La princesa de Asturias podría no haberse adaptado, no entender la institución y no aceptar las exigencias de un destino trazado, pero en su 18 cumpleaños dijo ‘sí’ a servir a España al jurar la Carta Magna como heredera de la Corona ante las Cortes Generales. Lo hizo arropada por su familia y vestida de blanco. Un color tan inesperado como su traje sastre, otra sorpresa, confeccionado por Serna, el sastre de su padre. Un diseño de pantalón recto y chaqueta cruzada de dos botones y grandes solapas, que tanto recordó al que llevó doña Letizia en su pedida de mano.
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Miles de personas salieron a la calle para cantar el Cumpleaños feliz a la princesa, que recorrió el centro de Madrid junto a la infanta Sofía en un Rolls-Royce con el techo acristalado
La hija primogénita de los Reyes de España entra en la historia y empieza una nueva era tras dar el paso oficial más importante de su vida rumbo al trono. Será la cuarta Reina titular, la primera después de Felipe VI, desde la abdicación de Isabel II en 1868, y jamás olvidará el 31 de octubre de 2023 . Una fecha para la que llevaba preparándose toda la vida y en la que ‘entró’ con una enorme sonrisa y arropada por sus padres, los Reyes, y su hermana, Sofía, en la mañana de su 18 cumpleaños.
La Familia Real salió de la Zarzuela pasadas las diez y media de la mañana en dos históricos Rolls-Royce, escoltados por la Sección de Motos de la Guardia Real. El primero ocupado por los Reyes y el segundo, acristalado, por sus hijas, quienes vieron cómo Madrid se vistió de gala para celebrar una jornada histórica y cómo los ciudadanos salían a las calles —atestadas de gente, aun siendo martes— para saludarlas con manos y banderas (se repartieron 15.000) y cantar a la princesa el Cumpleaños feliz .
Sencillez, sobriedad y elegancia: Leonor eligió un traje pantalón confeccionado por el sastre de su padre, que nos recordó al que llevó su madre en su pedida de mano
Leonor de Borbón protagonizaba un acto de máxima trascendencia histórica, dinástica y constitucional, pero también la mejor noticia: los españoles, que ven a una heredera comprometida con su destino y valoran su esfuerzo, la acogen, le dan un voto de confianza. Así se leyó también en los resultados de la última encuesta publicada en ¡HOLA! sobre la heredera.
Las hijas de los Reyes no son de las que pierden clases a la mínima, pero, como excepción, Sofía se saltó los primeros días de la semana de colegio en Gales para acompañar a su familia, a su querida hermana, Leonor, a la que siempre mira con orgullo y admiración.
Eran las 11:10 cuando llegaron a las puertas del palacio de las Cortes, ya escoltados por el escuadrón a caballo de Escolta Real, todos con capas negra, castaña y torda. Allí los recibió el Batallón de Honores, compuesto por cuatro compañías en representación de los tres Ejércitos y de la Guardia Civil, una escuadra de gastadores y la banda de música.
El 31 de octubre y arropada por los Reyes y su hermana, Leonor vivió emocionada y con una enorme sonrisa el gran día para el que llevaba preparándose toda la vida
Al frente, el histórico edificio engalanado con ocho reposteros con el escudo constitucional y el histórico baldaquino (o dosel de gala), de 120 metros cuadrados y más de 240 kilos, de la Real Fábrica de Tapices. La pieza, que adornó el atrio por primera vez en 1902 con motivo de la jura del Rey Alfonso XIII al cumplir la mayoría de edad —tenía 16 años—, volvió a señalar una efeméride de enorme relevancia institucional, después de la proclamación de Felipe VI.
Estilismos y mensajes
En uno de los días más importantes en la vida de Leonor, se desvelaba por fin su estilismo. Sencillo y sobrio como el mismo acto, pero rompedor. Frente al vestido largo, un dos piezas masculino marcando los nuevos tiempos, pero sin olvidar la tradición ni su dinastía, que resumió con la insignia del Toisón de Oro que le impuso Felipe VI en 2018.
No fue la única sorpresa. La Reina optó por repetir traje para dar el mayor protagonismo a la princesa Leonor, y Sofía, en su apuesta por un mundo más sostenible, asistió a la gran cita de su hermana con un vestido de alquiler.
