Leonor de Borbón regresó a España levantando de nuevo una gran expectación. La princesa volvía a ser la estrella de la cita anual que no se perdería por nada. Si Asturias fue el marco de su gran presentación como princesa, Oviedo ha vuelto a ser el escenario que señala la cuenta atrás para el inicio de una nueva etapa de su vida. El tiempo vuela. Ahora sí, la heredera al trono se hace mayor. A su lado, los Reyes, su hermana y la Reina doña Sofía. Por primera vez desde agosto, juntos para celebrar una nueva edición de los Premios Princesa de Asturias.
Otro día grande para la Familia Real, con el sonido de las gaitas alegrando su estancia y la de los premiados en la ciudad, las banderas ondeando y miles de asturianos saludándolos a su paso camino del teatro que volvió a acoger una ceremonia en todo su esplendor.
Volvieron los apretones de manos y los abrazos, se liberaron las sonrisas y se recuperó el aforo con 1.307 invitados que, de nuevo, recibieron a la Familia Real de pie y con aplausos, mientras estos recorrían los casi ochenta metros de alfombra hasta el escenario. La Reina, con su vestido joya y los diamantes de Catar, girando la cabeza al paso de las filas para buscar a su madre y demostrarle, con un nuevo gesto de cariño, lo importante que es para ella.
Paloma viaja con su novio a Oviedo
Paloma Rocasolano es un pilar fundamental en la vida de la Familia Real y todos están contentos de verla viviendo una segunda juventud junto a Marcus Brandler, quien viajó con ella a Oviedo, aunque evitando sentarse juntos para no ser fotografiados. Otro paso en su relación oficial… También sus nietas, con brillantes vestidos de lentejuelas, “encuentran” a su abuela y tienen un gesto de cariño con ella —realmente, con las dos—, mientras que el Rey, cabeza en alto, buscaba en el palco a doña Sofía. Tenía trece años cuando entró por primera vez de su mano en ese mismo teatro: sus primeros premios, su primer discurso.
Paloma Rocasolano vive una segunda juventud junto a Marcus Brandler, quien viajó con ella a Oviedo, aunque evitando sentarse juntos. Otro paso en su relación, ya oficial
Sonó entonces el Himno Nacional y los compases de la obra Two ayres for cornetts and sagbuts, de John Adson, y declaró Felipe VI abierto el acto de entrega de los premios. Momento en el que todos los galardonados desfilaron hacia el escenario del teatro Campoamor: Carmen Linares y María Pagés (Artes); Eduardo Matos Moctezuma (Ciencias Sociales); Adam Michnik (Comunicación y Humanidades); Shigeru Ban (Concordia); Ellen MacArthur (Cooperación Internacional); Fundación y Equipo Olímpico de Refugiados (Deportes); Geoffrey Hinton, Yann Lecun, Yoshua Bengio y Demis Hassabis (Investigación Científica y Técnica), y Juan Mayorga (Letras).
Puesta en escena
En una extraordinaria puesta en escena para el mundo, se sucedieron las intervenciones de los premiados. Y se volvió a reivindicar el talento, la ciencia, la cultura, la solidaridad, el humanismo, para llamar a un futuro en común con palabras como esperanza, valores, compromiso, excelencia, ilusión… paz. Todos discursos inspiradores y comprometidos, destacando el de Juan Mayorga, que siguió en el turno al periodista y editor polaco Adam Michnik, quien advirtió que “Putin no puede ganar la guerra, pues es una guerra contra todo el mundo democrático”.
El académico de la RAE demostró que es único con las palabras, con las que dice tener una relación “íntima y apasionada”. “No dejará de parecernos cosa de magia que las letras, esos pocos dibujos, esos pocos sonidos, puedan tanto. Que puedan darnos tanta felicidad y hacernos tanto daño. Que puedan amenazar a una persona o enamorarla. Declarar una guerra o detenerla”.
Las abuelas de la princesa Leonor, que no podían estar más emocionadas, eligieron traje de pantalón para la ceremonia, apostando ambas por el azul
O también el de Ellen MacArthur, último premio, la exregatista que pasó de navegar el mundo en soledad al reto de evitar que se agoten los recursos del planeta: “Nuestro mundo es nuestro barco y tiene recursos finitos”, dijo reivindicando su modelo de economía circular. “El daño nos rodea totalmente y ya no puede ser ignorado”.
