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Ha pasado más de un año desde que la princesa Leonor hizo las maletas y puso rumbo a Gales, y, en todo este tiempo no ha atravesado ninguna dificultad. A la princesa de Asturias no le costó adaptarse a su nueva vida. Según ha podido saber ¡HOLA!, no puede estar más contenta con la experiencia que ofrece el colegio y está a ‘pleno rendimiento’. Pero, aunque nostalgia la justa, hay cosas que echa mucho de menos.
© GtresLa familia
Una de ellas es, sin duda, su familia. Sus padres siguen estando muy presentes. La Princesa ha crecido en una familia muy bien construida, donde se habla muchísimo cada día, y, sobre todo, se hace ‘equipo’. Sin embargo, pese a que, en un mundo como el actual, la tecnología es capaz de acercar a personas que están en distintos puntos del planeta, no es lo mismo de antes. No deja de estar lejos de casa.
Nadie le obligó a irse, fue su elección, nació para esto. Al mismo tiempo, gracias a esta experiencia, ha ido ganando en libertad y en independencia.
Dos hermanas inseparables
También resultaba inevitable echar en falta a su inseparable compañera, la infanta Sofía. Los Reyes siempre han tenido como objetivo fundamental la educación y la crianza de sus hijas. En ello, de hecho, la Reina ha tenido mucho que decir. Han intentado por todos los medios crear unas raíces muy profundas, crear un esqueleto bien armado, y los gestos entre las hermanas -y sus padres- demuestran esa solidez.
Las dos hermanas mantienen una estrechísima relación que no ha disminuido con la distancia. Quizá, el próximo curso, cuando Leonor regrese, se encuentre en la posición de Sofía. Si ella también decide seguir los pasos de la heredera y estudiar en el extranjero, entonces se intercambiarán los puestos, y será la Princesa de Asturias la que espere, con ansia, la vuelta de su hermana.
© GTresLos amigos
En el internado, Leonor ha conocido a nuevos amigos. Ha tenido la oportunidad de conocer a jóvenes de su edad de todas partes del mundo, de empaparse de nuevas culturas… pero no deja de ser una adolescente, y su pandilla es tan importante como la familia. Aquí ha dejado a sus amigos durante catorce años, a sus compañeros leales. Entre ellos, es una más, y con ellos vuelve a ser una joven de diecisiete años.
La gastronomía
El menú del colegio es equilibrado y puede cumplir, si se avisa, requisitos dietéticos. A la Princesa le gusta cocinar -a su hermana aún más- y de vez en cuando también invita a degustar sus recetas españolas.
La gastronomía de nuestro país y su variedad es algo que también echa mucho de menos, puesto que, como ya señaló el Rey el año pasado: “¿Dónde va a comer mejor que en España? ¡Es imposible!”
La pasión de Leonor y Sofía por la gastronomía es tal que, como adelantó Monarquía Confidencial, habían acudido a un curso del restaurante DSTAgE, (dos estrellas Michelín, de Madrid). Los Reyes conocían la cocina de Diego Guerrero y la idea pudo surgir en su visita al restaurante, en 2015. Tuvierno que pasar dos años hasta que los Reyes apuntaron a sus hijas a uno de sus talleres. Un curso (Kids) de fin de semana en el que enseñaban a los jóvenes a preparar diferentes platos, como los Minibabybel de camembert trufado, con aceite de trufa, nata, gelatina con cobertura de remolacha y goma gellan.
