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La princesa Leonor y la infanta Sofía, tan unidas como sus tías, Elena y Cristina: radiografía de las relaciones de hermanas en la corte Borbón

Inseparables e imparables


29 de julio de 2022 - 14:14 CEST

Leonor y Sofía de Borbón, de dieciséis y quince años, afrontan una etapa de grandes cambios y nuevas responsabilidades. Tras un discreto invierno, no solo han dado un gran impulso a su agenda en solitario, sino que, mano a mano con los Reyes, van teniendo cada vez más presencia en la agenda oficial. Aunque a la princesa de Asturias le queda recorrer mucho camino hasta que ejerza de heredera a tiempo completo, su visibilidad se ha multiplicado este verano y todavía queda el mes de agosto para ver hasta dónde llega la nueva hoja de ruta.

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Arriba, la princesa Leonor y la infanta Sofía, que se mostraron inseparables el pasado lunes. Abajo, junto a los Reyes Felipe y Letizia.

Inseparables e imparables, las dos hermanas forman el mejor equipo y, después de su debut internacional en solitario apoyando el fútbol femenino, tenían un encuentro pendiente con la tradición y con la historia antes de poner rumbo a Mallorca, donde inician sus vacaciones en familia a finales de esta semana. Un tiempo diferente para una nueva etapa en la que lo vuelven a compartir todo o casi todo, después de tener que aprender a vivir la una sin la otra en el día a día. Se llevan dieciséis meses, pero no pueden estar más unidas —los Reyes lo han propiciado y les ha salido bien—, aunque tienen personalidades y estilos muy distintos. El armario de la infanta Sofía es muy variado, marcado y particular, mientras que doña Leonor sigue más los pasos de la Reina, como hemos vuelto a ver, con la elección de su vestido rosa y rojo, en su reaparición en Santiago de Compostela, donde la Familia Real volvió a reafirmar sus lazos con Santiago apóstol. Desde la Edad Media, la monarquía estuvo vinculada al santo adalid y las dos se preparan para propagar los valores e ideales de la ruta jacobea.

Las dos hermanas no dejaron de sonreír en ningún momento y abordaron la mañana entre confidencias y, a ratos, cogidas del brazo y de la mano. Volvió a llamar la atención su templanza, la manera de desenvolverse y cuánto han crecido y aprendido, aunque esto es solo el principio de los años decisivos que están por venir.

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Las Infantas inseparables e imparables

La relación de la Princesa Leonor y la infanta Sofía recuerda, en cierto modo, a la que mantienen sus tías las infantas Elena y Cristina. Apenas se llevan dos años -doña Elena nació el 20 de diciembre de 1963, y doña Cristina, el 13 de junio de 1965-, y, desde pequeñas, se han mostrado muy unidas. Tanto que, siendo niñas, incluso era habitual que vistiesen igual -sobre todo, en las ocasiones especiales y las fotografías oficiales de la Familia Real, tal y como muestran las portadas de ¡HOLA! de aquellos años-.

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Crecieron juntas en el Palacio de la Zarzuela, y tras el nacimiento de su hermano Felipe de Borbón el 30 de enero de 1968, pasaron a ‘una segunda línea’. Él, como heredero, estaba llamado a ocupar el trono de España; pero ellas quedaban también al servicio de la Corona, como hijas de los Reyes Juan Carlos y Sofía y hermanas del Príncipe de Asturias.

También tienen en común su afición por el deporte. Si la gran pasión de la infanta Elena es la hípica -de la que nos habló el pasado mes de noviembre-, la infanta Cristina ha encontrado en el esquí -sus últimas vacaciones junto a Iñaki Urdangarin fueron en la estación de Baqueira-Beret- y la vela -una tradición familiar- sus hobbies.

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Aunque acostumbradas a no pasar desapercibidas, podría decirse que el 1983 fue el año en el que se convirtieron en grandes protagonistas. Primero, en verano, al ejercer como monitoras de un curso de vela en Palma de Mallorca; y más tarde, en septiembre, con su puesta de largo, que copó la portada de nuestra revista.

Se trataba, en verdad, de un ‘baile de juventud’  que don Juan Carlos y doña Sofía ofrecieron en los jardines del palacio de la Zarzuela para celebrar el fin de la etapa escolar y el paso la Universidad -doña Cristina, que había alcanzado la mayoría de edad dos meses antes, sería la primera mujer de la Familia Real española en obtener un título universitario-.

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Aquella cita suponía su gran presentación en sociedad -a la que se sumó la princesa Alexia, hija mayor de los reyes Constantino y Ana María de Grecia-. Sin embargo, cuando en 1984 el entonces príncipe Felipe cruzó el charco para continuar con sus estudios en Canadá, dieron el paso al frente definitivo. Ante la ausencia de su hermano, les tocó a ellas asistir a importantes actos institucionales en los que, de nuevo, volvieron a acaparar todo el interés.

Esa complicidad continúa a día de hoy. Las hermanas siguen compartiendo confidencias y siempre están la una para la otra. Así lo demostraron, una vez más, hace unos días, cuando asistieron a ver una representación de ‘Nabucco’ en el Teatro Real.

Tras unos meses complicados -después de su separación de Iñaki Urdangarin-, la infanta Cristina recompone su mundo. Lo peor ha quedado atrás y, de nuevo, cuenta, a su lado, con su mejor apoyo: su hermana Elena.

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