En los últimos días, los titulares de los medios de comunicación solo han hablado de una cosa: el fallecimiento de la reina Isabel II de Inglaterra. Sin embargo, a pesar de las tristes noticias provenientes de Reino Unido, en nuestro país hemos celebrado, a lo largo de esta semana, una fecha muy importante para la monarquía española: el cincuenta cumpleaños de la Reina Letizia. El pasado jueves, Letizia soplaba las velas, comenzando así una nueva década, y lo hizo de la forma que mejor le define: dedicada a su papel como Reina, con una agenda de trabajo repleta de compromisos. Este lunes, los reyes viajaran a Reino Unido para el funeral de la reina Isabel, acto al que también han confirmado su asistencia don Juan Carlos y doña Sofía.
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Ya son muchos, dieciocho concretamente, los años que Letizia lleva dentro de la monarquía, y por el camino han ido surgiendo muchas anécdotas merecedoras de ser conocidas. Una de ellas, guarda relación con el rey emérito, meses antes de que se celebrase la boda del príncipe con la periodista.
El 6 de noviembre de 2003, en el Palacio de El Pardo, se celebró la pedida de mano de unos jóvenes Felipe y Letizia. La pareja ya había anunciado su compromiso y habían mostrado todo su entusiasmo por el futuro de una vida juntos. “Me da mucha alegría poder manifestar lo feliz que me hace nuestro compromiso y lo enamorado que estoy de Letizia…”, así lo anunció Felipe.
A aquella celebración también acudieron, claro está, los familiares de Letizia, quienes estaban muy emocionados, especialmente sus abuelos, por el nuevo compromiso de su nieta. “¡Dios mío, nuestra nieta va a ser Reina de España!”, decían. A esto también se unió el nerviosismo de la familia Ortiz Rocasolano por improvisar, sobre la marcha, el cómo comportarse delante de la Familia Real. Fue en aquel momento, ante aquella sensación de inquietud, que el, por entonces, Rey Juan Carlos se sentó en el suelo del palacio y empezó a hacer bromas para hacer reír a la familia de su futura nuera: “Solo son periodistas”. Doña Enriqueta, la abuela de Letizia, llegó a ‘enamorarse’ del Rey Juan Carlos por los chistes que este contaba y que “era tan sencillo como si fuera de su propia familia”.
En aquella pedida también tuvo lugar el reencuentro de los padres de Letizia, quienes se habían separado en 1998 y se volvían a encontrar por el compromiso de su hija.