El acto solemne tuvo un desarrollo casi idéntico al de la jura de Felipe de Borbón hace 37 años, haciendo uso de la misma fórmula y sobre el mismo ejemplar de la Constitución
Tras el saludo a la Familia Real del presidente del Gobierno en funciones y del jefe del Estado Mayor de la Defensa, Teodoro Esteban López Calderón, el Rey recibió los honores de ordenanza y pasó revista a las tropas formadas en la plaza (el Batallón Mixto de Honores). Y, seguidamente, la comitiva puso rumbo hacia la escalinata de la Puerta de los Leones, que flanqueaban los alabarderos de la Guardia Real, encargados tradicionalmente de la protección de proximidad de los Reyes. Allí los esperaban la presidenta del Congreso de los Diputados, Francina Armengol, y el presidente del Senado, Pedro Rollán, quienes los acompañaron al vestíbulo de la Reina, donde fueron recibidos por los presidentes del Tribunal Constitucional, Cándido Conde Pumpido, y del Consejo General del Poder Judicial por sustitución, el vocal Vicente Guilarte.
A diferencia del año 1986, en la jura del entonces príncipe Felipe al cumplir los 18 años , a la que asistió su abuelo don Juan, en esta ocasión, el Rey Juan Carlos I y doña Sofía, abuelos de la princesa, no estuvieron presentes en los actos institucionales. Según pudo saber ¡HOLA!, don Juan Carlos no quería ensombrecer la posición de su nieta y optó por la misma fórmula que el día en el que su hijo fue proclamado Rey. Con una diferencia, entonces doña Sofía sí asistió. Nuestras fuentes nos confirman que lo hablaron padre e hijo y que, juntos, optaron por este formato, quedando excluida doña Sofía para no marcar diferencias.
“Juro desempeñar fielmente mis funciones, guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes y respetar los derechos de los ciudadanos y de las comunidades autónomas y fidelidad al Rey”
Un hemiciclo de gala
Tras saludar a los miembros de las Mesas del Congreso y del Senado en el salón de Pasos Perdidos, la Familia Real, precedida por los maceros del Congreso, accedió desde la escalera de la galería del Orden del Día a la tribuna. Un estrado remodelado y elevado, que se utilizó en 2014 para la proclamación del Rey en la zona reservada a la Presidencia del Congreso. También las butacas burdeos y azules fueron sustituidas por 585 sillas carmesí. El color que representa el paño del escudo de armas del actual jefe de Estado y, desde hace más de cinco siglos, está ligado a la Monarquía española. Allí, Felipe VI, que no quitaba ojo a su hija, le preguntaba: “¿Bien?”. Impresionante… Ya lo había dicho el Rey en Oviedo : “Y el próximo día 31 —alcanzada la mayoría de edad— será su jura de la Constitución ante las Cortes Generales, un acto de enorme trascendencia institucional, simbolismo histórico y compromiso personal”.
Tras jurar la Constitución, la princesa recibió una ovación de cuatro minutos que agradeció, emocionada, llevándose la mano al corazón
La jura
Tras sonar el Himno Nacional y antes de ocupar sus asientos, protagonizó Sofía la primera anécdota, al sentarse en la silla de su hermana. Y dio comienzo, a continuación, la sesión solemne de las Cortes Generales. La presidenta del Congreso cedió la palabra al letrado mayor del Congreso para que hiciera lectura del acuerdo adoptado por el Consejo de Ministros del 10 de octubre de 2023, solicitando convocatoria del Pleno de las Cortes para la celebración del juramento de la princesa de Asturias como heredera de la Corona, al que se refiere el artículo 61 de la Constitución. Y después pronunció su discurso. Armengol señaló que «la princesa Leonor es digna representante de este país moderno y abierto al mundo», antes de pedirle que prestara juramento a la Carta Magna.
La infanta Sofía se saltó las clases en el colegio en Gales para acompañar a su querida hermana, Leonor, a la que siempre mira con orgullo y admiración
Pasaban 36 minutos de las once cuando Leonor se levantó de su sitio preferente en la tribuna y se dirigió a la mesa cubierta con terciopelo azul marino, situada bajo un cuadro de las Cortes Medievales, que representa el momento en que la regente María de Molina presenta a su hijo, el infante don Fernando, ante las Cortes de Valladolid, obra de Antonio Gisbert. Con rostro serio y mirada firme, consciente del momento histórico que estaba protagonizando, Leonor declaró con voz clara sobre la Constitución donde juró su padre 37 años antes: “Juro desempeñar fielmente mis funciones, guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes y respetar los derechos de los ciudadanos y de las comunidades autónomas y fidelidad al Rey”.
