El rey Juan Carlos y la infanta Cristina no han querido perderse la ceremonia de ingreso en la Academia Francesa de Mario Vargas Llosa, el primer escritor en español que ingresa en esta prestigiosa institución que fundó el cardenal Richelieu en 1635. Es la segunda vez en menos de un mes que el padre de don Felipe regresa a Europa, tras asistir el pasado 16 de enero al funeral en Atenas de su cuñado, el rey Constantino de Grecia.
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Diez minutos antes de que diera comienzo esta sesión en la Academia, el Rey ha sido visto en el asiento del copiloto de una furgoneta oscura con los cristales de atrás tintados. A su llegada, ha saludado a los medios apostados en la entrada. Una vez en el recinto, se le ha visto caminando con un bastón a la vez que se apoyaba en su ayudante, el mismo que le ha acompañado en sus últimas apariciones públicas.
Personas presentes han explicado que se ha dispensado una calurosa bienvenida a don Juan Carlos, que ha sido recibido entre aplausos al acceder al Anfiteatro en el que se ha desarrollado el solemne acto. Con permiso del gran homenajeado, el anterior jefe del Estado español ha sido el otro gran protagonista de este día histórico para Vargas Llosa.
La infanta Cristina, muy sonriente, ha llevado un conjunto de pantalón y top negro y una chaqueta de tipo americana de lentejuelas marrones. Una vez dentro del auditorio, donde el autor de La fiesta del chivo ha pronunciado un discurso en francés, el Rey y su hija han ocupado uno de los primeros bancos.
Don Juan Carlos y su hija han protaogonizado una simpática anécdota. Al finalizar el acto han sido de los primeros en abandonar el recinto y, ya en el coche, su hija le ha dicho algo al oído. Se iban sin hacerse una foto con Vargas Llosa. El Rey y la Infanta se han dado la vuelta para poder posar junto al Nobel de Literatura, convertido desde hoy en 'inmortal'. Una vez en el coche cuando los periodistas le preguntaron si volverá pronto a España, Juan Carlos I respondió: "seguramente". La útima vez que estuvo en nuestro país fue en mayo del año pasado cuando participó en las regatas de Sanxenxo.
La presencia de don Juan Carlos responde a la invitación que Vargas Llosa hizo al que considera su amigo. Hace unas semanas, el literato y premio Nobel, confirmó que el antiguo jefe de Estado había recibido dicha invitación y que su intención era desplazarse hasta el Anfiteatro del Instituto Francés, en París con su hija doña Cristina. Al terminar el acto, el lierato y el anterior jefe del Estado español han protagonizado unas cariñosas imágenes a las puertas del recinto.
El cariñoso gesto del rey Felipe hacia su padre el rey Juan Carlos
El rey Juan Carlos, a pesar de que va en calidad de amigo del homenajeado, ha tenido un trato “de acuerdo a su rango”, tal y como confirmaba en una entrevista a El País Hélène Carrère d’Encausse, la directora de la Academia. “Ha sido rey de España. No vamos a tratarlo como si fuera el conserje (..) Debemos esto a España. Es el padre del rey actual”, dijo la también historiadora especializada en historia de Rusia y política francesa.
En Francia, la figura de don Juan Carlos sigue siendo muy respetada por su papel determinante en la Transición y la consolidación de la democracia.
Aunque Mario Vargas Llosa ha dicho en algunas ocasiones que “los reyes no tienen amigos, tienen súbditos”, aseguraba en El País que “en la medida en que un Rey pudiese tenerlos, yo sería uno de ellos. Y como está de capa caída, me acuerdo de él”. El escritor hispano- peruano, que obtuvo la nacionalidad española en 1993 fue distinguido por don Juan Carlos con el título de marqués de Vargas Llosa en 2011.
El viaje a Francia, es uno de los pocos que el rey Juan Carlos ha realizado desde que en agosto de 2020 decidiera trasladar su residencia a Abu Dabi. Antes de la despedida final al último rey de los helenos, se le vio con doña Sofía y los reyes Felipe y Letizia en septiembre de 2022 en el funeral de Estado de Isabel II y en mayo del año pasado, se desplazó hasta el municipio gallego de Sanxenxo, donde participó en las regatas de su club náutico y, posteriormente, se reencontró con su familia en Madrid.