Otro momento muy emotivo en una larga lista de instantes para el recuerdo, destacando la celebración sorpresa de María Pagés y Carmen Linares. No estaba en el guion, pero, tras recibir su premio, expandieron su arte en el escenario como ellas saben, con flamenco. Linares, cantando versos de Juan Ramón Jiménez, y Pagés bailándolos envuelta en su mantón.
Leonor, una princesa de premio, canta Asturias patria querida y nos dice lo que le importa de verdad en otro brillante discurso
Brillante discurso
Tras la intervención de cuatro de los trece premiados, llegó el turno de la princesa, quien volvió a superar las expectativas con su dominio del escenario y un brillante discurso. Una intervención de cinco minutos —699 palabras frente a las 403 de 2021— más institucional y madura y acorde con su edad y formación, en la que por primera vez no hizo una mención especial a “mi hermana, Sofía”, ni a los Reyes.
El momento viral de la princesa y el Rey: contagiada por las ovaciones del público, se puso también a aplaudir hasta que el Rey, entre risas, que acabaron en una carcajada, le dijo: “No te aplaudas”
Con un vestido estampado de palmeras bicolor firmado por Michael Kors, sofisticado moño y los pendientes de Chanel de su madre, la heredera mostró una calma admirable —la Reina es periodista y Leonor, una buena alumna—, mientras señalaba su compromiso, “que crece firme y sólido”, con la institución y su reconocimiento a los premiados. La princesa, que se mostró “feliz” por regresar a Asturias, comenzó su intervención recordando su edad y dedicando palabras de admiración a cada uno de los galardonados.
Asimismo, la heredera también puso en valor el papel de los premios, que “demuestran que el trabajo excelente, el esfuerzo constante y el sentido de la responsabilidad tienen grandes resultados”. “Les aseguro que descubrir la obra de nuestros premiados me ayuda a entender mejor el mundo que nos rodea. Su labor me empuja, a todos en realidad, a seguir aprendiendo”.
El papel silencioso de la reina
“He leído sobre cada uno de ellos y me impresiona todo lo que han conseguido. Me importa y me interesa, porque sé que su trabajo, sus esfuerzos, miran al futuro e influyen en el presente”, añadía la princesa mientras su abuela Paloma Rocasolano se emocionaba hasta las lágrimas y sacaba su pañuelo y la Reina, con sonrisa complacida y sin perder el hilo de cada palabra, no le quitaba ojo.
El mensaje detrás de las palabras de la princesa es importantísimo. No solo es lo que dice, es también cómo lo dice. Y cada vez dice más, al tiempo que remarca el papel silencioso de la Reina.
“No debemos desfallecer”, Felipe VI defiende el proyecto europeo ante el “horror” de la guerra de Ucrania y anima a sus hijas y a los jóvenes a seguir el ejemplo de los premiados
La madre que repasó con ella el discurso por última vez antes de salir del hotel Reconquista, la que le colocó los mechones de pelo segundos antes de entrar en escena, sin olvidar repetir el mismo gesto con Sofía —la melena hacia delante—, mientras adivinábamos sus palabras: “Tú y yo, siempre juntas, en nuestro sitio”.
No son tantas las ocasiones que tenemos de verlos a lo largo del año y Oviedo, además del centro de todas las miradas de la cultura del mundo, también se convierte en ese escenario en el que, cada otoño, se ve la solidez de la Familia Real, la unión y el amor. Hay un hogar detrás y la Reina es el corazón.
