Los banquetes de Estado son una oportunidad para reforzar las relaciones bilaterales entre los países, pero también una verdadera exhibición de poderío e historia contada a través de las tiaras y joyas que las reinas lucen para la ocasión. Este miércoles Guillermo y Máxima de los Países Bajos ofrecerán en el Palacio Real de Amsterdam una cena de gala a los reyes Felipe y Letizia. Por este motivo, repasamos las más espectaculares que le hemos visto a la Reina desde la proclamación de Felipe VI: las históricas 'de pasar', otras heredadas por la reina Sofía o regalos destacados de su marido por fechas especiales.
Las pulseras 'gemelas'
La reina Victoria Eugenia realizó un encargo a la casa Cartier para darle una segunda vida a una pequeña corona que encontró algo pasada de moda. ¿El resultado? dos brazaletes idénticos que doña Sofía lució en numerosas ocasiones y que la reina Letizia también adora llevar tanto juntos como separados. Junto a los pendientes de chatones, son las joyas de pasar que más ha utilizado desde que es reina de España, y eso que, en su día a día, nunca lleva pulseras
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Los collares de chatones
Entre las joyas 'de pasar' que dejó la reina Victoria Eugenia encontramos, al menos, dos collares de chatones: el primero, conocido como 'el más grande', lo recibió de Alfonso XIII el día de su boda. La pieza pasó a su hijo don Juan y, más tarde, a su nieto, el rey don Juan Carlos. Este collar, realizado por Ansorena, se formó a partir de una gargantilla de 30 chatones tallados en forma redonda, engastados a la rusa y montados en platino.
El segundo, de menor tamaño -27 diamantes-, correspondió por herencia a don Jaime y fue subastado por la viuda de éste en 1982. La pieza, al parecer, fue adquirida por alguien cercano a la Familia real española con lo que el collar terminó regresando a la familia. La reina Letizia lo llevó por primera vez en la entronización de Naruhito como Emperador de Japón en 2019, cuando lo conjugó con la pulsera a juego y unos pendientes de diamantes y esmeraldas de doña Sofía
Los pendientes de chatones
Como decimos, la reina Victoria Eugenia decidió dividir el collar original en dos diferentes más cortos, y encargó también que se crearan tanto la pulsera como los pendientes a juego. El resultado es un par de diamantes con talla orla montados en garra rodeados de piedras más pequeñas que doña Letizia adora y lleva tanto en looks de gala como con vestidos de cóctel. A modo de curiosidad, son también los que eligió la infanta Cristina para el día de su boda
La tiara rusa
Hasta noviembre de 2018 la Reina no había lucido aún esta impresionante tiara, la última joya 'de pasar' que le quedaba por estrenar. Se trata de una espectacular pieza realizada en platino, perlas y diamantes formando lágrimas invertidas que debe su diseño a los tradicionales tocados rusos, los kokoshnik, de ahí su nombre
Perteneció a la reina María Cristina (la segunda esposa del rey Alfonso XII), archiduquesa de Austria, quien la usó por primera vez en 1906. Tras su muerte, la heredó su hijo, el rey Alfonso XIII, quien, a su vez, y con motivo de las nupcias de su hijo, don Juan, con doña María de las Mercedes, futuros Condes de Barcelona, se la regaló a su nuera en 1935.
La diadema princesa
La firma Ansorena, como vemos, muy ligada históricamente a la Casa Real, creó una tiara de perlas y diamantes para la reina Letizia, una pieza más fina que las que suele llevar actualmente ella, de hecho, solo la ha lucido en una ocasión, durante las celebraciones por el 75 cumpleaños de la reina Margarita de Dinamarca. Lleva 450 diamantes talla brillante y cinco pares de perfectas perlas australianas, elegidas entre 3.000 gemas, un fino diseño rematado por la flor de lis
La tiara 'de las bodas'
Esta tiara posee un especial valor sentimental para doña Sofía, quien la lució tanto en su puesta de largo como en su boda con don Juan Carlos. Ella la había heredado de su abuela, quien, a su vez, la recibió como regalo de bodas de su padre, el Kaiser Guillermo II, último emperador alemán, cuando contrajo nupcias con Ernesto Augusto III, heredero de la casa Hannover.
Esta joya, por tanto, no pertenece al cofre de 'pasar', pero sí al de 'casar', ya que, como decíamos, con ella pasó por el altar doña Sofía, así como su madre, la reina Federica, que la eligió para su enlace con el que después sería el rey Pablo, y también fue la que llevó doña Letizia en su enlace con el entonces príncipe de Asturias.
La pieza, de platino y estilo imperio, evoca a elementos griegos como las columnas del Partenón y las coronas de laurel de los vencedores. Fue diseñada por los joyeros Koch y se caracteriza por el brillante que cuelga en el centro en forma de lágrima.
