El Rey se ha desplazado este fin de semana a tierras asturianas para asistir a la boda de su ahijado Felipe López, quien se casaba con su pareja Lorena Meana en Gijón. Como era de esperar, la presencia del soberano suscitó gran expectación entre los alrededor de doscientos invitados que acudieron a la iglesia donde tuvo lugar el enlace. El jefe de Estado atendía de esta forma un compromiso de su agenda privada en una entrañable cita de carácter personal.
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La parroquia de San Salvador de Deva era el escenario donde la pareja se daba el 'sí, quiero', templo decorado con flores al que accedía el monarca una vez la mayoría de los asistentes se encontraba ya dentro. La ceremonia, oficiada por el párroco Javier Gómez Cuesta, dio comienzo sobre la una de la tarde en este día tan especial para el ya matrimonio. Don Felipe había llegado antes en coche y era recibido con un efusivo abrazo por parte del novio, tal y como recoge El Comercio.
El Rey acudía a la boda sin la compañía de su esposa, doña Letizia, ni de ninguna de sus dos hijas. Cabe recordar que la princesa Leonor se encuentra en la Academia General Militar de Zaragoza en el primer año de su formación para las Fuerzas Armadas españolas, mientras que la infanta Sofía está en Reino Unido cursando el Bachillerato Internacional en el internado UWC Atlantic College de Gales.
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Rodeado por su equipo de seguridad, donde Felipe era testigo de excepción de un enlace en la que al parecer no se había confirmado su asistencia hasta el último momento. Todo ello en una jornada soleada y de buen tiempo donde, tras la liturgia, los presentes se desplazaron hasta el Palacio de Valdesoto (concejo de Siero) para disfrutar del convite. El menú incluía un cóctel de varios aperitivos, bogavante, lubina, solomillo y bizcocho de chocolate blanco.
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El soberano, según explica el citado medio, se quedó solo a los pinchos, tomó sidra y charló de forma animada tanto con los novios como con sus más allegados. "El Rey siempre ha sido una persona muy cercana con toda la familia, además de estar muy presente en mi vida y en mis estudios", señalaba Felipe López en declaraciones a La Nueva España hace varias fechas.
El novio recordaba cómo Felipe de Borbón le apadrinó en 1990 durante una de sus visitas a la región (a San Esteban de Cuñaba en la primera edición del Pueblo Ejemplar) cuando el hijo de Juan Carlos I y doña Sofía aún era Príncipe. A partir de ahi, cuenta que mantuvieron su amistad a lo largo del tiempo y se han reencontrado en varias ocasiones. Por último, sobre la boda, entre los invitados también se vio a la directora de la Fundación Princesa de Asturias, Teresa Sanjurjo, y el creador de dicha institución, Graciano García.
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