El pasado jueves, 15 de septiembre, se cumplen 50 años del nacimiento de doña Letizia. Nació en Oviedo en el año 1972, y nada hacia presagiar que se convertiría en una figura clave en la historia de la monarquía española. Con motivo de su aniversario, en ¡HOLA! descubrimos los secretos y anéctodas, a través de un retrato íntimo, de la mujer de Felipe VI.
Nos adentramos en la historia de los Rocasolano de Francia, donde llegaron a ser ricos, pero también se arruinaron. Sin duda, toda una sorpresa para aquellos que creían que los orígenes de doña Letizia eran humildes y modestos. De hecho, cuando se anunció el compromiso oficial de nuestros futuros reyes, se encargaron de quitar de Internet una web, creada por un tío de la Reina, que tenían con el escudo de armas de la familia y el árbol genealógico con los antepasados familiares de los últimos 500 años.
Antepasados franceses y ricos
La historia de los Rocasolano proviene de Francia, de la antigua Auvernia (todavía se puede encontrar su escudo de armas en un petit-Chateau próximo a Lyon), donde ejercían como señores de sus tierras, hasta que una parte de la familia decidió instalarse en España a principios del siglo XX.
Miguel Rocasolano (bisabuelo de la ahora Reina), estuvo casado con Francisca Camacho, con quien tuvo un total de nueve hijos. Decidió comprar tierras y fundó una empresa para construir viviendas unifamiliares en la zona de Chamartín (al Norte de la capital). Un negocio próspero, que le convirtió en un hombre bastante rico.
Sin embargo, acabaría quebrando décadas después, una circunstancia que obligó al abuelo de doña Letizia, don Francisco, como a sus once hermanos (todos ellos ya fallecidos), a buscar cualquier oficio, puesto que no tenían estudios. Empezaron a trabajar en lo primero que encontraron: Francisco fue primero, mecánico y después acabó siendo taxista. Con el primer reparto de herencia se compró el taxi, y con el segundo su piso y con el último ayudó a sus hijos.
Sin duda, una historia familiar completamente diferente a la llevada por sus antepasados. Al igual que los Rocasolano, doña Letizia tuvo que renunciar a su vida profesional por amor, cuando conoció a Felipe VI en el año 2002. Un cambio de vida drástico, que le llevó a renunciar a su vida como periodista para convertirse en la reina consorte de un país.