La reina Sofía ha vuelto a cumplir con la tradición de acercarse a venerar al Cristo de Medinaceli, una de las imágenes que más devotos tiene en Madrid y en toda España. Es tradición que el primer viernes de marzo algún miembro de la Familia Real acuda al multitudinario besapiés para orar ante el también conocido como Jesús Nazareno Rescatado.
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Antes de la llegada de la Reina se ha visto al alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, saliendo del tradicional besapiés del Cristo y a su llegada, doña Sofía ha recibido los aplausos de los ciudadanos que se agolpaban a la entrada del templo. Para esta cita, doña Sofía ha vestido de negro, un color que prácticamente no se ha quitado desde que falleció su querido hermano, el rey Constantino de Grecia.
La madre de don Felipe vuelve así a la Basílica que ya visitó el año pasado con mascarilla y en la que también estuvo en el año 2020 cuando el acto se vio alterado por la amenaza de contagios por Covid y no se permitía ni besar ni tocar la figura.
Esta aparición pública de doña Sofía es la segunda que se produce después de acudir en Atenas, en compañía de sus hijas las infantas Elena y Cristina y de su hermana la princesa Irene, el pasado 18 de febrero al funeral que se produjo a los 40 días del fallecimiento del último monarca de los helenos. La primera vez que se la vio tras el último homenaje al antiguo monarca tuvo lugar el 22 de febrero donde hizo entrega de los Premios Iberoamericanos de Mecenazgo de la Fundación Callia en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, en la capital.
- Doña Sofía, de riguroso luto por su hermano en su último acto (con encuentro familiar incluído)
En aquella ocasión, la Reina llevó un traje de pantalón de dos piezas en color negro y una blusa en color claro con cuello con pedrería. Fue la primera vez que se quitó el luto riguroso desde el 10 de enero, cuando falleció su hermano.