Los Reyes y sus hijas fueron recibidos con cariño en Valldemossa, la localidad de la sierra de la Tramuntana que han elegido este año para hacer su salida cultural durante sus días en la isla de Mallorca. Desde primera hora de la mañana las calles estaban llenas de gente, turistas y locales, que esperaban la visita del jefe del Estado y de su familia a este encantador lugar rodeado de vegetación, con una arquitectura tradicional y cuidada, y célebre por ser un refugio de artistas y escritores. Nada más llegar, don Felipe, doña Letizia, la princesa Leonor y la infanta Sofía recorrieron la Cartuja -una antigua residencia real- y tras contemplar la visita salieron a la plaza para comenzar un recorrido por las calles principales de la localidad, sin saber que en el número cinco de la Via Blanquerna, uno de los vecinos, nacido y afincado allí, les tenía reservada una sorpresa.
Casi sin aire, una mezcla de nervios y fruto de las empinadas calles que hay en Valldemossa, Joan Coll nos atendió con amabilidad antes de que don Felipe y doña Letizia llegara al lugar. Nos contó que tenía la intención de regalar una pieza exclusiva de su colección privada, una obra de arte que nunca estuvo a la venta en su galería (Just Art), se trata de una acuarela sobre papel de Josep Coll Bardolet (1912-2007), ciudadano ilustre de Valldemossa y una de las personas que más hizo por dar a conocer la cultura de la isla.
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Finalmente Joan Coll lo tuvo la oportunidad de encontrarse con los Reyes -un encuentro imprevisto, fuera de protocolo y en presencia del alcade de Valldemossa, Nadal Torres- y les pudo entregar esta recreación de una escena de campo típicamente mallorquina con payeses y con el colorido y la inspiración que movieron la mayor parte de la obra de este artista.
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"Les gustó", nos cuenta el galerista valldemossino que dio a los Reyes y a sus hijas una breve explicación sobre la acuarela, aunque -advierte que por la forma de contestar de don Felipe se veía que conocía al artista Josep Coll Bardolet, sobre el que hay una colección en el museo de la Cartuja de Valldemossa, y cuya vida, igual que la de Chopin, está vinculada a la vida de esta localidad de Mallorca. "Dijeron que se la llevarían a Madrid", asegura el galerista que se ha quedado con la ilusión de que un trozo de su pueblo viaje con ellos.
Las famosas cocas de patata
Los Reyes no hicieron demasiadas paradas durante su recorrido a pie en Valldemossa, la hora que estuvieron se la dedicaron a vecinos y turistas, sin embargo, según nos han contado desde el mostrador de la panadería y pastelería Ca’n Molinas, sí que se detuvieron en este horno que lleva en marcha desde 1920. Don Felipe y doña Letizia mostraron interés por los distintos productos que elaboran (mantecados, gató de almendra o de avellana, los tradicionales rubiols y empanadas de carne dulces, buñuelos o ensaimadas) pero la que desgutaron fue la tradicional coca de patatas, un emblema de la localidad y que según nos cuentan desde la pastelería el alcalde (Nadal Torres) encargó aquí para que los Reyes se llevaran un recuerdo dulce al Palacio de Marivent.