La princesa celebró su cumpleaños con su familia y sus amigos y retomará sus clases el 6 de noviembre. Volverá en Navidad, pero tendrá que prepararse para los simulacros de los exámenes, que empiezan a principios de año
Esto es lo que importa
La educación de la princesa es extraordinaria y la vimos sobresaliente remarcando el trabajo de los galardonados, con un hasta nueve veces enfático “me importa”. “Me importa que dos artistas excepcionales (María Pagés y Carmen Linares) nos recuerden que el flamenco es un arte vivo, rico, poderoso, universal, nuestro. Me importa y me impacta que Adam Michnik no tenga miedo a hacer un periodismo responsable y riguroso… Me importa que Eduardo Matos Moctezuma nos descubra el pasado para comprender lo que somos… Que el dramaturgo y académico Juan Mayorga piense que el teatro es el arte del encuentro, y por tanto, de la relación actor-espectador, y que nos ayuda a examinar las vidas reales y las vidas posibles, me importa. Me importa que nuestros premiados en Ciencia (Hinton, Hassabis, Bengio y LeCun) investiguen sobre Inteligencia Artificial para que las máquinas sean aliadas de la humanidad. También me importa y me preocupa mucho que un deportista no pueda entrenar y progresar en su carrera porque se ha visto obligado a huir de su país... Y que pueda continuar gracias al Equipo Olímpico de Refugiados y a su fundación”.
Cada tres meses, los Reyes reciben el boletín de notas de su hija, acompañado de un anexo en el que se comenta su compromiso social, cómo se porta y cómo está viviendo la experiencia
“Y me importa que el arquitecto Shigeru Ban se preocupe por las personas que han perdido sus casas y les ofrezca soluciones”. Y también le importa que Ellen MacArthur “haya conseguido que se utilicen mejor los recursos naturales”.
Complicidad y risas de padre
La princesa añadió finalmente que “los jóvenes somos conscientes de que la situación actual no es fácil”, pero con un mensaje positivo. La heredera mira al futuro con esperanza y anima a las nuevas generaciones a “mantener el entusiasmo”, a esforzarse de manera constante y a “aprender de los que saben, de quienes hacen lo suyo de manera impecable, a menudo en silencio… Escuchar, admirar y reconocer la excelencia de nuestros premiados nos hace sentir que las cosas siempre pueden cambiar para bien”, añadió antes de regresar a la silla presidencial junto a sus padres y hermana —todos mirándola con enorme cariño y orgullo—, en un escenario que fue capilla y sirvió de marco para el nacimiento de los premios hace cuarenta y dos años.
No ha atravesado ninguna dificultad y está a “pleno rendimiento”, además de organizar actividades, cocinar y de hacer mucha vida con sus compañeros
Allí buscó la mirada de Felipe VI, quien la felicitó tres veces por su discurso, antes protagonizar los dos la anécdota de la ceremonia. En un descuido, contagiada por las ovaciones del público, Leonor se puso también a aplaudir, hasta que el Rey, entre risas, que acabaron en una carcajada, le dijo: “No te aplaudas”. Entonces, con gesto de sorpresa y naturalidad, reaccionó con un “up” separando las manos y diciendo “perdón”.
“Queridas Leonor y Sofía”
Segundos después, y mientras el inolvidable momento con su hija se abría camino para hacerse viral, Felipe VI tomaba la palabra en el gran escenario. El Rey manifestó su alegría al recuperar los premios la normalidad, recordó “a tantos que perdimos” y a quienes demostraron su entrega a la sociedad. Hizo una semblanza de todos los premiados, que son “fuente de inspiración y reflejo de nuestras mejores aspiraciones”, dándoles la enhorabuena. Y tuvo palabras de agradecimiento para Luis Fernández Vega, el presidente de la fundación —llegó al final de su mandato—, y de bienvenida para su sustituta, Ana Isabel Fernández Álvarez, deseándole “todo el éxito”.
Leonor es responsable de mantener limpia y ordenada su ropa y su habitación, donde tiene un tablón de anuncios con sus fotos favoritas y la bandera de España
Las alusiones a la invasión de Ucrania, constantes durante la ceremonia, también estuvieron presentes en el discurso de Felipe VI. El Rey hizo referencia a la guerra hasta siete veces, y “agitó” la bandera de la paz y de la unidad de las naciones ante una Europa amenazada que provoca “profunda preocupación, también desconcierto, incluso desánimo”. Felipe VI finalizó su intervención “recuperando” el mensaje a los jóvenes de la princesa con un “queridas Leonor y Sofía: cada vez sois más conscientes del papel que desempeñan nuestros premiados… A vosotras y a todos los jóvenes de vuestra generación os animo a miraros aún más en ellos”, en sus obras, en su generosidad y en su gratitud, porque representan “valores y cualidades que son cada vez más indispensables en este siglo XXI”.