Aplauso de cuatro minutos y homenajes
A continuación, la presidenta certificó el juramento, a la vez que todos los asistentes, en pie, rompían el solemne silencio con una ovación de cuatro minutos. Felipe VI intentó hacerle entender a la princesa que debía pararlos, pero Leonor, emocionada, daba las gracias insistentemente, llevándose la mano al corazón sin saber, seguramente, que en la calle miles de personas aplaudían también el histórico momento del que habían sido testigos a través de las pantallas gigantes instaladas por la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid. No fue lo único: el consistorio también engalanó calles, iluminó fuentes, edificios y autobuses con la enseña nacional y el escudo de la Casa Real y organizó actos culturales. Asimismo, la Comunidad de Madrid también repartió dulces gratuitos con la bandera de España, elaborados por la pastelería Manacor.
Los Reyes, unos padres muy orgullosos, fueron los primeros en felicitar a la heredera al trono, ante la mirada de las autoridades presentes
No fueron los únicos honores: en la explanada de la catedral de la Almudena, la Guardia Real disparó una salva de 19 cañonazos, que son los honores que corresponden a la princesa de Asturias, y repicaron las campanas de los reales sitios, de la catedral de Oviedo y el Santuario de Covadonga.
Una ayuda real
Finalizada la ceremonia en el salón de sesiones, los presidentes del Congreso de los Diputados y del Senado condecoraron a la princesa de Asturias con las respectivas medallas de las cámaras, dando lugar a la segunda anécdota. Leonor iba peinada con una coleta baja —estaba guapísima— y tuvo problemas con ella al colocarle las medallas. Eso sí, el Rey Felipe fue ‘al rescate’ y se encargó de que su hija estuviera perfecta en todo momento, aunque no fue el único. La Reina Letizia, que presta atención hasta al más mínimo detalle, también ‘rompió fila’ para colocársela mejor.
La sesión solemne en la Cámara Baja finalizó con la imposición de las medallas del Congreso y el Senado y la firma en el Libro de Honor
Con las medallas en su sitio, tuvo lugar después, en el salón de Ministros, la firma en el Libro de Honor del Congreso de los Diputados. Con motivo de la jura de Leonor, se ha estrenado su segunda edición y firmaron los cuatro —la princesa con su izquierda, porque es zurda—, aunque fue el Rey quien lo inauguró.
Tras saludar a las autoridades presentes en el salón de los Pasos Perdidos —con cambio de posiciones, Leonor entre la Reina y su hermana, Sofía (a su derecha)—, la Familia Real se dirigió a la Puerta de los Leones para, desde la escalinata del palacio de las Cortes, presidir el desfile por la carrera de San Jerónimo del Batallón de Honores de la Fuerzas Armadas y la Guardia Civil.
Un vistoso desfile
Concluidos los actos en el palacio de las Cortes, los Reyes, la princesa de Asturias y la infanta Sofía se desplazaron al Palacio Real acompañados por el escuadrón de Escolta Real a caball, en un vistoso desfile. De nuevo, miles de personas se desplegaron a lo largo del recorrido para aplaudir y vitorear a la comitiva real. Gestos a los que los Reyes y sus hijas respondían agradecidos, saludando desde detrás de los cristales.
El baldaquino con el que se decoró la fachada del Congreso pesa 215 kilos y fue utilizado por primera vez con motivo de la jura del Rey Alfonso XIII, en mayo de 1902
Una vez la comitiva real entró en la plaza de la Armería, el Rey recibió los honores de ordenanza con la interpretación del Himno Nacional y las 21 salvas correspondientes. Y después, tras pasar revista a la formación, se reunió con la Reina y sus hijas para hacer su entrada en el Palacio Real. El edificio más representativo de la Corona, con una fachada que se extiende a los jardines de Sabatini: 135.000 metros cuadrados y 3.418 habitaciones, casi el doble que Buckingham o Versalles.
