La princesa Leonor cumplirá este martes 18 años y, tal y como se contempla en la Carta Magna, jurará la Constitución en el Congreso de los Diputados ante las Cortes Generales. Tras este acto breve, pero muy solemne recibirá en el Palacio Real de manos de su padre el collar de la Real y Distinguida Orden Española de Carlos III, en presencia de los poderes del Estado, tal y como hizo hace 37 años don Felipe cuando alcanzó la mayoría de edad, quien lo recibió de don Juan Carlos. Este collar está reservado a los miembros de la Familia Real española, jefes de Estado y de Gobierno y es la orden que distingue a las personas que destaquen por sus buenas acciones en beneficio de España y de la Corona. Esta importante joya está cargada de simbolismos y mensajes que detallamos a continuación de la mano de Amalia Aranda Huete, conservadora de la colección de relojes y lámparas de Patrimonio Nacional.
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La Orden se estableció por el rey Carlos III mediante real cédula el 19 de septiembre de 1771 con el lema latino Virtuti et merito (Por virtud y mérito) tras el nacimiento de su primer nieto varón, el infante Carlos Clemente, hijo de los entonces príncipes de Asturias, Carlos IV y María Luisa de Parma. El matrimonio llevaba cinco años de matrimonio y el monarca se impacientaba porque su heredero no tuviera descendencia que asegurara la línea dinástica así que cuando llegó el ansiado bebé quiso dar gracias y demostrar también la devoción a la Virgen María en su advocación de Inmaculada Concepción, de quien era muy devoto.
El collar que atesora Patrimonio Nacional en la cámara acorazada del Palacio Real y que solo se coloca a la Virgen de Atocha es exactamente igual al que se impondrá a Leonor de Borbón. “Esta es la pieza que Isabel II tenía en su guardajoyas y en un primer momento ella se lo cede a su esposo Francisco de Asís. Sin embargo, en marzo de 1864 es cuando la Reina se lo impone a la Virgen de Atocha junto con el Toisón de Oro y la gran cruz. Como tenía una gran devoción por esta imagen decidió encargar a su platero, Narciso Práxedes Soria, que limpiara y restaurara ese collar que estaba en su joyero”.
Sobre las características de estos collares de las que solo hay algo más de una venintena, la conservadora explica que “es de oro y está compuesto por 41 piezas, de ellas, 30 son eslabones que reproducen cuatro modelos diferentes, de ellos el principal es el eslabón con la cifra de Carlos IIII, una C y un 3 en números romanos y está rodeado por una palma y por una rama de laurel esmaltada en verde”, detalla Aranda Huete. “A los lados le sigue un eslabón con un león rapante con la cabeza y la mirada vuelta hacia la cifra del Rey y, a continuación, se muestra la torre de un castillo en representación de Castilla y León. El último, es un trofeo militar, un casco de caballero y dos banderas cruzadas una de color rojo y otra en verde”. A pesar de su tamaño es “liviano” y es fácil de portar.
Un reverso con mensaje
La parte más importante de este collar es la venera, la insignia que cuelga de él. “Es una cruz de cuatro brazos iguales, simétricos rematados en un globo de oro. Cada brazo está esmaltado en el centro en azul añil y alrededor el blanco, los colores de la Inmaculada Concepción. En los entrebrazos lleva la flor de lis de oro, el emblema de la Casa de Borbón, y en el centro, un óvalo con la imagen de la Virgen, rodeada de un marco azul”.
Uno de los secretos más desconocidos de esta cruz es el reverso que esconde de nuevo la cifra de Carlos III, flanqueada por dos palmas y el lema de la orden Virtuti et merito. “Esta orden pasó de generación a generación y siempre el gran maestre es el Rey de España, primero Carlos III, luego Carlos IV, quien ya modificó algunas cosas pues este monarca añadió en la parte superior una corona de laurel que se une con dos cadenas al eslabón principal que es el de Carlos III”, dice la conservadora.
La Orden se abre a las mujeres
La primera mujer gran maestre que rompió con la tradición de que solo podían ser condecorados los caballeros fue la reina Isabel II, hija de Fernando VII, y así continuó hasta Alfonso XIII, tatarabuelo de Leonor, que fue quien estableció cómo tenía que ser el collar y quien realmente actualizó todos los estatutos. En algunos momentos de la historia la orden ha estado en suspenso y en 1942 el Gobierno de la época decidió restaurarla. “Hay una excepción ya que se concede el collar a la reina Sofía cuando era princesa y se casó con don Juan Carlos, pero hasta el 4 de agosto de 1983 a través de real decreto se decide que puedan ser condecorados tanto hombres como mujeres. Es también cuando se establecen los cinco grados de condecoración: el collar, gran cruz, encomienda de número y cruz”. El Consejo de Ministros concedió a la reina Letizia en la víspera de su boda con don Felipe la gran cruz.
El collar de la Orden de Carlos III está restringido a 25 personas y es de carácter vitalicio. Es decir, se devuelven a la defunción y en caso de que alguno de los portadores lo pierda o lo estropee tiene que reponerlo. En un futuro es posible que a Leonor le veamos la placa, la venera o la banda blanca y celeste, en lugar de todo el collar, igual que ocurre con el Toisón de Oro del que la hemos visto lucir la insignia. Como miembro de la orden también hay un manto blanco y azul que en la actualidad no se ha llevado en ninguna ceremonia y que puede apreciarse en un cuadro de Carlos III que hay en una de las salas del Palacio Real.
Una vez que a Leonor de Borbón y Ortiz se le ponga este collar “se guardará en Zarzuela, en su joyero”, asegura la conservadora quien reconoce que limpiar piezas de este tipo, custodiarlas y restaurarlas impone “mucho respeto”.
Un sala para honrar esta Orden
Tanta es la importancia de este monarca y de esta Orden, que su nieto, el rey Fernando VII, quiso dedicarle una estancia en el Palacio Real. Es el Salón de Carlos III, su antiguo dormitorio y donde murió el 14 de diciembre de 1788. “Todo en esta sala es un homenaje a él, desde la bóveda que representa a Carlos III dando gracias a la Inmaculada Concepción por el nacimiento de su primer nieto”, cuenta Mario Mateos, conservador del mobiliario de Patrimonio Nacional. En el cuadro que figura en la sala aparece Carlos III ataviado con el manto de gran maestre, con los colores azul y blanco, pintado por Mariano Salvador Maella en 1784, cuatro años antes de su fallecimiento. En la actualidad esta sala se puede visitar por el público y en los actos oficiales es una estancia de paso entre el comedor de gala y el Salón Gasparini, puntualiza Mateos.
Haz click para ver el documental ‘Leonor, operación reina’ en el que prestigiosos periodistas y expertos analizan la encuesta realizada, en exclusiva para ¡HOLA, por la empresa demoscópica Sigma Dos sobre la figura de la princesa de Asturias al cumplir 18 años. Se trata de la primera gran encuesta nacional sobre Leonor, la heredera al trono. ¿Qué opina la ciudadanía sobre su formación militar? ¿Está bien preparada para el papel que va a desempeñar, según los encuestados? ¿A quién se parece más, a don Felipe o a doña Letizia? Los resultados a todas estas cuestiones y muchas más son analizados en este especial que además muestra cómo es la princesa de Asturias, que tipo de relación con sus padres y cómo ha cambiado su vida en los últimos años. ¡No te lo pierdas!