos años y esperar a su primera visita a España para poder pasar consulta en su clínica de Vitoria.
En la fiesta, que transcurrió entre el porche y la terraza con vistas al mar, se sirvió un cóctel seguido de un bufé a base de producto local preparado por una empresa de catering de los Emiratos
Después, tomaron la palabra otros amigos, quienes destacaron el papel del Rey Juan Carlos como modernizador de la economía española y su figura histórica. La infanta Elena también intervino y emocionó a todos con un mensaje intimista, de corazón y de agradecimiento a su padre, con el que repasó la historia de su vida. Y, finalmente, don Juan Carlos también dio las gracias a todos los invitados por su amistad, lealtad y por haberlo acompañado en un día señalado.
En una noche de grandes discursos, doña Elena emocionó a todos repasando la historia de don Juan Carlos con un mensaje de corazón y agradecimiento
Terminada la cena, las infantas Elena y Cristina se ocuparon de sacar la tarta con cobertura de fondant y el escudo de su padre estampado, en la que sobresalía también una fotografía suya a bordo del ‘Bribón’. El barco con el que, junto a la tripulación, ha ganado tres campeonatos del mundo, tres europeos y tres nacionales y es, desde 2017, la nave a abatir en la clase 6 Metros.
El sable
Sonó entonces el Cumpleaños feliz, don Juan Carlos sopló las velas, cortó el pastel con un sable… y empezó la fiesta. Animada por un grupo flamenco y la actuación de Los del Río, a los que el ex jefe de Estado conoce desde hace muchos años y lo han acompañado en muchas celebraciones alegres, la noche se alargó hasta las dos de la madrugada. Los del Río se arrancaron por sevillanas y, por supuesto, sonó La Macarena … Las infantas fueron las primeras en lanzarse a bailar y los demás invitados las siguieron para alegría de don Juan Carlos, que estaba encantado y muy emocionado y aguantó hasta al final, despidiendo a todos con abrazos.
Asistieron cuatro de los ocho nietos del Rey Juan Carlos: Felipe y Victoria de Marichalar e Irene y Pablo Urdangarín
Felipe, ‘el vecino’
Sus hijas alargarían la estancia unas horas más antes de separarse también —doña Cristina regresó a Ginebra y doña Elena, a Madrid— y, finalmente, don Juan Carlos volvería a quedarse solo, aunque con su nieto Felipe de vecino.
El hijo de la infanta Elena vive en Abu Dabi desde febrero del pasado año y lo visita con frecuencia, especialmente los fines de semana. Como ha podido saber ¡HOLA!, sigue trabajando en la COP 28, un evento global dentro de la organización de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que se celebró entre noviembre y diciembre, pero que tiene continuidad durante todo este año.
La noche, animada por un grupo flamenco y la actuación de Los del Río, se alargó hasta las dos de la madrugada, y don Juan Carlos aguantó hasta al final, después de dar las gracias a todos
Don Juan Carlos es un Rey curtido que ha pasado por mucho desde que llegó a su país solo con diez años… Y comienza 2024 con el horizonte abierto y toda la ilusión del mundo por volver al mar y a Madrid, para disfrutar de la ciudad unos días, pudiendo quedarse a dormir en el palacio de la Zarzuela. Puede entrar y salir cuando quiera de la que fue su casa durante casi seis décadas, pero, hasta el momento, lo que no ha hecho ha sido pasar la noche. Aunque no parece que sea un problema. En su escala de prioridades, lo realmente importante es estar con su familia, volver a estar juntos, como se vio en su último viaje a Madrid. Era el 60 cumpleaños de su querida hija Elena, que no se hubiera perdido por nada del mundo, pero también una vuelta a España muy especial con todos sus seres queridos mostrándole su cariño antes de Navidad. La tercera que pasaba fuera de Madrid, aunque con la certeza de que el nuevo año comenzaría de otra manera. Y así fue.