Finalmente, el Rey convocaba los Premios Princesa de Asturias 2023. Misión cumplida. Los galardones siguen su camino… Y, segundos después, el auditorio acompañaba tarareando —Felipe VI y la princesa Leonor incluidos— los sones de las gaitas que interpretan Asturias, patria querida, el himno del Principado.
Las hijas de los reyes se ponen malas
La agenda continuó el sábado con la visita a Cadavéu, que comenzó casi con una hora ‘de retraso, tras una ‘baja’ inesperada de la infanta Sofía, y finalizó con el abandono de Leonor, que, al igual que su hermana, no se encontraba bien, aunque lo ocultó tras la sonrisa y el buen ánimo.
Sofía se quedó en Oviedo, recuperándose, mientras sus padres y su hermana hacían la entrega del Premio al Pueblo Ejemplar, aunque, finalmente, tras visitar la casa del padre Galo y hacer una gran parte del recorrido previsto, Leonor también tuvo que abandonar el municipio valdesano. La Reina fue la encargada de disculpar la ausencia de sus hijas, mientras estas ponían rumbo al aeropuerto de Asturias para llegar a Madrid cuanto antes.
En Gales sigue jugando a voleibol, su deporte preferido desde que lo practicaba en Santa María de los Rosales, y continúa estudiando árabe y francés
“En este escenario tenían que estar Leonor y Sofía y las echamos de menos un poquitín. Algo les sentó mal”. “Sofía pasó mala noche y Leonor también se encontraba regular al levantarse, ha hecho un esfuerzo, lo ha intentado, pero ha tenido que marcharse”. Añadió que, seguramente, se trataba de una gastroenteritis leve, “de esas que todos hemos sufrido alguna vez”, y que se recuperarán en veinticuatro o cuarenta y ocho horas. Y, que “os voy a leer yo las palabras que ella había preparado para todos vosotros en este día tan especial”. Doña Letizia añadió que a este pueblo tendremos que volver con ellas dos… “Sí, volveremos”, añadió el Rey.
Cumpleaños en palacio
La princesa de Asturias arrancó las primeras vacaciones del curso con agenda, pero después llegó el descanso y las celebraciones personales. El llamado October break coincidió con una fecha muy señalada en la vida de la princesa Leonor, su diecisiete cumpleaños. El 31 de octubre inició la última vuelta al sol y lo mejor es que, ya recuperada de su gastroenteritis, pudo celebrarlo junto a su familia y sus amigos. Ese día los estudiantes españoles también tenían fiesta y fue un buen momento para reencontrarse con su pandilla, a la que no veía desde el verano.
Son sus leales amigos de infancia, los que han compartido con ella, y sin traición, sus grandes momentos fuera de foco. El cumpleaños de la princesa, como casi todos los que tienen lugar en palacio —ni la fecha redonda de los cincuenta de la Reina—, no fue señalado de manera oficial. Zarzuela no compartió nuevas imágenes y la celebración fue a puerta cerrada.
Leonor está poniendo fin a una etapa, pero le espera otra tan apasionante como llena de retos. El 2023 marca el comienzo de una nueva vida para la futura Reina de España
La princesa que estudia en un castillo junto al mar
Las vacaciones se extienden al 6 de noviembre. Leonor regresará a su colegio y volverá en Navidades —del 9 de diciembre al 5 de enero— y en Semana Santa. Después tendrá que despedirse definitivamente de Gales, de este internado que no se puede conseguir solo pagando y que eligió para tener una experiencia educativa transformadora.
Luchó por ello de manera anónima y exclusivamente por sus méritos consiguió entrar en el decano de todos los Colegios del Mundo Unido. Allí, “camuflada” en el valle de Glamorgan, tras los muros del castillo medieval de San Donato (XII), vive y estudia desde el curso pasado. Es un lugar mágico, junto al mar, con su paseo marítimo, donde, a pesar de la rutina de las clases y de los horarios marcados, cada día es diferente.
