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Fue su cuarto aniversario en Abu Dabi, pero el primero que pudo celebrar con una fiesta en los últimos seis años. No era un número redondo (86), pero cuadró así y, el 5 de enero, el Rey don Juan Carlos pudo disfrutar de uno de sus cumpleaños más felices a 7.500 kilómetros de España.
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Le hacía una enorme ilusión reencontrarse con los suyos, todos a la vez en aguas del Golfo Pérsico. Acostumbrado a una relativa soledad y a un hogar casi vacío, fue para él un momento muy especial y emotivo verse tan acompañado y querido.
Cuando los invitados llegaron a su casa, se encontraron a don Juan Carlos esperándolos para recibirlos, junto a su familia en fila, ante una bandera de España y un árbol de Navidad gigante
Los invitados, alrededor de cien personas, hicieron la travesía en barco desde Abu Dabi y atracaron en la isla donde vive, Zaya Nurai, sobre las ocho de la tarde, las cinco en España. Era ya noche cerrada (estrellada y espectacular) cuando llegaron a la villa y se encontraron con un árbol de Navidad gigante decorado en rojo y blanco, una bandera de España flanqueando la puerta hasta el techo y a don Juan Carlos esperándolos con los brazos abiertos para recibirlos junto a su familia en fila.
Pablo y Johanna
La infanta Elena acudió con sus dos hijos, Felipe y Victoria de Marichalar, quien felicitaba a su abuelo previamente en su perfil de Instagram con un corazón, una foto en blanco y negro de su época en la Academia Militar de Zaragoza y un “Felicidades, abuelo. Te quiero”. Y la infanta Cristina con Irene, Pablo y Johanna Zott, la novia de su hijo.
Acostumbrado a una relativa soledad y a un hogar casi vacío, fue para él un momento muy especial verse tan acompañado y querido
En una de las imágenes familiares que publicamos en exclusiva, se les puede ver en su papel de anfitriones ante el abeto y la enseña nacional. Irene abre fila con un vestido con estampado geométrico en blanco y negro. A su lado, su hermano Pablo, que lleva traje oscuro y camisa blanca y la abraza por la espalda. En el centro, vemos al Rey Juan Carlos, arropado por sus dos hijas. A su derecha, la infanta Cristina, que sorprende con un cambio de estilo y viste un diseño boho chic combinado con pendientes y un anillo de aguamarina colocado en el mismo dedo donde sigue llevando su anillo de casada. A su izquierda, la infanta Elena con un modelo azul marino y un collar-fular de topacios azules e iolitas, diseñado por Elena Carrera, que pertenece al joyero de su madre, la Reina Sofía. Doña Cristina lo coge cariñosamente del brazo, mientras que doña Elena entrelaza su mano con la suya. Sus gestos lo dicen todo: son dos hijas muy unidas a su padre, lo echan mucho de menos y en ningún caso se habrían perdido celebrar con él una fecha tan especial como su 86 cumpleaños.
Las infantas Elena y Cristina adelantaron su llegada a Abu Dabi para ayudar a los amigos de don Juan Carlos a organizar el evento
Al lado, Victoria de Marichalar con un vestido negro, con escote en ‘V’ y detalles de encaje —que resaltaban su espectacular figura—. Un modelo que ya ha llevado en anteriores ocasiones y que, curiosamente, “comparte” con su tía la Reina Letizia, que tiene el mismo diseño en color blanco. Cierra la imagen Felipe de Marichalar, quien, al igual que su primo Pablo, aparece con chaqueta oscura y el primer botón de la camisa desabrochado, dándole así a su atuendo un toque desenfadado.
Doña Cristina cogió la mano de su padre, que estaba realmente emocionado, y todos empezaron a cantar el Cumpleaños feliz mientras doña Elena le acercaba la tarta
Iniciativa de los amigos
Como avanzó ¡HOLA! en primicia, la iniciativa de la fiesta fue del armador Pedro Campos , su compañero de regatas, que acudió con su mujer, Cristina Franze; Miguel Arias, dueño del Flanagan, el restaurante al que don Juan Carlos acudía siempre en familia durante sus vacaciones en Mallorca; el abogado Jerónimo Páez, y el doctor Eduardo Anitua. Los cuatro se encargaron, con la ayuda de las infantas Elena y Cristina, de la organización, después de que don Juan Carlos aceptara que se celebrara una fiesta por su cumpleaños en Abu Dabi.
Don Juan Carlos sopló las velas, cortó el pastel con un sable… y empezó la fiesta
Todos se han costeado su viaje y su estancia y todos han dejado muy claro que fue un homenaje sincero a don Juan Carlos, que ha empezado una nueva etapa, después de años muy difíciles en los que vio cómo se iban minando los logros de su reinado. “Está bien de salud, tiene ganas de vivir y de disfrutar”, nos dice su círculo, añadiendo que está más animado al haber podido normalizar sus visitas a España y no tener ninguna causa abierta, y que admiran su capacidad “de superación, su positividad, su forma de encarar la vida”.