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Ya han pasado ocho años de su paso de Princesa a Reina, y a lo largo de todo este tiempo, doña Letizia ha defendido y apoyado diversas (e importantes) causas. Iniciativas que van desde el mundo de la cultura al de la educación. Y, entre todas ellas, la alimentación saludable siempre ha ocupado un importante lugar.
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La Reina Letizia confía en la investigación científica para avanzar en todos los ámbitos y que “los ciudadanos vivan mejor”. Ha apostado -y sigue haciéndolo- por promover una vida saludable, promoviendo una alimentación equilibrada, así como la comida sana y ecológica.
A la Reina le gusta cocinar y sabe de cocina. Cada vez más y mejor todavía si es junto a sus hijas, que se manejan de maravilla entre fogones. Una cocina ecológica y sostenible con recetas saludables.
Uno de sus secretos mejor guardados es la huerta real —y las verduras, hortalizas y legumbres que se cosechan en Zarzuela—. Un terreno fértil que ha sido señalado como uno de los rincones favoritos de doña Letizia en El Pardo. Una huerta, dicen, sin pesticidas ni abonos químicos. De ahí sale parte de la materia prima que se usa para los menús de la familia. Es un huerto privadísimo que nunca ha sido fotografiado, y no ha sido por falta de ocasiones. Hubiera sido una gran oportunidad ‘descubrirlo’ cuando recibió a Michelle Obama en palacio. De hecho, la ex primera dama de Estados Unidos sí le enseñó el suyo a la Reina durante su visita oficial en 2015.
Con la esposa de Barack Obama, comparte su preocupación por la nutrición. Y es que, durante los ocho años que habitó en la Casa Blanca, Michelle ‘aprovechó’ su posición y relevancia pública para poner en marcha varias campañas contra la obesidad infantil -uno de los grandes desafíos que afronta un país donde se calcula que uno de cada cinco niños sufre esta enfermedad-, y concienciar a los estadounidenses de la importancia de cuidarse.
Incluso ‘se alió’ con Netflix en Gofre+Mochi, una serie que invita a los niños y adultos a cocinar juntos en casa, descubriendo los alimentos y conectando con las culturas de diferentes rincones del mundo. “Es, en muchos aspectos, una prolongación del trabajo que empecé como Primera Dama para fomentar la salud infantil”, aseguró.