Su vuelta a casa despejó el camino y rompió el hielo, pero la travesía del desierto todavía no ha terminado. Quedan algunos flecos por resolver. Entre ellos, cuándo volverá a poner un pie en España. Hemos hablado con el entorno del Rey padre y con su biógrafa, Laurence Debray, autora de Mi rey caído, y estas son las conclusiones. ¡HOLA! tiene detalles exclusivos de las últimas horas en España y de su regreso a Abu Dabi.
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Mucho mejor, saboreando lo vivido y con la moral más alta
“Volvió a su residencia mucho mejor de lo que se fue”, nos cuenta Debray. “La visita le generó un subidón de energía y vitalidad. Para una persona de su edad, que vive muy aislada, el reencuentro con los suyos, poder retomar el curso de la relación familiar le ha levantado mucho la moral. Fue pura alegría. También regresar a España, su casa, y al mar para poder practicar con sus leales amigos su mayor pasión: la vela. Aunque el cuerpo le falle es un marinero en el alma, y lo echaba muchísimo de menos”.
Llegó a Abu Dabi a las cinco de la mañana (hora española) y casi no pudo dormir. Tampoco las últimas cuatro noches antes de viajar a España. Después de tantas emociones y siendo muy consciente de la polémica que generó su regreso, había mucha mezcla de sentimientos, aunque ya no tanta inquietud. Así nos lo cuenta un amigo del rey don Juan Carlos. “Está tranquilo y saboreando esos momentos de abrazos y cariño en los que se sintió extremadamente feliz. Cuando llegó a España había preocupación por lo que se iba a encontrar, pero, a lo largo de su viaje, se resolvieron algunas dudas y la vuelta fue más reconfortante. La noche en cierto sentido actuó como una aliada, aunque no debió de ser fácil desandar el camino que tanto le había costado recorrer de nuevo”.
La vuelta a España de nuevo sin fecha
Durante el fin de semana que pasó en Sanxenxo, don Juan Carlos adelantó que estaría de vuelta en junio, que no se perdería las regatas, pero hay cambio de planes y su segunda visita a España vuelve a estar rodeada de incógnitas. Tres días después de aterrizar en Abu Dabi, el Rey padre trasladaba a su círculo de amigos que no tiene una fecha confirmada y que, de momento, no sabe cuándo podrá volver a su país .
La embarcación de Juan Carlos I es líder de la Copa de España; y Sanxenxo y su Real Club Náutico han comenzado con los preparativos de lo que serán sus 10 días “grandes”, pero a día de hoy, según ha podido confirmar ¡HOLA!, su participación en la 7ª edición de la Regata Rey Juan Carlos –El Corte Inglés Máster, entre el 10 y el 12 de junio; y en el Xacobeo 6mR Worlds, entre el 13 y 18 del mismo mes–, vuelve a estar en el aire.
Estaba muy ilusionado con revalidar el título que ganó dos veces, en 2017 y 2019, y que peleó para España, y además con la idea de quedarse más tiempo para ver a otros amigos, pero el viaje que tenía previsto hacer a Madrid y a las Rías gallegas que descubrió cuando todavía era un príncipe sin “destino”, ya no está tan claro.
La familia y el encuentro con la reina Letizia
Hubo momentos en los que no pudo evitar llorar porque para él fue un shock regresar a su país, a su casa y fueron casi cinco días de fuertes emociones que afloraron más a su paso por Zarzuela. Llevaba casi dos años sin ver a doña Sofía y a su hijo, el rey Felipe VI y necesitaba retomar ese contacto personal, ese cariño. Y lo encontró. No sólo en los reyes, su mujer, sus nietos – ya solo le queda un abrazo pendiente, el de la princesa Leonor- o su hermana Margarita, también en sus sobrinos y en algunos amigos íntimos que pudieron reencontrarse con él. Y, por supuesto, en doña Letizia, aunque la relación entre ellos no sea la más cercana. La Reina sabe que don Juan Carlos valora su trabajo, cuánto apoya al Rey y cómo ha educado a sus hijas; y don Juan Carlos, también sabe que, aún en sus diferencias, no tiene en ella a una enemiga. Doña Letizia se lo volvió a demostrar en su regreso fugaz a Zarzuela. Al igual que toda la familia, estuvo a su lado y el ambiente fue bueno.
Fue un reencuentro más que una reconciliación y quedó claro el amor que le tiene su familia. Hablaron los hechos, las once horas que pasó en Zarzuela aprovechando hasta el último segundo. Lo quieren mucho y lo echan de menos. También Don Juan Carlos añora los afectos y el mundo familiar.
La Zarzuela es pasado
Después de veintiún meses residiendo fuera de España, sería lógico pensar que volver al palacio de la Zarzuela, donde vivió durante casi seis décadas, movería muchas emociones y recuerdos, pero en su círculo nos dicen que regresar a la que fue su casa no le generó una emoción especial porque pasó página hace tiempo. En su escala de prioridades, lo importante era estar con su familia, lo que no significa que no le haga ilusión pensar que algún día podrá regresar definitivamente no sólo a España, sino a su hogar. Tampoco le importa ya rodearse de sus pertenencias más personales, aunque se llevó algunas fotos que echaba de menos. Como nos contó su biógrafa, Laurence Debray, “vino a España con una maleta pequeña porque casi no tuvo tiempo de hacer el equipaje y regresó a Abu Dabi con el mismo equipaje”.
La salud y el último escollo
Es un Rey curtido que ha pasado por mucho desde que llegó a España solo y muerto de frío con 10 años, y haber puesto un pie en su país, después de casi dos años, tras archivar la Fiscalía la triple investigación, ha abierto su horizonte.
En su círculo nos dicen que, en los últimos meses, Don Juan Carlos ha ido a mejor en todos los sentidos, que está mucho más animado y que tiene ganas de vivir. También que admiran su capacidad de superación, su positividad, su forma de encarar la vida y que les llama la atención que en este tiempo pasado no haya caído en una depresión.
Su salud es buena y no está mucho peor de movilidad que cuando se fue. La diferencia es que ahora no tiene casi dolor -gracias a la última operación de rodilla y a su nuevo fisioterapeuta- y eso también le ha cambiado el ánimo. Ahora tiene mucha más calidad de vida.
Después de cuatro intentos de retorno, su viaje a España no fue fácil ni sencillo y, además generó tormenta, pero la próxima vez espera no despertar tanta expectación… Esa es la idea, sentirse libre e ir normalizando todo, aunque vuelve a haber incertidumbre. No sabe cuándo y su mayor temor sigue siendo morir fuera de España.