La reina Victoria Eugenia (bisabuela de Felipe VI) decía que si algo distingue en apariencia a una Reina es su corona, así que a pesar de los años de exilio conservado para la Familia Real española un joyero que fuera de soberana en soberana. Todas tienen una historia que contar y aunque se conocen popularmente como las "joyas de pasar", no todas pertencen a ese lote puesto que la reina Sofía también puso a disposicion de la reina Letizia algunas de sus joyas familiares o diademas, como la floral, que le regalaron a ella. A diferencia de los Países Bajos, el Reino Unido, Dinamarca o Suecia, el estado español no dispone de un tesoro. No existen, por tanto, las llamadas joyas de la Corona, ya que todas ellas son propiedad privada de la Familia Real española. Estas piezas, de enorme valor económico e histórico, tienen como titular al Jefe de la Casa Real, por decisión de la bisabuela del rey Felipe. Una valiosa colección de tiaras, pendientes, collares y broches que son las "grandes joyas" que la reina Letizia reserva para marcar la relevancia institucional de sus apariciones: cenas de gala, viajes de Estado, encuentros con mandatarios extranjeros y líderes mundiales o las grandes citas de la realeza.