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El cementerio de Tatoi será el lugar en el que descansarán para siempre los restos mortales del rey Constantino , último monarca de Grecia, que pasará este martes a los 82 años tras llevar varios días ingresado. Hasta allí se trasladarán el lunes, además de su viuda, la reina Ana María, sus hijos y nietos, miembros de la Familia Real española -doña Sofía es hermana del antiguo monarca- e n una nueva visita a este lugar que alberga un Palacio que fue la Primera residencia de la madre de Felipe VI .
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Situado en el bosque meridional que rodea al Palacio, fue la reina Olga la que tras la muerte de su única hija Alexandra decidió erigir un templo y un cementerio. Desde finales del siglo XIX Tatoi ha sido el lugar de enterramiento de reyes y príncipes helenos y un punto de encuentro y homenajes que el rey Constantino y sus hermanas, la reina Sofía y la princesa Irene, han realizado en diversas ocasiones.
- El gesto de la reina Margarita de Dinamarca tras la muerte de su cuñado, Constantino de Grecia
En Tatoi se vio a la Familia Real española arropando al rey Constantino en el 50 º aniversario de la muerte del rey Pablo, en marzo de 2014. Una reunión en la que se vio a la reina Sofía, a los entonces príncipes de Asturias -que solo unos meses más tarde se convertirían en Reyes- ya las infantas Elena y Cristina . Visiblemente afectado, el desaparecido monarca no pudo evitar emocionarse al recordar a su padre en una ceremonia religiosa, que se realizó bajo el rito ortodoxo, en la que derramó alguna lágrima y en la que también se depositaron ofrendas florales sobre las tumbas.
La de hace ocho años no fue la única vez que doña Sofía acudió acompañada de sus hijos a visitar las tumbas de sus padres. En febrero de 2006, los príncipes de Asturias y las infantas Elena y Cristina participaron de la celebración del 25º aniversario de la muerte de la reina Federica , a la que asistieron los reyes Constantino y Ana María y sus cinco hijos: Pablo, Alexia, Nicolás, Theodora y Philips, así como la princesa Irene.
Además de ser la morada de sus antepasados, Tatoi se convirtió a finales de 1948 en residencia permanente de los reyes Pablo y Federica, mientras que el Palacio Real de Atenas se usó para recepciones y asuntos oficiales y en un entorno idílico y rodeados de naturaleza crecieron los tres hijos de la pareja real: Constantino, Sofía e Irene. Tras el exilio y la abolición de la monarquía, el palacio de Tatoi fue abandonado a su suerte durante décadas y ha sufrido saqueos, expolios y destrozos durante décadas. De hecho, las tumbas de los abuelos maternos de Felipe VI fueron vandalizadas en septiembre de 2020.
Con el fin de restaurar este lugar, en 2020 el Gobierno comenzó a comenzar las obras de restauración en las que se encontraron algunos carruajes reales que se guardaron en los establos. Se dice que entre estos vehículos se encontró la berlina que se usó en la boda de don Juan Carlos y doña Sofía.