Sus “colegas”, la princesa Elisabeth de los belgas, Amalia de los Países Bajos e Ingrid de Noruega, esperaban la mayoría de edad para coronarse con una joya y vestirse de largo como una princesa de cuento… Pero en el caso de la princesa de Asturias, no ha sido así. Leonor centró el foco en su formación militar, en los galardones que llevan su nombre y premian a personas que son ejemplo de la excelencia; y en la jura de la Constitución. Aunque en paralelo, sí que ha empezado a llenar su joyero personal. En las Casas Reales es tradición regalar alguna joya a la heredera al trono, al cumplir 18 años, y sus padres y abuelos sumaron algunas piezas a su cofre. Algunas, como en el caso de la Reina doña Sofía, de su colección personal… Y otras con historia especial, como los pendientes que estrenó en los últimos premios Princesa de Asturias. Joya que, aunque atribuida a otra firma durante años, es un diseño de Aldao.
¡HOLA! desvelaba el mes pasado que habían sido un regalo de don Felipe a doña Letizia, con motivo de su nacimiento el 31 de octubre de 2005, y sabemos ahora que fue esta joyería española centenaria, muy vinculada a la Familia Real, la que recibió el encargo. Tienen un doble aro desmontable. El primero con diamantes y aguamarinas talla esmeralda. Y el segundo de diamantes con dos aguamarinas colgantes talla pera, una gema con mucha presencia en la dinastía Borbón, quedándonos la duda de si se hicieron a partir de piedras que ya estaban en poder de la Familia Real… Por su historia, estos ya son los “pendientes Leonor”, aunque lo más probable es que los siga compartiendo la Reina. De hecho, doña Letizia los llevó en su versión más sencilla en su jura de la Constitución.
‘Vivir intensamente’
También con motivo de su cumpleaños, Leonor agregó a su cofre unos nuevos pendientes de oro rosa con diamantes y tanzanitas, que se cree fueron regalo de sus padres. El modelo, de la firma Gold&Roses, se llama Sasa —en swahili significa “ahora”— y simboliza “vivir intensamente cada momento como si nunca fuera a terminar”. Por otra parte, desde Mallorca y Oviedo también llegaron a palacio dos nuevas joyas. A petición del Govern, Isabel Guarch diseñó para la princesa unos pendientes, inspirados en el rosetón del portal mayor de la Catedral de Palma y su mágico juego de luz. Están realizados en oro amarillo y llevan cuajado central de diamantes en talla brillante. Y el Principado de Asturias obsequió a la heredera con una pequeña medalla en nácar tallado y oro, obra de Quirós Arte Joya, en el que destaca una imagen de la Virgen de Covadonga.
Cuatro tiaras
Asimismo, la princesa tiene un lote de tiaras que ha pasado de generación en generación y la está esperando para “conquistar” las noches de gala del palacio Real. No tendrá acceso a las diademas ligadas al ejercicio de las Reinas, como la de flor de lis o la rusa de la Reina María Cristina, pero entre las ocho de la casa —dos de ellas la Prusiana y la Niarchos, personales de doña Sofía—, podrá elegir entre cuatro. Y estas son: la tiara “Princesa” de diamantes y perlas, regalo de don Felipe a doña Letizia y herencia directa de su madre; la diadema Prusiana : la joya “de casar” que eligieron tanto su madre como doña Sofía, para el día de sus bodas; la diadema de las conchas, encargo de Isabel II para su hija, la chata; y la tiara Floralde la Reina María Cristina, seguramente, la favorita de doña Letizia.
Doña Sofía le entregó una pieza de su colección personal, tal y como hizo con sus otras nietas, Victoria e Irene, en su mayoría de edad