infanta cristina© GTres

La infanta Cristina en su primer verano de soltera: cambio de imagen y adiós a su seña más característica

La hermana del Rey también ha dado el paso de meterse en quirófano. Después de veinte años, ha aparecido muy rejuvenecida de aspecto y sin la verruga alunarada que tenía en la cara. Deja atrás su matrimonio y una gran seña de identidad


7 de julio de 2022 - 11:30 CEST

Siete meses desde que su matrimonio saltara por los aires de la manera más inesperada, la infanta Cristina es una mujer nueva. Ha cambiado la tristeza por una luminosa sonrisa y está radiante.

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A grandes males, grandes remedios. La hermana del Rey ha pasado página y ya solo mira hacia delante. No sólo está muchísimo mejor de ánimo, sino que es otra persona.

© EuropaPress

La infanta, con traje bicolor muy veraniego, en CosmoCaixa.

Por un lado, sus ganas de vivir, de salir –“No me voy a quedar encerrada”, dice a su entorno- y de compartir experiencias con sus amigos a golpe de planes y viajes privados, que dejó casi de lado durante su matrimonio de casi 25 años. Por otro, un gran cambio de imagen.

A sus 57 años recién cumplidos, la infanta entra en quirófano

A diferencia de la reina Letizia e incluso de su hermana Elena que se apuntó a los retoques hace ya algún tiempo, la infanta Cristina nunca se preocupó demasiado por los signos del envejecimiento.

Desde pequeña ha hecho mucho deporte -y sigue- y casi siempre está a dieta manteniendo una buena pauta de alimentación, pero nunca dio importancia a las arrugas, líneas de expresión, manchas de la piel (hiperpigmentación), ojeras… hasta ahora. A sus 57 años recién cumplidos, que celebró el 11 de junio junto a su hija Irene en Ginebra, la hermana del Rey también ha dado el paso de meterse en quirófano.

© EuropaPress

La infanta Cristina ha aparecido sin la verruga alunarada que tenía en la cara.

¡HOLA! lo descubrió estos días cuando asistió en CosmoCaixa, Barcelona, a la celebración del 25º aniversario del Programa de Cooperación Internacional de la Fundación la Caixa. Un acto muy especial centrado en la ayuda al desarrollo en el que, junto al director de la Fundación, Antonio Vila, y, rodeada de representantes de instituciones internacionales, asumió un gran protagonismo como directora del Área Internacional de la entidad.

En la revista de esta semana que salió al quiosco el miércoles seis de julio, ya lo adelantábamos: “Muy sonriente, rejuvenecida y, después de veinte años, sin la verruga alunarada que tenía en la cara”.

Un gran cambio en los últimos meses

Se casó sin ella, el 4 de octubre de 1997 y, camino de los 25 años de aquella boda que reunió a reyes y príncipes de toda Europa, ha decidido quitársela. Es sin duda lo más llamativo de su nuevo aspecto -con el fin de su matrimonio ha dejado atrás una gran seña de identidad- y del gran cambio que ha dado en los últimos meses.

© EuropaPress

A mediados de mayo, cuando recogió su diploma en el auditorio del Comité Olímpico Español, donde se rindió homenaje a los deportistas españoles que participaron en los Juegos Olímpicos de 1988 - historia como abanderada de España en Seúl-, apareció con el pelo un poco más corto, saneado y con más capas; con ropa alegre y ya sonriendo de nuevo a la vida, pero ha sido ahora, cuando hemos podido verla de lo más guapa.

Su mundo se vino abajo en enero con la traición de su todavía marido, Iñaki Urdangarin, pero lo peor ha quedado atrás. Ha reconstruido su vida; en su trabajo no le puede ir mejor; cuenta con todo el amor de sus hijos, el apoyo de su familia y sus amigos, y está lista para lo que venga. De la pena que no podía esconder cuando, destrozada, tuvo que lidiar con una situación de vida del todo inesperada, a su resurgir en la antesala de las que serán primeras vacaciones ‘de soltera’.