Los pendientes de su boda
Además de la citada tiara prusiana, la actual Reina lució en su boda unos preciosos pendientes de estilo atemporal que le regalaron sus suegros, los reyes don Juan Carlos y doña Sofía. Cada uno está compuesto por cinco diamantes en combinación de tallas pera y brillante. Durante una época, fueron sus preferidos para asistir a las grandes citas
El collar de dos kilos de perlas
Este collar, que doña Letizia llevó en otoño de 2018, se trata de una de las joyas más importantes de la familia, equiparable o incluso superior al collar de chatones por la exactitud, simetría y regularidad de sus perlas.
Alfonso XII lo adquirió en San Petersburgo en 1877 y se lo regaló a María de las Mercedes. Pesaba entonces 2.105 gramos y tenía 41 perlas, pero actualmente cuenta con cuatro menos, puesto que la reina Victoria Eugenia prescindió de ellas. El cierre es un broche hecho con un diamante de talla esmeralda. Fue una de las piezas del joyero 'de pasar' que llevó la reina Sofía en la boda de la infanta Elena en marzo de 1995
La tiara floral
Esta es la tiara que más veces hemos visto a doña Letizia lucir desde su boda con don Felipe, por lo que es fácil deducir que se trata de su preferida. El rey Alfonso XII la encargó para su prometida, la archiduquesa María Cristina de Austria (1879) y, aunque durante décadas estuvo perdida, el gobierno español se la regaló de nuevo a doña Sofía con motivo de su boda en 1962. También fue la escogida por la infanta Cristina para su boda.
De platino y diamantes (talla brillante y talla perilla) puede usarse como broche y como gargantilla y está compuesta por cinco flores. Dos laterales del mismo tamaño, y una central, mucho mayor, a modo de corona, con su tallo y sus hojas
Los pendientes de zafiros
En 2017, durante una visita oficial a Londres, combinó la tiara floral con unos espectaculares y misteriosos pendientes que no le hemos vuelto a ver. Se trata de un par de oro blanco muy vistoso formado por cuatro zafiros ovalados emarcados por diamantes de talla brillante y marquesa cuyo origen se desconoce
El broche de perlas y diamantes
Aunque tradicionalmente doña Letizia no es una reina 'de broches', cada vez apuesta más por este tipo de ornamentos. En la pascua Militar de 2019 remató su look con una pieza circular de oro decorado con una gran perla central rodeada por dos halos de diamantes, de la que cuelga una perla en talla pera. Perteneció a la reina Victoria Eugenia y forma parte también del joyero 'de pasar'. La reina Sofía lo lució en varias ocasiones, entre ellas, la boda de su hija Elena
La tiara de Cartier
Diseñada por la casa francesa en 1920, cuenta con estética de inspiración art-decó. Está orlada con diamantes sobre una base de platino y embellecida con siete enormes perlas, que sustituyeron a las esmeraldas de Eugenia de Montijo. Una en cada motivo decorativo de inspiración vegetal, abrazada por círculos de diamantes, sumando un total de ocho, aunque inicialmente eran nueve, ya que había otra mas coronando la pieza pero se quitó.
Ha sido lucida por la reina Victoria Eugenia, la reina Sofía y la reina Letizia, que la estrenó en 2018 y no se la ha vuelto a poner de momento. Además, en 2010 la lució también la infanta Cristina para la boda de Victoria de Suecia
El broche de lazo
En la cena previa a la coronación del rey Carlos III este mismo año, la reina Letizia sorprendió con un aplaudido vestido verde de Victoria Beckham al que sumó un broche que no pasó desapercibido. Se trataba de una pieza en forma de lazo cuajada de diamantes que le habíamos visto en numerosas ocasiones a la reina Sofía, pero nunca a ella
La tiara de conchas
Fue creada en el año 1867 por la joyería Mellerio de París por encargo de Isabel II de España para la boda de su hija la infanta María Isabel con el príncipe Cayetano María de Borbón-Dos Sicilias. Conocida también como la diadema de las conchas por sus motivos marinos, representa el mar a través de las conchas y la espuma de las olas por la sucesión de las perlas en forma de pera. La joya -entregada por la infanta doña Isabel, a su sobrino Alfonso XIII, en el exilio- pasó a don Juan de Borbón y a su esposa, doña María, a la muerte de la reina Victoria Eugenia y de los Condes de Barcelona a doña Sofía, en 1962, a quien se la regalarían con motivo de sus esponsales.
Esta se trata de una de esas piezas que doña Letizia solo ha lucido en una única ocasión. Concretamente, fue el 3 de diciembre durante una cena de gala en el Palacio Real