Los Reyes están encantados de volver a ser cuatro y la infanta Sofía —se ve en las imágenes— también está feliz de haber recuperado a su hermana y mejor amiga. Tienen por delante un verano prometedor antes de que la princesa vuelva a poner rumbo al castillo de San Donato, en Gales. Dos largos meses que arrancaron por sorpresa con un plan familiar en los Teatros del Canal. En su primer sábado juntos vieron ‘De Sheherazade’, el espectáculo flamenco que dirigen María Pagés —premio Princesa de Asturias de las Artes 2022— y su pareja, Larbi El-Harti.
La coreógrafa y bailaora revive el mito de este personaje —la obra empieza cuando termina el cuento de Las mil y una noches— en un recorrido por el universo femenino. Esta mujer, que es todas las mujeres, elige la vida frente al miedo; asume la invención y la palabra para transformar el mundo y recupera su destino destruyendo estereotipos y tópicos. Y a la Familia Real o “le encantó”, “estaban felices”, diría después Pagés, comentando, además, que, cuando se acercaron a saludarla, le habían dicho que estaban esperando a que llegara ella (la princesa Leonor) para acudir todos juntos a su espectáculo. Lo que podría significar que la princesa regresó a Madrid días después de que terminara el curso.
Desde que volvió al internado, tras las vacaciones de Semana Santa, no la habíamos vuelto a ver. Tampoco a su hermana, la infanta Sofía, de quince años, que acabó tercero de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) en el colegio Santa María de los Rosales de Madrid, el viernes 24 de junio, justo una semana después que la heredera al trono, quien no puede estar más contenta de haber elegido UWC Atlantic College, según nos trasladan fuentes cercanas a palacio. Se había preparado para vivir esa experiencia, no se ha podido esforzar más y no ha podido aprovechar mejor estos casi diez meses de internado. Todo lo ha conseguido ella sola y los resultados han vuelto con ella a casa. Ha estudiado muchísimo, ha superado con éxito la exigencia de un sistema diferente donde todos los alumnos tienen calificaciones espectaculares y sigue siendo una alumna que saca notas extraordinarias.
La Reina cedió el protagonismo a sus hijas: la princesa, con una imagen más adulta, llevaba un vestido de rebajas, y la infanta, imparable en altura, uno mini de su hermana
El tiempo pasa rápido, y, como es normal a estas edades, en esta primera salida de verano, las volvimos a encontrar muy cambiadas, especialmente a la infanta, a la que, en el último año, solo la habíamos visto sin mascarilla en la felicitación de Navidad. De hecho, la vuelta a la normalidad ha permitido descubrir que las dos hermanas, que perdieron sus dientes a la vez, también están a la vez en fase de corrección dental. A Leonor le faltan dos piezas y lleva un pequeño aparato de ortodoncia y Sofía, ‘brackets’ transparentes.
Sofía, una adolescente muy estilosa, presume de piernas y se pinta las uñas de azul, a diferencia de la Reina y Leonor, que las llevan naturales
El último plan también nos ha permitido ver que Sofía sigue creciendo imparable y se pinta las uñas de azul, mientras que Leonor se acerca a la altura de su madre ofreciendo una imagen mucho más madura. Y, por supuesto, que las dos siguen igual de unidas, aunque con personalidades muy diferentes que se reflejan también en su manera de vestir. La princesa no sale de la formalidad y le gusta el largo ‘midi’. Lo volvió a demostrar en esta última salida con su vestido de rebajas de estampado étnico de la firma española Dándara, que combinó con una bandolera beis. Y Sofía, más atrevida con las tendencias, con un diseño floral corto de Zara que estrenó su hermana el verano pasado, con una sobrecamisa vaquera de Hugo Boss.
Felices de volver a estar juntas, ahora tienen un largo verano para disfrutar, aunque sin dejar de lado sus obligaciones. Leonor, retomará el 4 de julio la agenda como heredera con la entrega de los Premios Princesa de Girona, en Barcelona, y Sofía, por supuesto, volverá a estar a su lado.