Las hijas de los reyes tuvieron que regresar a Madrid sin concluir la agenda
El UWC Atlantic College, con sus alumnos de cien nacionalidades diferentes bebiendo de su filosofía y valores, es un trampolín para la vida y Leonor está teniendo oportunidades únicas para entender mejor el mundo y aprender sobre sí misma.
Dedicación y sin crear problemas
La princesa no tuvo problemas de adaptación —la nostalgia justa— y no ha atravesado ninguna dificultad en todo este tiempo. No puede estar más contenta con la experiencia que ofrece el colegio y está a “pleno rendimiento”, según ha podido saber ¡HOLA! Cumple los horarios a rajatabla y no crea ningún problema. Es de las primeras en llegar al aula y de recogerse cuando se exige la presencia de los alumnos en sus residencias y también la primera en tender la mano si alguien necesita ayuda.
Siempre con sus libros y simulacros de exámenes
La princesa, que cursa segundo de Bachillerato Internacional (IB), contaba estos días en Asturias que los estudios están siendo “muy duros”. Fue en la mañana de audiencias que comenzó con los estudiantes de la Universidad de Oviedo que lograron el premio fin de carrera 2021, mientras los Reyes les pedían consejo apara “el futuro de sus hijas”.
Leonor se lleva los libros y los trabajos a todas partes, porque es un curso muy difícil. Fuentes cercanas a los Reyes han confirmado a ¡HOLA! que la exigencia es enorme y que hay una gran diferencia con el primer año. Entre enero y febrero comienzan los simulacros de los exámenes de cada asignatura para prepararse bien. Después de dos años de evaluación continua, tendrá que superar la gran prueba final para obtener el diploma del Bachillerato Internacional.
La Reina se encargó de dar el parte de salud en Cadavéu: “Algo les sentó mal. Es una gastroenteritis leve, de esas que todos hemos sufrido alguna vez”
La puntuación final del alumno combina las puntuaciones de todas las asignaturas y de las evaluaciones anteriores. Además, Leonor tiene que presentar los trabajos troncales sobre Teoría del Conocimiento, que se evalúa mediante una exposición y un ensayo de 1.600 palabras; la Monografía o Extended, un trabajo de investigación independiente que culmina con otro ensayo de 4.000 palabras, y la participación verificada en Creatividad, Actividad y Servicio.
Los reyes reciben una evaluación cada tres meses
Como todos los padres, los Reyes son informados de todos los detalles cada tres meses. Más allá de la evaluación académica, el boletín de las notas viene acompañado por párrafos muy largos con una extensión de hasta tres páginas. En este documento, se comenta cada una de las asignaturas, su compromiso social, cómo se porta, cómo está viviendo la experiencia.
Su casa
Con el apoyo del equipo de limpieza del colegio y como todos los alumnos repartidos en siete residencias —este curso está previsto abrir una octava—, Leonor es responsable de mantener limpia y ordenada su ropa y su habitación, donde tiene un tablón de anuncios con sus fotos favoritas, un baño que comparten entre dos y cuatro dormitorios, y las áreas comunes. También de lavar sus platos y nunca deja uno usado en el fregadero. La futura Reina se ha llevado toda la experiencia de casa. Sus padres, especialmente doña Letizia, las han educado en la disciplina, con poco servicio y los caprichos justos.
Comida española
El menú en el colegio es equilibrado y puede cumplir, si se avisa, requisitos dietéticos, pero le gusta cocinar —a su hermana todavía más— y de vez en cuando también invita a degustar sus recetas españolas. Lo que más echa de menos es a su familia, sus amigos y la comida, como ya había señalado el Rey el año pasado: “Pero ¿dónde va a comer mejor que en España? ¡Es imposible!”.
Veterana
Los alumnos de segundo orientan a sus compañeros de primero. Y, al igual que ellos, la princesa está de organizadora de actividades. El colegio no se ocupa, son los estudiantes. Leonor es una más viviendo las diferencias en una escuela que valora los resultados y en la que los apellidos no importan.
