Don Juan Carlos cumplió ochenta y cinco años la pasada semana (5 de enero de 1938). Lo celebró por tercera vez a 7500 kilómetros de distancia de España y repitiendo casi la misma fórmula: en privado y sin celebraciones. Desearía haber cumplido los ochenta y cinco en su país, pero la paz y los días serenos que ha conquistado no compensan la crítica ni la crispación. Además, hace tiempo que superó el ansia y la necesidad vital de regresar.
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Sus hijas, las infantas Elena y Cristina, le visitaron por separado a principios de diciembre, pero no estuvieron a su lado en su último aniversario
En los primeros tiempos tenía otra residencia, ahora tiene un hogar. Mes a mes han ido llegando fotos, recuerdos… Su mundo sentimental. Se cambió de villa hace algunos meses —justo a la casa de al lado—, pero sigue viviendo en la misma isla, Zaya Nurai, muy cerca de Abu Dabi. Allí pasa los días entre visitas, llamadas, haciendo rehabilitación, leyendo, escuchando música y siguiendo la actualidad. Y allí celebró en soledad su último cumpleaños. Para don Juan Carlos, casi un día más. Tampoco sus hijas le dieron mayor importancia. Lo visitan con regularidad —la última vez, a principios de diciembre, por separado— y las llamadas son continuas, pero no hubo ningún viaje a Abu Dabi para acompañarlo en su aniversario. La infanta Elena fue vista ese mismo día montando a caballo en el Club de Campo y doña Cristina, acudiendo a su trabajo en Ginebra, donde no se celebra la Epifanía.
Último adiós al Rey Constantino
La muerte del Rey Constantino de Grecia no sólo supone un duro golpe para su hermana la Reina Sofía, sino también para el rey Juan Carlos. Don Juan Carlos mantenía una buena relación con su cuñado, por lo que se espera que viaje hasta Grecia para dar el último adiós -algo que ya ha apuntado este mismo miércoles Carlos Herrera en su programa en cadena COPE-.
El último rey de los helenos estaba muy unido a doña Sofía, y encontró en nuestro país un segundo hogar. Tanto es así que, durante años, se sumaron a los veranos de la Familia Real española en Marivent, y la relación entre sus hijos fue muy estrecha.
El Gobierno heleno ya ha avanzado que el monarca será despedido como un ciudadano privado y que será enterrado en el cementerio de Tatoi -donde se encuentran los restos de sus padres, el rey Pablo I de Grecia y la reina Federica-. Pese a que no se le dará un funeral de Estado y con honores, se prevé la asistencia de muchas Casas Reales.