Máxima condecoración
Ya en el interior del palacio, los Reyes, la princesa de Asturias y la infanta Sofía se dirigieron al salón de Carlos III, antiguo dormitorio del Rey, para dar comienzo a la ceremonia de imposición a la princesa de Asturias del collar de la Real y Distinguida Orden Española de Carlos III, la máxima y distinguida condecoración civil que concede el Estado. La distinción a la princesa de Asturias se concedió a través del Real Decreto 783/2023, de 10 de octubre.
La ceremonia comenzó con la intervención del presidente del Gobierno en funciones: “Es un honor para el Gobierno de España otorgaros esta condecoración”, dijo Pedro Sánchez. “En esta España democrática, libre, moderna, el futuro se escribe con cada acción y también con las decisiones que tomamos. Y hoy ese futuro se ve enriquecido por el papel que vuestra alteza comenzará a desempeñar, a partir de ahora”. “Contad, alteza, con la lealtad, el respeto y el afecto del Gobierno. Muchas gracias”.
Tras la lectura del Real Decreto de concesión, el Rey hacía entrega a su hija de la mayor distinción honorífica, el collar de la Real y Muy Distinguida Orden de Carlos III, protagonizando otro momento histórico y de enorme complicidad. Rey y princesa, padre e hija, antes de que esta tomara la palabra.
Nuevo escenario
En su mayoría de edad, la heredera al trono también pronunció su primer discurso en el Palacio Real. Leonor agradeció al Gobierno que le ofrecieran una “distinción tan vinculada al servicio del Estado y a nuestra Monarquía parlamentaria. Desde hoy, incorporo su valioso lema —virtud y mérito— a mi condición de princesa de Asturias y heredera de la Corona”. Y también, a la presidenta del Congreso de los Diputados y al presidente del Senado, que le concedieron “las medallas de las cámaras que me unen, desde este día tan trascendente, a las instituciones que representan al pueblo español, titular de la soberanía nacional”.
Tras recibir el collar de Carlos III, aseguró que “desde hoy” incorpora su lema, “virtud y mérito”, a su condición de “princesa de Asturias y heredera de la Corona”
Leonor recordó el juramento que acababa de hacer y dijo que “me he comprometido solemne, formal y públicamente con nuestros principios democráticos y con nuestros valores constitucionales, que asumo plenamente. Y he contraído una gran responsabilidad con España ante las Cortes Generales, que espero corresponder con la mayor dignidad y con el mejor ejemplo”. Asimismo, resaltó que no solo había prestado juramento de fidelidad al Rey, sino también a lo que la Corona simboliza y representa: la unidad y permanencia de España.
Leonor será la cuarta Reina titular de España, la primera que reine desde la abdicación de Isabel II en 1870
La princesa añadió: “Conduciré mis actos en todos los ámbitos de mi vida atendiendo siempre a los intereses generales de nuestra nación. Observaré un comportamiento que merezca el reconocimiento y el aprecio de los ciudadanos. Y cumpliré con mis obligaciones con total dedicación y una entrega sin condiciones, procurando siempre crecer como persona, junto al cariño y apoyo de mi familia”.
La princesa de Asturias, muy protectora, abrazó a su madre tras saludar a los invitados en el salón del trono del Palacio Real
“Me debo desde hoy a todos los españoles, a quienes serviré en todo momento con respeto y lealtad. No hay mayor orgullo. En este día tan importante —que voy a recordar siempre con emoción—, les pido que confíen en mí, como yo tengo puesta toda mi confianza en nuestro futuro, en el futuro de España”.
Los periodistas presentes en el Palacio Real felicitaron a la princesa de Asturias por la serenidad y seguridad que mostró, en todo momento, durante su discurso y Leonor les dijo que “tengo que ir mejorando”.
Del salón del trono al comedor de gala
Finalizada la ceremonia, los Reyes y sus hijas se dirigieron al salón del trono, donde saludaron a los 150 invitados. Allí, la Reina y la princesa de Asturias nos dejaron otro ‘momentazo’. Leonor abrazando a su madre, la Reina, quien vivió la histórica mañana con emoción y a la espera de que todo saliera bien.
Entre confidencias, entraron juntas en el comedor de gala, ‘el más bello de Europa’. Un espacio de 400 metros creado en 1879 por el Rey Alfonso XII —unió ‘las tres salas de la Reina’ para celebrar su banquete de bodas con María Cristina de Habsburgo—.