Se apunta a todo
No solo son las buenas notas o los trabajos. La experiencia no pasa por encerrarse a estudiar. Es asumir la responsabilidad de ayudar a construir una comunidad feliz. Es querer aprender más sobre otras personas —sus valores, creencias y culturas—, apoyar a otros estudiantes, ser sensible a sus necesidades sin dejar de ser disciplinado con la gestión del tiempo, responsable hacia los estudios y la vida. Ser conscientes de cómo interactúan y son percibidos por los demás.
Todo es parte del proceso de aprendizaje y por ello es una alumna que se presenta voluntaria. Desde limpiar la costa de basura —Atlantic College dispone de su propio embarcadero en la playa—, porque está realmente comprometida con un futuro sostenible, a apuntarse a una partida de futbolín, que tienen en las casas. De las reuniones en la cafetería Hideout, donde hay juegos de mesa, ping pong, billar y se escucha buena música, a cenar en Hot2Go, el restaurante dirigido por estudiantes, donde un menú cuesta menos de diez euros.
Poco dinero
Para evitar la disparidad entre los estudiantes —la mayoría becados—, el colegio recomienda que el dinero de bolsillo no llegue a los 600 euros por año. Y, por supuesto, la princesa no da la nota. El colegio dispone de un Banco Universitario abierto cinco días a la semana y una tienda donde adquirir productos básicos.
“Vivís muy cerca del mar, en un paraje de una gran belleza difícil de igualar. Con su ermita, sus acantilados y su playa entre las rocas… Sois un pueblo unido, emprendedor, solidario y culto”, dijo el Rey
La graduación: sin toga ni birrete, pero en familia
El curso escolar acaba el 20 de mayo de 2023, pero la princesa no volverá a España de inmediato. A lo largo de una semana y media se celebrarán despedidas —es el adiós a los compañeros y a una gran etapa— y, lo más importante, la ceremonia de graduación, para la que generalmente no se usa ni toga ni birrete.
Un acto que el colegio califica como solemne, pero a la vez sencillo y familiar. Debido a la diversidad de culturas representadas por los alumnos, solo se solicita que vayan elegantes según su propio criterio y costumbre. La última gran celebración tuvo lugar el 21 de septiembre.
La misión y los valores de UWC se señalaron a lo grande el Día Anual de la Diversidad. Es un evento al que los estudiantes suelen acudir con trajes nacionales y banderas, y la princesa nunca pierde la oportunidad de alzar la de España, y cuanto más grande, mejor.
Los dieciocho como próximo destino
Dejar España atrás, su casa y su familia para instalarse en el UWC Atlantic College, de Gales, fue el cambio más grande de su vida hasta ahora, pero, con la mayoría de edad a la vuelta de la esquina, a la princesa de Asturias le esperan otros de enorme trascendencia. Son los retos y los desafíos que tiene que librar como heredera al trono.
Hasta este curso, casi ha podido ser una alumna más, pero con los dieciocho como destino, ya nada será igual. Leonor está poniendo fin a una etapa, pero le espera otra tan apasionante como llena de retos. El 2023 marca el comienzo de una nueva vida para la futura Reina de España. El futuro ya está ahí y tendrá que hacer enormes sacrificios para asumir responsabilidades extraordinarias.
Los planes
Cuando don Felipe terminó el bachillerato, con dieciséis años, la Casa del Rey anunció los planes de la futura educación del príncipe: un año en Canadá; formación militar en las tres academias, que comenzó en Zaragoza con diecisiete años, y estudios universitarios. La princesa los acaba de cumplir y el traje de militar la espera ya, aunque antes tiene que traer a casa su diploma de Bachillerato Internacional.
Hasta ahora, su formación se ha desarrollado dentro del ámbito privado, pero ya queda menos para conocer cuál será su educación adaptada a su posición como heredera de la Corona. El 31 de octubre de 2023 celebrará la mayoría de edad y la princesa jurará la bandera (Felipe VI lo hizo antes de cumplir los dieciocho años) y la Constitución y empezará su formación militar, aunque no está clara la fecha.
Así lo señalan nuestras fuentes cuando afirman que para los próximos pasos oficiales de la princesa —Ejército y universidad— no se ha tomado todavía una decisión final. Según El País, Leonor de Borbón estudiará Derecho y existe una gran posibilidad de que así sea, aunque complementado, seguramente, con asignaturas de Ciencias Económicas. Asimismo, tampoco se puede olvidar la pasión de la princesa por las nuevas tecnologías y el cuidado del medioambiente.
Sí, mi teniente
Además de Reina, Leonor será el mando supremo de las Fuerzas Armadas. Y como tal deberá conocer y formar parte de una institución, aunque difícilmente pasará un año en cada una de las tres academias militares por las que pasaron su padre y su abuelo, la de Tierra, en Zaragoza; la del Ejército del Aire, en San Javier (Murcia), y la de la Armada en Marín (Pontevedra).
Es posible que no siga al pie de la letra los pasos del Rey y también lo es que reciba una formación militar de carácter complementario, pero, en cualquier caso, tomará las armas. Un paso más que regirá el Gobierno de la nación, tal y como establece uno de los artículos de la Carrera Militar que regula los empleos militares del Rey y de la heredera.
Soldado de honor
También está por determinar si Leonor continuará con una tradición histórica del siglo XIX, de cuando la Reina doña María Cristina hizo entrega de la bandera coronela al Regimiento Inmemorial, como muestra de su aprecio al Ejército.
En 1862, la Reina Isabel II pidió que los primogénitos de la Familia Real pasen revista como soldado en este regimiento. Felipe VI tenía nueve años cuando ingresó en este regimiento, el más antiguo de España, pero Leonor todavía no ha firmado su filiación básica al Ejército como soldado de honor (Regimiento de Infantería Inmemorial del Rey número 1). Asimismo, tampoco ha vestido el uniforme para saludar a la bandera.
El juramento, el collar de Carlos III y el seat tuneado
Nada más cumplir la mayoría de edad, el 31 de octubre de 2023, Leonor jurará lealtad a la Constitución y al Rey ante el Congreso de los Diputados en una solemne ceremonia. Predecesores suyos en la jura fueron Isabel II, en 1843; Alfonso XIII, en 1902, y Felipe VI, el 30 de enero de 1986.
Tras la celebración y la aceptación del mandato como futura Reina de España, se espera que, por ofrecimiento del propio Gobierno, Felipe VI imponga a su hija y heredera el collar de la Orden de Carlos III, máxima condecoración civil, después del Toisón de Oro. Su padre, el Rey, también lo recibió ese día, además de su primer coche, un Seat Ibiza “tuneado y de color fuego”.
La Reina leyó el discurso que había preparado Leonor para los vecinos y prometió que volverían al pueblo con ellas, antes de dar un paseo a solas con el Rey por el mirador de la Regalina
Persona de confianza
También se espera que se le designe una persona de confianza o preceptor. Cuando el ahora Rey abandonó el colegio Rosales para estudiar COU en Canadá (1984), empezó a acompañarlo el general de Infantería de Marina José Antonio Alcina, que ejercía de ayudante y de secretario personal. Al príncipe le faltaban cuatro meses para cumplir los diecisiete años cuando comenzó a contar con un ayudante de campo. Leonor, que los acaba de cumplir, también lo tendrá con el tiempo, así como una agenda propia cuando se cree para ella la Casa de la Princesa.
Una maleta para recorrer España
A sus diecisiete años, Leonor también tiene pendiente que los ciudadanos la conozcan más y mejor. En la familia Borbón hay un dicho: “la mejor herramienta de un Rey (o de una futura Reina) es una maleta”, y la princesa tiene que hacer la suya para “andar” el reino y responder a la expectación y el cariño de sus conciudadanos. A su edad, el Rey había recorrido ciudades y pueblos, sin olvidar el histórico documental con el que se presentó a los españoles.
Se estrenó en Oviedo, en paralelo a la entrega de sus primeros premios. Un excepcional documento centrado en su vida, su educación, sus aficiones y el sentido histórico de la Monarquía. Lo que vivió el Rey no siempre servirá. La preparación y el diseño de su futuro avanzarán con el curso, pero ya no falta mucho para seguir despejando incógnitas.