El Rey toma la palabra
Al almuerzo conmemorativo, además de las autoridades civiles, militares y eclesiásticas, asistieron representantes de un amplio abanico de la sociedad civil de toda España. El menú incluyó consomé de pularda, salmonetes y mousse de chocolate negro y se usó una vajilla de los Reyes Juan Carlos I y doña Sofía y una cubertería de Alfonso XIII. Asimismo, en lugar de la mesa imperial, se dispusieron las redondas de doce personas.
“Tengo que seguir mejorando”, dijo a los periodistas, que la felicitaron por la serenidad y seguridad en sí misma al pronunciar su discurso
Felipe VI dio la bienvenida al Palacio Real a los asistentes, en nombre propio y de su familia, “en este día tan relevante para nuestra historia y lleno de significado para España”. Y después, destacó que “el juramento de Leonor expresaba el compromiso de la Monarquía con los principios y valores constitucionales”. También recordó las palabras que le dirigió Gregorio Peces Barba el día de su juramento ante las Cortes, hace 37 años, antes de afirmar, dirigiéndose a su hija, que el principal deber de Leonor es “cumplir y respetar nuestra Constitución”.
Dirigiéndose a su hija, Felipe VI dijo: “No estarás sola en tu camino. En tu familia encontrarás el necesario apoyo más personal y el conjunto de los españoles —a los que te debes— sabrá reconocer tu entrega y dedicación con su aliento y afecto. (...). Tu madre y yo, tu familia y todos te damos la enhorabuena por tu jura de la Constitución”.
Finalizó el Rey felicitándola en nombre de toda su familia, por jurar la Constitución y por recibir las medallas del Congreso y Senado y el collar de Carlos III… “Y que no se me olvide, con todo cariño, te deseamos feliz cumpleaños. Queremos brindar por ella, os invito a brindar por ella. Larga vida y acierto a la princesa de Asturias. Salud”. Entonces cogió su copa y la alzó, respondiendo Leonor con una enorme sonrisa. Tras brindar con su madre y con los demás invitados sentados en su mesa, bebió un sorbo de champán, mientras la banda de la Guardia Real interpretaba (a violín) el Cumpleaños feliz.
Otra sorpresa
En los grandes acontecimientos, las Familias Reales europeas tienen por costumbre salir a los balcones de los palacios a saludar, pero los Reyes de España y sus hijas han optado de manera inesperada por salir de palacio para encontrarse con los ciudadanos que estaban esperándolos desde hacía varias horas frente al palacio. Una iniciativa que fue acogida con gritos de “¡Viva el Rey!” y de “¡Feliz cumpleaños!” por los cientos de personas. Entre ellos, un grupo de jóvenes de Concordia Española, que siempre siguen sus pasos con banderas y pancartas en las que puede leerse: “El futuro es Leonor”.
A diferencia de las Familias Reales europeas, que saludan desde los balcones de sus palacios, los Reyes y sus hijas prefirieron encontrarse con los ciudadanos a pie de calle
La Familia Real abandonó el Palacio Real escoltada por la sección de motos de la Guardia Real para trasladarse a la Zarzuela. Minutos después, la Casa Real publicaba un mensaje en X, antiguo Twitter, con un rotundo «Gracias» en mayúsculas.
El collar de Carlos III
El collar de la Real y Distinguida Orden Española de Carlos III es la máxima y distinguida condecoración civil que concede el Estado, reservada a los miembros de la Familia Real española, los jefes de Estado y de Gobierno y otros altos dignatarios. La orden fue establecida por el Rey Carlos III en 1771, con el lema latino ‘Virtuti et merito’, que se inscribe en el reverso del collar. Leonor es la decimocuarta persona viva que pasa a formar parte de este exclusivo club de 25, al que pertenecen, además de su abuelo y su padre, el Rey de Suecia y la Reina de Dinamarca.
Compuesto por 41 piezas, la principal lleva la cifra de oro (III) del monarca que da nombre a la Real Orden, orlada de palma y laurel de oro y esmaltes. Además, se acompaña de la venera: una cruz de oro coronada por dos ramas de laurel, anudadas por un lazo y con cuatro brazos iguales, rematados por ocho esferas de oro y una flor de lis en los antebrazos y, en el centro, la imagen de la Purísima Concepción.